La semana de exámenes se aproximaba para Gradient, normalmente en esas fechas era completamente devorado por la ansiedad.
Y sin embargo estaba ahí, observando nuevamente la grabación que había pedido a Lust que comprara por él al fotógrafo de Mettaton y de Sans. Ya le había pagado el favor y para nada se arrepentía.
Podía ver cuantas veces quisiera la parte en la que los habían enfocado, cuando el de ojos lilas le había dado la valentía suficiente para que posara una de sus manos en su espalda, asegurándole que no había problemas que bailaran de esa forma.
Esa sonrisa radiante del peliblanco y su propio, espantosamente notorio, rubor por danzar tan juntos.
Casi había podido sentir el latido del corazón ajeno en ese momento. Su mente daba vueltas cuando se ponía a pensar en aquello, pero era un sentimiento extrañamente reconfortante.
Algo que también podía recordar a la perfección era la llamada "hora loca", donde habían bailado más, reído y tomado de esas bebidas coloridas sin alcohol, porque claro que Lust no lo dejaría beber ahí, tendría que esperar unos meses para su cumpleaños.
¿Qué hubieran dicho sus padres si lo hubieran visto beber aún siendo menor de edad? Probablemente hubieran tachado a Lust de mala influencia y el peliblanco no se arriesgaría a eso, para nada.
Suficiente era con la tensión que le generaba el hecho que Error e Ink no estuvieran enterados de que él era en realidad su vecino y no su supuesto "amigo de la universidad".
Tendría que decirles, tarde o temprano. No tenía mucho que temer, ¿verdad? Lust era alguien bueno, tenía una personalidad increíble y un corazón de oro que recién estaba aprendiendo a expresar más, sin temor a salir dañado.
Gradient quería creer que sus padres comprenderían que le gustaba.
¡Le gustaba estar con él! Eso.
Aunque bueno, también le atraía pero eso era otra cosa que no necesariamente tenía que contarle a sus padres.
Oh, ahora que lo pensaba bien. Tendría que tener cuidado siempre de ser un buen hermano porque cualquier cosa que le hiciera a PaperJam seguro sería una excusa para que Jam se vengara y lo vendiera.
Ese era su amor de hermanos, valorarse infinitamente pero venderse si se veían en riesgo de que los pocos secretos que guardaban de sus padres fueran descubiertos.
No se quejaba, de todas formas era una buena relación de hermandad.
Suspiró, pausando el video cuando cambiaron el enfoque a otras personas que si bien le agradaron —lo cual le sorprendió ya que la ansiedad no se lo comió entero al momento de intercambiar palabras con ellos—, no le interesaban demasiado.
Cambió de pantalla para ver los códigos en el programa que estaba usando, todo estaba bien, de momento corría bien así que no debería tener miedo de desaprobar, sus notas eran buenas e incluso parecía que podría aplicar para una beca el ciclo próximo.
Decidió que iría a prepararse un omelette de huevo, jamón y una que otra verdura. Un buen piqueo en lo que trataba de mentalizarse para confiar en si mismo al día siguiente. El examen lo daría bien, pero tenía que relajarse.
Batía los huevos en un pequeño recipiente de vidrio cuando escuchó los pasos apresurados de Lust, sabía que era él.
Y también sabía que algo no estaba bien.
En realidad no estaba seguro de por qué lo sabía, pero la corazonada era tan fuerte que era imposible ignorarla. Algo en el andar ajeno le decía que estaba alterado, como si tratara de llegar a su casa, encerrarse y romperse.
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Hooked || Lust Gradient
Fanfiction-No diría que esa fue la mejor forma de conocernos, ¿sabes? -¿Te arrepientes? -preguntó el de piel morena con una leve sonrisa mientras observaba a su contrario acercarse hacia él- Creo que las cosas suceden por algo. -Jamás me arrepentiría. Eres el...