(A)tracción

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A de Atracción, porque Maki no podía mantener las manos quietas durante la universidad. 
 
La gente podría decirle a Nico que Maki no la ama, incluida la propia Maki, pero Nico nunca permitirá que nadie le diga que su esposa no se siente atraída por ella. 
 
Desde que se conocieron cuando estaban en la universidad, Maki no le ocultó a Nico que se sentía muy atraída por ella, especialmente por su trasero, que la menor tocaba con indiferencia cada vez que se presentaba la oportunidad. Aunque tengo muy presente que de trasero no tengo nada...
 
Flashback al tercer año de la universidad.

–¡Maki!– Nico de 23 años gritó mientras se levantaba y se alejaba de la mano que se aprovechaba de su trasero en jeans. 
 
Maki solo se encogió de hombros con una sonrisa, sin parecer arrepentida en absoluto. "Mi mano se resbaló."

–¿De nuevo?– Nico preguntó con desconcierto, sin creer el descaro de la menor.

–Solo estaba apreciando su belleza. Si estás tan ofendida por mi atención, déjame asegurarte que tiene menos que ver contigo.– Maki dijo con una mirada desinteresada.

–¡Pero es mío!– Nico dijo molesta, un rubor subiendo en sus mejillas ante el elogio de la menor hacia su trasero. 
 
–¿Tuyo, dices? Entonces hagamos un trato, ¿qué haría falta para que fuera mío?.

–¡Incluso si me dieras un millón de dólares, no sería tuyo, idiota!

Noche de bodas

Nico suspiró de cansancio cuando ella y Maki finalmente entraron a su habitación de hotel después del largo día de celebración de su boda. Estaba cansada y gruñona, le dolía el cuerpo después de tanto caminar con sus tacones y su pesado vestido de novia. 

–¿Cansada?–Vino una sensual voz femenina detrás de ella, una que ahora pertenecía a su esposa. 
 
–Mucho.– Nico respondió mientras se sentaba en el borde de la cama y se inclinaba hacia adelante para quitarse los tacones.

–Entonces no tenemos que hacer nada esta noche. Podemos dormir.– Maki dijo, su voz no mostraba ningún signo de decepción por lo que acababa de decir.

–¡¿¡¿Eh?!?! ¡P-pero es nuestra noche de bodas! Y me has estado mirando toda la noche– Mencionó Nico, sin creer las palabras que acababa de escuchar ¿Maki estaba actuando interesada en ella frente a todos?

–Sé que es nuestra noche de bodas– respondió Maki mientras se paraba frente a la mayor y la levantaba –Pero estás muy cansada y es muy poco probable que disfrutes de otra cosa que no sea dormir en este momento.– Gentilmente la giró para que su espalda estuviera frente a ella.

–En lugar de simplemente decidir por mí, ¿por qué no intentas preguntarme primero?– Nico resopló, pero en lugar de responderle, la mano de Maki recorrió la espalda de la mayor hasta llegar a su cuello, donde sus pulgares presionaron y comenzaron a masajear el área tensa. Un leve gemido escapó de Nico, y por un segundo pensó que tal vez Maki había cambiado de opinión cuando había abandonado su masaje para comenzar a desabrochar su vestido, sus nudillos bajando por su piel desnuda y haciendo que la piel de gallina estallara a su paso.

–Me casé contigo  porque  eso me permitirá decidir las cosas por ti.
 
Ante eso, Nico se puso rígida y se dio la vuelta en los brazos de Maki, golpeándola levemente en el hombro –Ugh, ¿por qué no me dejas soñar despierta ni por un minuto que en realidad eras agradable?– Nico se quejó de ella.

–Porque te estaría mintiendo. Además...– Maki le dio a Nico su primera sonrisa traviesa del día, la misma que estaba reservada para los momentos en los que Maki se burlaba de ella sin piedad por algo que seguramente la haría sonrojarse y tropezar, como cuando fueron a comprar un mueble para su nueva casa y se burló de ella por la atención que estaba prestando al mueble de su dormitorio.

–Planeamos pasar bastante tiempo aquí, ¿verdad?– Ella le había susurrado al oído burlonamente. 
 
Y para ser honesta, a Nico le encantó que Maki se volviera traviesa. Los ojos de la menor siempre brillaban con alegría y hacía que Nico se sintiera especial ya que era un lado que solo ella podía ver de la intocable Maki.

–Ahora que estamos casadas, esto es mío sin que yo tenga que pagar un millón de dólares por ello.– Maki terminó cuando sus manos alcanzaron su premio recién adquirido y le dieron un ligero apretón. 
 
–¡Maki!– Nico se sonrojó profusamente, pero la menor se negó a soltarla, solo la acercó a ella y apoyó la barbilla en su hombro.

–Hablo en serio, vete a dormir ahora, de lo contrario no te utilizaré mucho mañana, ¿verdad? ¿Y no sería tan triste si no pudieras aguantar un día sin dejar insatisfecha a tu pobre esposa recién casada?
 
–Uf, eres tan mala.– Nico dijo mientras empujaba ligeramente a la menor lejos de ella, pero obviamente no lo decía en serio y Maki no se movió de donde ahora estaba acariciando su cuello.

–Oh, pobre Nico, atrapada con una malvada para siempre.– Maki bromeó en respuesta, Nico sintiendo su sonrisa contra su piel. 
 
–Lo soy, ¿no?– La pelinegra murmuró con felicidad, con un brazo rodeando la cintura de Maki para acercarla mientras la pelirroja estiraba la mano para jugar con su cabello, la fría mano de su novia y los anillos de boda en el cuello hacían que Nico temblara. 




































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Como saber si una Tsundere te amaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora