DOCTOR DEL AMOR

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Mientras esperaban que la lluvia se detuviera ambos estaban de pie en la cocina. El nipon observaba mientras el alfa preparaba la infusión, lucía concentrado y sus movimientos calculados los hacían ver especialmente guapo, no derramó ni una sola gota.

Viktor le puso en las manos una taza té calientito esperando calmarle el frío, sus dedos se rozaron y resultó que su mano hervía, Yuuri inevitablemente sintió una ligera descarga que le causó una sutil sacudida, el cosquilleo que descendió desde su cuello por su columna y se alojó en su espalda baja y estómago en forma de fuego líquido lo asustó mucho, no podía mirar a la cara al alfa porque temía delatarse.

El omega seguía con la cabeza agachada, aunque no intercambiaran miradas, el mayor pudo saber que algo estaba pasando con Yuuri, tanto la piel de su rostro como la de sus orejas y cuello estaban encendidas así que tan pronto como lo notó recordó lo que había prometido.

──Aquí tienes, por favor, bebe despacio.

Entregó las píldoras que calmarían los efectos del precelo.

Yuuri las tomó mirando con discreción al mayor. Viktor también tomó su medicación junto a él para demostrar que hablaba en serio, no quería perder su confianza y destruir la relación que habían construido hasta hoy.

Sin embargo está acción fue malinterpretada por Yuuri, como si estableciera un claro límite entre los dos, le había causado problemas una vez más alterándolo con sus desvaríos hormonales. Era normal que el celo de cualquier omega surtiera un fuerte efecto en el celo de un alfa soltero, sintió que lo había afectado y obligado a sentir la atracción de hace un rato. Yuuri no se sentía especial ante ese hecho en absoluto porque creía que era una simple reacción química, normal.

Tal vez para Viktor ya iba siendo una molestia que las circunstancias se tornaran así por culpa de la inestabilidad en su sistema endocrino.

──¿En qué piensas?

No se había dado cuenta de lo inmerso que había estado en sus ansiosos pensamientos hasta que el tono amable del alfa le hizo volver en sí.

──En que quiero disculparme por lo que pasó, estuve fuera de lugar.

──No es la primera vez que ocurre.

Viktor se rascó la mejilla desviando ligeramente la mirada, sus labios se curvaron un poco hacia arriba. Estaba emocionado al pensar en que habían compartido su segundo beso, aunque esté fue uno más personal y consciente, ambos tenían un bonito significado. ¿Su corazón lo delataría si continuaba latiendo tan fuertemente? Sin embargo le gustaría que se notara su enamoramiento, aunque de pronto surgían otras cuestiones. ¿Qué estaba sintiendo Yuuri? ¿También se sentía igual? ¿Lo reconocía como su alma gemela ó mejor aún, como su destinado? Lo miró de soslayo buscando adivinar la respuesta por él mismo, no obstante y para su sorpresa Yuuri parecía... Tranquilo.

Desde luego Yuuri volvió a percibir mal su respuesta. ¿A caso le estaba reprochando que había faltado a su palabra? Claro, él había prometido que no volvería a ocurrir desde la otra vez. Se puso un poco nervioso al pensar que fue un tono de reclamo así que procuró mantener un rostro calmado, tomó un poco de aire para mostrarse firme pero cuando exhaló se sintió un tembloroso suspiro, aún así su mirada se dirigió a la del platinado con seguridad.

──No volverá a ocurrir, nunca más, lo prometo.

Viktor tragó duro, le había herido profundamente al mirar sus ojos con tal determinación en sus palabras. Ante un largo silencio se recuperó relajando su expresión.

'Si así lo quieres.'

──Esperaba que sí.

En ese momento sus palabras y sus pensamientos se cruzaron, por la expresión de Yuuri parece que había dicho en voz alta lo que quería guardarse para sí mismo, sin embargo, no se retractó. Ambos se quedaron mirando por un largo rato en silencio. Ambos con el rostro sonrojado, con miradas encendidas y el corazón latiendo descontroladamente.