Como saber si una Tsundere te ama

(Q)uerida

Estaba tranquila a primera hora de la mañana después de despertarse. Sus ojos miraban adormilados a Nico mientras los pensamientos sobre todo lo que tenía que hacer ese día daban vueltas en su mente.

Los únicos sonidos que se le escapaban serían los suspiros y bostezos mientras se arrastraba más cerca de su esposa en la cama, enterrando su rostro en su cuello para acariciar su suave piel. Sus dedos llegaban hasta la mejilla o el cuello de Nico, acariciando semicírculos que enviaban escalofríos por la columna vertebral de la pelinegra y la despertaban. Su única palabra antes de levantarse de la cama era "mañana" como respuesta.

Durante el desayuno, o cualquier comida para el caso, ella estaría callada, comiendo silenciosamente su comida con su tobillo envuelto en el de Nico. A veces le hacía preguntas sobre su día o respondía cualquier pregunta que tuviera Nico, pero en su mayor parte, comer era un asunto tranquilo. Así comía Maki, incluso cuando estaban en la universidad o frente a sus amigas. 
 
Prepararse para el trabajo o cualquier salida no fue diferente. La peliroja se movía silenciosamente por la habitación para elegir y ponerse varias prendas de vestir y joyas que eran apropiadas para el día, siendo su único establo constante el anillo de bodas de oro en su dedo anular. Después de terminar, se acercó y se paró detrás de Nico, apoyando la barbilla en su hombro y mirando el espejo frente a ellas.

"Emparejamos." A veces bromea con una pequeña sonrisa divertida, su mano estirándose para tirar de lo que sea que los dos estén compartiendo ese día. Su otra mano tenía la mano izquierda de Nico en un suave agarre, sus dedos frotaban los anillos de boda y compromiso. Presionará un beso prolongado en el hombro de Nico antes de irse, levantando sus propios hombros mientras inhala el perfume de su esposa.
 

Luego vinieron los silenciosos viajes en automóvil, o no tan silenciosos ya que Maki dejó que Nico tocara la música que quisiera. La pelinegra iba por el camino cantando junto con la música y a veces incluso bailando en su asiento. Eventualmente Nico se percataba de las pequeñas sacudidas de cabeza que hacía la peliroja al ritmo. Aunque Nico intentara hacer que su esposa bailara junto a ella nunca funcionó, Maki solo se limitaba a soltar una pequeña burla divertida y regresar su mano al muslo de Nico, dándole un apretón mientras le enviaba a su esposa una pequeña sonrisa ante sus ridículos pasos de baile. 
 
–Adiós cariño, te amo.– Nico diría cuando finalmente llegaran a la panadería, quitándose el cinturón de seguridad e inclinándose hacia Maki.

–Adiós– murmuraba la peliroja mientras acortaba la distancia entre ellas dos, besando a la pelinegra suavemente antes de recostarse en su asiento. Daría un último apretón a su muslo antes de soltarse, sus ojos vagaron por el rostro y el cuerpo de Nico apresuradamente como para memorizarlo.

Finalmente, las dos se reencontrarían cuando Maki la recoja a las cinco de la tarde. 
 
–Hola amor, ¿cómo estuvo tu día?– Nico preguntaba tan pronto como entraba y cerraba la puerta del auto. Por supuesto, Maki nunca respondió antes de inclinarse hacia su esposa, con un brazo extendido para sostener la parte posterior del cuello de Nico y acercarla para darle un beso de saludo. Después, en realidad nunca obtuvo una respuesta que no fuera de una palabra que iba desde "bueno" con un encogimiento de hombros y una curvatura de los labios hacia arriba (eso significaba que el día de Maki fue realmente genial), "bien" con un pequeño suspiro (esos eran los días promedio, aquellos en los que Maki estaba cansada y solo quería irse a casa), o ninguna respuesta (este era el que menos le gustaba a Nico porque significaba que Maki estaba enojada porque algo salió mal y que este estado de ánimo continuará durante un par de horas más). 
 

Después de llegar a casa, las dos continuarían con su rutina de turnarse para ducharse y cambiarse mientras la otra persona comenzaba los preparativos para la cena.
 
–¿Qué es lo que quieres hacer?– Maki le preguntaba a Nico, siempre permitiendo que la pelinegra dictara sus actividades durante las próximas dos horas antes de irse a dormir. 
 
–¿Podemos ver otro episodio de ese reality show de televisión?– Nico preguntó emocionada, instantáneamente revitalizada ante el pensamiento.

–Seguro.– Maki respondía con un encogimiento de hombros y una sonrisa, agarrando la mano de Nico mientras los dos se dirigían a la sala de estar y se sentaban en el sofá, Maki siempre tiraba de Nico para tenerla más cerca. 

Después de algún tiempo, el cansancio y la somnolencia se apoderaban de sus mentes y cuerpos con demasiada fuerza y ​​comenzaban a prepararse para irse a la cama sin necesidad de decir nada. Se cepillarán los dientes y se lavarian las caras una al lado de la otra antes de que la cama se ocupe y las luces se apaguen.

–Dime acerca de tu día.– Maki le susurraba a Nico con un brazo enrollado alrededor de la cabeza de Nico sobre la almohada mientras que el otro se envolvía con fuerza alrededor de su cintura. Una de sus piernas estaría entre las de Nico, sus pies calentando los de la otra.

Y así le decía Nico, las palabras salían de su boca mientras sus dedos jugaban con zarcillos en la nuca de su esposa. Maki ocasionalmente tarareaba o asentía contra ella para mostrarle que estaba escuchando, pero después de un tiempo todo lo que Nico sentía eran las suaves respiraciones contra su piel y la subida y bajada uniforme del pecho de Maki. 

–Buenas noches, cariño. Te amo.– Nico murmuraba antes de darle un beso en la coronilla y cerrar los ojos para dejar que el sueño se apoderara de ella. 
 
Sí, su esposa era una persona tranquila, pero era una tranquilidad cómoda que no la reprimía como suele hacerlo el silencio.

Después de todo, fue solo después de casarse con Maki que se dio cuenta de la diferencia entre las dos, y de cómo había llegado a ver qué era la prioridad y una parte querida de su esposa y su vida matrimonial.

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