(I)lógica

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A pesar de todas sus afirmaciones de ser sensata e inteligente, Maki era sorprendentemente ilógica.

–¿Lista?– Maki estaba parada en la puerta de la cocina, mirando a Nico mientras la pelinegra terminaba de empacar dos cajas de bento. 
 
–Sí– dijo Nico mientras las agarraba y le pasaba una a Maki antes de poner la suya en su bolsa de trabajo. –Vamos. 
 
Las dos salieron de la casa y Nico aprovechó la oportunidad para respirar el aire frío de la mañana mientras Maki cerraba detrás de ella. Cuando sintió la mano de Maki en su espalda, le sonrió mientras las dos caminaban hacia el auto Porsche negro estacionado en frente.

–¿Entonces vas a la casa de tu mamá después del trabajo?– Maki preguntó cuándo se habían acomodado y se habían puesto los cinturones de seguridad. El motor del coche aceleró suavemente cuando Maki arrancó el coche y entró en la carretera. 
 
–Sí, dejé la cena en el refrigerador, solo necesitas calentarla cuando llegues a casa.– Nico dijo, la emoción clara en su voz. No había visto a su mamá en un mes y estaba emocionada de cenar con ella esta noche. Miró a Maki y vio que sus cejas se fruncían ligeramente, aunque lo descartó como concentración en el camino.

Cuando el automóvil se detuvo en el estacionamiento de la panadería de Honoka, la pelinegra agarró su bolsa de trabajo y se abrochó el abrigo, preparándose para el cambio de temperatura una vez que saliera al aire frío de invierno. Se volvió hacia Maki –¡Que tengas un buen día de trabajo hoy!– Nico se inclinó para presionar el habitual beso de despedida en la mejilla, pero su esposa la sorprendió cuando giró la cabeza en el último segundo y atrapó sus labios en un breve beso. 
 
–¿Y?– Maki murmuró contra sus labios, con los ojos entrecerrados.

–Te amo– le susurró Nico, sonriendo contra el suspiro que Maki soltó una vez que escuchó las palabras que quería.

–Envíame un mensaje de texto cuando llegues a la casa de tu mamá– exigió la peliroja mientras se acomodaba en su asiento y miraba por la ventana. 

 
–¡Bien hasta luego!– Nico finalmente salió del auto y caminó hacia la puerta de la panadería, su mano se metió en el bolsillo para sacar las llaves de la panadería y abrirla por el día. Ella era vagamente consciente del sonido del motor del Porshe mientras el auto permanecía en su lugar, Maki esperaba hasta que la pelinegra estuviera dentro antes de partir. Una vez que la puerta estuvo abierta, se despidió de Maki nuevamente y le envió una última sonrisa, viendo como el Porsche finalmente salía del estacionamiento y conducía hacia el Hospital Nishikino.

Nico tarareaba mientras recorría la panadería, encendía las luces y devolvía las sillas a su lugar original. Primeramente pensó en que Honoka llegaba tarde nuevamente a su propia panadería y después en cómo esta rutina de Maki llevándola hacia y desde el trabajo comenzó unas semanas después de que regresaron de su luna de miel y se mudaron a su nuevo hogar. La peliroja la había llevado al trabajo ya que hacía demasiado frío para que Nico usara el autobús a las seis de la mañana en medio del invierno.

–¿Eso es todo?– Maki preguntó una vez que entró a la panadería, con indicios de incredulidad coloreando su voz. 
 
–Has estado aquí antes, ¿por qué estás tan sorprendida?– Nico preguntó de nuevo con diversión.

–Bueno, supongo que no me di cuenta de lo diferente que se ve cuando todo está oscuro y vacío, lo que, por cierto, plantea la siguiente pregunta. ¿Por qué exactamente está vacío?– Maki se volvió para mirarla inquisitivamente. 

–¿Hm? Bueno, por lo general soy yo quien abre la panadería por la mañana.– Nico dijo distraídamente mientras se envolvía un pañuelo alrededor del cuello.

–¿Completamente solo? ¿A esta hora?– Maki preguntó con incredulidad.

–¿Sí?– Nico respondió confundida, sin entender cuál era el problema.

–Idiota, ¿sabes lo peligroso que es eso?– Dijo Maki, su tono dejando en claro lo peligroso que ella personalmente cree que es. Nico abrió la boca para responder que no lo era en absoluto, pero Maki comenzó a hablar de nuevo.

–A partir de ahora, te recogeré y te dejaré en el trabajo, ¿a qué hora normalmente terminas?
 

–Yo- Maki no, ¡no puedes hacer eso! Ya te despertaste más temprano hoy para llevarme, no puedes hacer eso todos los días. ¡Además, ni siquiera terminamos el trabajo al mismo tiempo!– Nico protestó.

–No te preocupes por eso, cambiaré mis horas para que coincidan con las tuyas, así que, ¿a qué hora, Nico?

Y era una idea tan ilógica porque tienen diferentes horarios y diferentes trabajos y diferentes vidas, pero ahora están casadas ​​y Maki ha decidido que es hora de unirlas en todo.

Después de eso, su vida se había sincronizado. Las dos se despertaban juntas a las cinco de la mañana en lugar de que Maki se despertara más tarde a las seis y media, compartiendo el desayuno y vistiéndose antes de irse al trabajo. También ambas se iban a dormir temprano, las dos usualmente se acuestan a las nueve y media para dormir toda la noche. Nico sabe, sin embargo, que Maki tiene insomnio y le cuesta más conciliar el sueño, aunque ha mejorado con el tiempo, a veces se queda dormida tan pronto como su cabeza descansa sobre una almohada o el regazo de Nico.
 
Y como ambas llegan a casa a la misma hora después de que Maki recoja a Nico a las cuatro y media, incluso la cena tenía un horario fijo. La comida se servía a las seis y media cada noche, con la limpieza de la cocina hecha después y luego el tiempo libre para que ambas hicieran lo que necesitaran o quisieran antes de acostarse. 
 
De repente, algo encajó en su lugar para Nico. No es de extrañar que Maki actuara de esa manera esta mañana, toda fría y desinteresada con ojos que parecían un poco molestos. Por primera vez desde que se estableció su rutina entre semana hace dos meses, la está rompiendo a favor de ir a la casa de su mamá esta noche, dejando a Maki para cenar sola y probablemente irse a dormir sola.

Eh, por eso estaba tan sensible hoy. Nico pensó mientras una sonrisa divertida adornaba su rostro. Bueno, somos una pareja casada, dudo mucho que mi mamá se opongan a que Maki esté allí.

Nico tomó su teléfono y le envió un mensaje de texto a su esposa.

'¿Quieres venir conmigo esta noche?' -Nico.

'No.' -Maki.

'¿Enserio? Bueno. Pensé que querías ir, pero no importa entonces'

Nico sonrió, conocía a su esposa y, como esperaba, el mensaje de texto de Maki llegó instantáneamente.

'¿Por qué querría? Estoy feliz de tener la casa para mí sola esta noche.' -Maki

Nico resopló ante la obvia mentira, el siguiente texto la hizo reír a carcajadas esta vez.

Pero como quieres que lo haga, supongo que iré. Compraré vino blanco y te recogeré a las cinco. -Maki

'¡Nos vemos!' -Nico

'Llámame durante el almuerzo. Que tengas un buen día.' -Maki

Su esposa tonta de acciones ilógicas.

























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Como saber si una Tsundere te amaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora