(C)uidados

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Para una tsundere que ni siquiera podía decirle las palabras "Te amo" Maki realmente mostraba que le importaba. El ejemplo más definido de este rasgo en su esposa hizo que el pecho de Nico se llenara de calidez hasta el día de hoy.

Pensando en ello, Nico tuvo lo que ella consideraba un día normal. Se despertó temprano en la mañana como de costumbre, preparó el desayuno para ella y para Maki. Después de vestirse fue a trabajar a la panadería, llegó a casa y preparó la cena para una ya que Maki tendría una conferencia tarde ese día, y finalmente se fue a dormir a la alrededor de las diez en punto después de ver un drama que Maki había estado siguiendo. Sin embargo, pensando sobre su día, ahora ve señales de que algo anda mal. Cómo no tenía tanto apetito ese día a pesar de que su estómago le daba punzadas de hambre, o al menos eso era lo que pensaba que eran.

Su siguiente recuerdo de ese día fue cuando Maki la despertó suavemente en medio de la noche.

–¿Maki?– Nico jadeó mientras se despertaba bruscamente antes de que un gemido escapara de sus labios por el dolor que sentía en la parte inferior del abdomen. Sentía frío a pesar del sudor adherido a su piel y cabello. Su mano se presionó contra la fuente del dolor mientras se acurrucaba sobre sí misma.

–Nico, mírame. Tenemos que levantarte y llevarte al baño para que puedas limpiarte.– Maki susurró suavemente mientras acariciaba la espalda de Nico.

–¿Limpiarme?– La pelinegra murmuró en su neblina de confusión y dolor. Siguió la mirada de Maki hacia sus sábanas solo para que se ensancharan de horror al ver el charco de sangre que yacía debajo de ella. Maki vio que las lágrimas se le agolpaban en los ojos y la rodeó con sus brazos antes de levantarla para que se sentara.
 
Susurros de "está bien" y "no llores" fueron presionados en su sien mientras Maki la ayudaba a levantarse y caminar hacia el baño en su habitación. Nico cerró los ojos mientras Maki encendía la luz, tanto para salvar sus ojos de la sensibilidad como para no mirar el espectáculo humillante que debía ser. Pero si la sangre le disgustó a Maki de alguna manera, no lo mencionó ni lo mostró mientras ayudaba a Nico a quitarse la ropa y entrar a la ducha, abriendo el agua caliente para ayudar a aliviar sus calambres también. 
 
–Volveré en un rato con ropa, ¿de acuerdo?– Preguntó Maki, con las manos aferradas a los antebrazos de Nico. La pelinegra asintió mientras la peliroja se inclinaba hacia adelante y le daba un beso en la frente, diciendo un último "está bien" antes de salir del baño.

Nico se quedó un rato bajo el chorro de agua caliente, agarrándose el estómago sin moverse antes de recordar que tenía que limpiarse. Cuando terminó de enjuagarse el cuerpo, la puerta del baño se abrió y Maki entró con un montón de ropa para las dos. Nico escuchó un susurro al otro lado antes de que Maki se acercara a ella en la ducha, en silencio mientras giraba a Nico hacia la pared mientras vertía champú en sus palmas y comenzaba a masajear el cuero cabelludo de la pelinegra. Nico solo se apoyó en ella con cansancio. 
 
Nico recuerda cómo Maki la secó tranquilamente antes de ayudarla a ponerse  ropa interior ya acolchada, pantalones deportivos y una suave camisa de manga larga antes de secarse y vestirse. Y después de asegurarse de que el cabello de Nico estuviera lo suficientemente seco, finalmente la llevó a su cama donde ahora había sábanas nuevas y una compresa caliente que yacía en el lado de la cama de Nico. Cuando Nico apoyó la cabeza en la almohada después de tomar los analgésicos que le había traído Maki, sintió el agotamiento que enfrentaba su cuerpo además de los dolorosos calambres de su período. 
 
–Gracias– susurró Nico mientras se alejaba de Maki, pero su esposa solo le rodeó la cintura con un brazo, que solía sujetar con la compresa caliente contra la parte inferior del abdomen de Nico. La pelinegra suspiró aliviada por la calidez, murmurando un último “Te amo” antes de que el sueño se apoderara de sus sentidos. Sabía que Maki no había respondido a esas palabras, pero el beso que sintió sobre su nuca, así como lo que acababa de hacer por ella, le dijeron a Nico lo suficiente, y se quedó dormida preguntándose qué había hecho en su vida pasada para merecer a alguien como Maki.

Ella siempre cuidaba a Nico.



























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Como saber si una Tsundere te amaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora