Epílogo y Agradecimientos

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[Contiene parte +18]

Bostezó, abriendo los ojos y acostumbrándose a la agradable oscuridad de la habitación por la que solo se colgaban unos cuantos rayos de Sol.

Inevitablemente, Lust sonrió con complacencia. Había logrado despertarse temprano justo como quería. Observó por sobre su hombro a su novio quien aún dormía.

Algo que había descubierto de su pareja durante el mes que habían estado compartiendo cama era que el moreno en realidad no se movía casi nada, como si tuviera la vieja costumbre de dormir en alguna clase de litera.

Eso era una ventaja para Lust en ese momento. La noche anterior le había dicho que durmieron espalda contra espalda para poder moverse con libertad en la mañana, aunque claro que ni pensaba en irse del departamento. Aún quedaban malos recuerdos dando vueltas por su mente cada que tenía que salir solo.

Rápidamente dejó de lado aquellos pensamientos y relamió sus labios. Ya le había avisado a su amado que ese día de su cumpleaños número dieciocho lo despertaría de una manera un tanto especial y Gradient había aceptado así que ese día en vez de un desayuno normal, sería algo diferente.

Cuidadosamente, Lust deslizó los pantalones ajenos hasta poder exponer su intimidad, sacándole un muy suave suspiro al cumpleañero. Las mejillas del peliblanco ardían al estar haciendo algo tan poco pudoroso pero no podía importarle menos.

Desde su primera vez no lo habían hecho otra vez por todos los proyectos universitarios y el estrés, sin contar que la mente del mayor resultaba a veces traicionera. Habían habido toques pero no llegaron a avanzar mucho más así que era el momento.

Por lo que para ese momento, el de tatuaje se había mentalizado lo suficiente como para hacer aquello ese día sin que las palabras de su padre llegaran a su mente para arruinarle el día.

Brindó un ligero apretón al miembro de su pareja, acariciando la base y dejando su lengua rozar contra el glande. El calor en las mejillas de Gradient fue evidente, un jadeo bajo se le escapó por las sensaciones que comenzaban a recorrerlo además de removerse leve en la cama.

Motivado por lo que había visto de su novio, Lust repitió las lamidas, lentas y tortuosas, tan juguetonas. Se sentía bien aquello pero no podía esperar a que él despertara. Que lo tomara en la cama antes de siquiera pensar en ir a desayunar.

Apretones suaves, caricias y más lamidas hasta que el peliblanco se animó finalmente a abrir grande su boca para así meter todo lo que pudo del miembro semi-erecto de su pareja. Le estimuló sin pudor, sintiendo cómo se endurecía más.

La emoción lo recorrió por completo, su propia entrepierna ahora comenzaba a doler por las corrientes placenteras de calor que lo estimulaban por lo que tuvo que bajar su mano hasta colarla por debajo de su propia ropa y tocarse. Cada uno de los obscenos sonidos de su amado lograban tentarlo mucho más.

Creyó que podría hacerlo correrse en su boca pero sentir un repentino tacto en su cabellera lo hizo sobresaltarse. Alzó la mirada al instante tan solo para abrir grande los ojos y ruborizarse ante el fuerte rubor y el peligroso brillo en los ojos de Gradient le hizo temblar de forma placentera.

—Digamos que quería darte unas buenas mañanitas, dulzura~. —habló sin vergüenza el peliblanco, dejando un beso en la punta de la intimidad ajena y mirándolo juguetón— A menos que tú no lo desees, claro está.

Fue un pestañeo, un efímero momento bastó y sobró para que Gradient estuviera sobre él, comenzando a desvestirlo.

Oh. . . 

Hooked || Lust GradientDonde viven las historias. Descúbrelo ahora