"paz"
11 de enero
Arabella
Otro día comienza. No me hace falta mucho tiempo para darme cuenta que este día iba ser tranquilo, mas de lo normal podría incluso decir.
Me levanté de mi cama y me quedé sentada unos minutos, pensando e idealizando todo lo que sucedió ayer. Si bien tenían razón para poder formar parte de la corte real tenía que casarme. Pero no quería tener que afrontar algo tan grande como él matrimonio con apenas dieciséis años. No tenía idea de cómo hacerlo y tampoco quería.Me levanté suavemente de mi cama y busqué ropa para empezar a alistarme. Tomé algo cómodo de mi cajón ya que hoy por una vez en la semana podría ser una chica normal, como todas la demás.
Sin matrimonios que arreglar, sin problemas parentales con los que lidiar, sin luchas contra mi misma por ser perfecta, sin nada solo yo. Aunque se que es imposible no torturarme a mi misma.Salí de mi habitación en silencio para dirigirme a la cocina y escapar por un pequeño lugar que había encontrado de las tantas veces que mis padres discutían, era mi salida a un mundo tranquilo.
Estaba a punto de cruzar la puerta de la cocina cuando la voz de mi padre me hizo frenar . Escuché que me llamaba, asi que me di la vuelta para mirarlo. Papá era esa persona que no estaba siempre pero realmente sentía al menos un poco de apoyo de parte de el, aunque si mamá se lo pidiese se que sería capaz de casarme en este preciso momento.-Buenos días papá -digo amablemente fingiendo no estar molesta por lo de anoche.
-Buenos días mi niña, ¿Cómo estas?- responde él lo más normal del mundo.
-Como siempre perfecta, y ¿tú? aunque se perfectamente que ella te mando. Sólo dime que te dijo esta vez papá - respondí secamente, sabia que no vino hasta aquí solo para consolarme por lo de anoche, quería asegurarse de que no le cause problemas a mamá.
-¿Acaso no puedo preocuparme por mí niña?. Pero sí, si tienes razón. -Lo sabía, sabía que por ella estaba aquí- tu madre está muy preocupada por ti cariño deberían hablar- eso me irrito demasiado. ¿Yo tenía que hablar con ella? ¿Por qué no podía hacerlo ella??
-Si claro, fingir preocupación no sirve de mucho- murmure por lo bajo - Mira papá no me malinterpretes, pero en este momento no quiero, ni puedo hablar con ella. Así que si me disculpas me retiró... y por cierto gracias por el mensaje, pero si ella o tu quieren saber cómo estoy, que sea porque realmente les importa. No para convencerme sobre ese estúpido arreglo- finalice para luego salir y dirigirme con cuidado, sin que nadie me viera hacía la pequeña puerta.
...
Al salir lo primero que pude sentir sobre mi rostro fue la suave brisa de verano, decidí ir a buscar a Austin.
Austin era mi mejor amigo desde que tengo memoria, era un chico bastante alto de ojos verdes claro, tenía el pelo de color castaño y una sonrisa muy bonita, la verdad es que era un chico muy bonito tanto de forma física como en su personalidad. Era bastante solicitado y conocido en el pueblo, muchas chicas soñaban con el, y todos los chicos querían tenerlo de amigo, al contrario que a mí. Si no era muy querida entre los adolescentes, puede parecer raro pero es cierto . Mentiría si dijera que alguna vez me gusto Austin , porque aunque todos creen o creyeron eso, nunca lo quise de otra forma ni lo vi como nada mas que mí hermano. Él era la única persona que más o menos me entendía y escuchaba, el único que sabia que no me mentiría o traicionaría nunca en mi vida.Al llegar a su puerta doy dos golpes suaves pero lo suficientemente fuerte como para que la mamá de Austin me escuche, y me reciba con una sonrisa, cómo siempre.
-Oh Ara, cariño hace mucho no te veía por aquí, ¿Cómo estas pequeña?- dijo ella de una manera dulce y con una suave sonrisa.
-Buenos días señora Eastwood, disculpe que la moleste, respondiendo a su pregunta estoy muy bien ¿y usted?- respondí con una sonrisa.
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Nuestro brillo
Teen FictionCriada para ser la chica perfecta en todo, creció en un mundo donde siempre le dejaron en claro que no merecía nada bueno, que nunca lograría brillar y ser querida por alguien. El... el chico carismático que contagiaba alegría a su paso , le gustab...