(L)imites

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Límites, límites, límites, porque realmente Maki no sabía lo que significaban, y si lo sabía, ciertamente no le importaba mantenerlos. 
 
El primer ejemplo que Nico puede recordar ocurrió incluso antes de que las dos se casaran, lo que mostraba realmente cuán desvergonzada era Maki.

La peliroja acababa de aparecer inesperadamente a las reuniones habituales de los viernes del grupo, llegando tarde en la noche a pesar de decirles que no vendría debido a una cita que tenía. Para ese momento, el grupo ya se había concentrado en los pasteles que Nico había comprado en el trabajo. Al ver que Maki no iba a asistir, la pelinegra no le había traído un pastel.

–¡Maki! ¡Eso es mío!– Nico gritó una vez que vio a Maki sosteniendo y comiendo su pastel, usando nada menos que el tenedor de Nico.
 
–¿Y?– había respondido en un tono aburrido, pero Nico juró que vio un poco de picardía en esos ojos –Debiste haber comprado uno para mí,  pero no lo hiciste, así que ahora es mío.– Ella se encogió de hombros. 
 
–¡Maki!– Nico se quejó. Ella había estado esperando comer este pastel todo el día después de empaquetar las 8 rebanadas de pastel en una caja en la panadería, y ahora Maki lo estaba comiendo sin remordimientos. –¡Pensé que ibas a tener una cita esta noche, así que no te traje para tí!

–Es cierto, Maki. ¿Cómo estuvo la cita?– Eli preguntó, Honoka y Nozomi se inclinaron hacia adelante en sus asientos para escucharla. Eli y Umi se miraron dejando en claro que ya sabían lo que paso. Nico sintió que esa familiar sacudida de celos la recorría al ver las miradas. Sabía que era de esperar que ese duo supiera todo sobre Maki, ya que eran muy buenas amigas, pero el hecho de que Nico no se sintiera cercana a Maki le dolía. A veces, Nico se preguntaba si Maki la veía como una mejor amiga o simplemente como una amiga normal.

–Fue terrible, de lo único de lo que habló durante toda la noche fue de negocios y de cuánto podían ayudarse las empresas matrices entre sí.– Maki dijo con un suspiro molesto.

Nico arqueó una ceja ante eso –Pensé que te gustaba hablar de esas cosas.

–¿En una reunión de negocios? Claro. ¿Pero que sea el único tema de conversación en una cita? Estoy buscando un compañero de vida, Yazawa, no uno de negocios.– Maki explicó con cansancio. 
 
–Está bien, Maki, estoy segura de que pronto encontrarás a tu persona perfecta.– Hanayo le dio a Maki su famosa sonrisa, y los labios de Maki se alzaron instantáneamente en una suave sonrisa de adoración propia. –Ten Maki, podemos compartir mi pastel en lugar de robar el se Nico.

–¿Hm?– Maki rompió a meditar y miró el pastel frente a ella antes de mirar a Nico –No hay necesidad, Hanayo, si debo compartir con alguien, también podría compartir con Nico.

–¡Bueno, no quiero compartirlo contigo!– Nico dijo con petulancia mientras cruzaba los brazos sobre el pecho.

–¿En serio?– Maki dijo con una mirada diabólica en sus ojos. Tomó un trozo de pastel considerable antes de ponerse de pie y moverse hacia Nico con una sonrisa. Nico, sintiendo el peligro inminente, se levantó de su asiento y retrocedió lentamente, pero una vez que Maki alargó los pasos, Nico se alejó corriendo de la mesa del comedor y entró en la cocina. No había dado cuatro pasos allí antes de que un brazo se extendiera y se envolviera alrededor de su cintura, tirando de su espalda contra un cuerpo cálido que olía a lavanda.

–¡Maki, noooo!– Nico golpeó a Maki, pero la peliroja solo se rió y la empujó contra el mostrador para que Nico quedara inmovilizada en su lugar. Nico se sonrojó y se alegró de que solo estuvieran ellas dos en la cocina o habría muerto por las burlas de Nozomi.

–Abre la boca Nico– Maki ordenó, su mano se extendió hasta ahuecar la mandíbula de Nico y presionar contra la suave piel. La pelinegra simplemente negó con la cabeza mientras mantenía la boca cerrada. Odiaba compartir cubiertos, así que incluso si fuera Maki, no los iba a compartir.

–Bueno, entonces no me dejaste otra opción.– Maki dijo con una falsa mirada de decepción, pero Nico volvió a ver esa mirada traviesa en sus ojos. Su pulgar acarició suavemente la barbilla de la pelinegra hasta llegar a sus labios, donde le acarició los labios inferiores y presionar insistentemente hasta que los labios de Nico se separaron. 
 
Nico, molesta porque Maki está jugando con ella así, mordió el pulgar de la peliroja, pero Maki solo se rió mientras acercaba el tenedor a la boca de Nico, diciendo: "Los buenos cachorros no muerden, Yazawa. Ahora come."

Nico se limitó a mirarla cuando finalmente se llevó el trozo de pastel a la boca y comenzó a masticar. Maki bajó la mano que sostenía el tenedor y lo movió para pasar sus nudillos contra la espalda de Nico su otra mano todavía ahuecando suavemente su mandíbula. 
 

–¿Acaso no tienes límites?– Nico dijo mientras seguía masticando el gran trozo de pastel, con las mejillas infladas. Pero ella estaba feliz por dentro ya que sus dudas de cuán cercanas estaban ella y Maki fueron silenciadas por este acto de intimidación juguetona. 
 
–No hables mientras comes– la regañó Maki antes de continuar encogiéndose de hombros –Además, solo estamos jugando.

Nico finalmente terminó de masticar y dijo –¿Quién dice que me gusta jugar contigo?–
Maki se limitó a sonreírle, sus brazos todavía sostenían a Nico mientras se inclinaba hacia adelante y golpeaba sus cabezas suavemente –No tienes que mentir Nico. Sé que soy tu favorita.

–Eso no es cierto.– Nico murmuró mientras apartaba tímidamente la mirada de Maki.

La peliroja solo se rió cuando finalmente se alejó de ella y comenzó a caminar de regreso al comedor. 
 
–Mentirle tu persona favorita es malo, Nico, especialmente cuando vio lo feliz que estabas al verla esta noche.– Maki sonrió por encima del hombro antes de salir de la cocina.

–Ughhh.– Nico se cubrió la cara con las manos mientras deseaba que el estúpido sonrojo desapareciera.

'¡Necesitas límites idiota!'





























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Como saber si una Tsundere te amaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora