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Viernes 7:35 PM

Él pelinegro salió del baño, con una toalla atada en la cintura y otra sobre la cabeza, masajeando la para secarse el pelo.

Con tranquilidad se dirigió a la sala, dónde se sentó en la mesa y agarró su celular.

Al verlo, se dió cuenta de que tenía una llamada pérdida, por lo que volvió a llamar a esa persona.

Hola, mamá.

Hola, Jungkookie—se escucha a través de la llamada que lo dice en un tono de felicidad—¿Cómo estás, mí amor?

Bien, bien.

¿Estás ocupado?

Un poco. No te contesté antes porque me estaba bañando, pero dime, ¿Por qué llamas?

Bueno, te llamo para decirte que la semana que viene volvemos a casa.

Que bueno—dice desanimado.

Wow, que emoción, ¿No estás contento?

Si, pero...—suspira—Hace cómo cuatro o cinco meses me dijeron que iban a volver, y no vinieron, ya no me extraña que digan "perdón, surgió un inconveniente y nos tenemos que quedar", y seguramente me digan eso en unos días.

Lo siento, hijo, pero nosotros no mentimos, realmente no podíamos volver.

Si podían. Antes de que se vayan escuché a papá hablar por teléfono, y dijo que ese viaje de "una semana" era opcional.

Seguramente escuchaste mal.

Lo escuché fuerte y claro. Si soy una molestia para ustedes y no quieren verme, no hace falta que quieran hacerme pretender que no es así. Ni siquiera estuvieron en mí primer día de universidad... Saben que, hagan lo que quieran, ya me acostumbré a estar solo de todas formas.

Dicho esto, cortó la llamada y dejó el celular en la mesa.

Unas pequeñas lágrimas se asomaron por sus ojos y comenzaron a caer, siempre era la misma historia. Sus padres se iban, y por meses no volvían. Cuando era más chico, ellos contrataban una niñera para que lo cuidara, pero cómo ahora ya tiene la edad suficiente, lo dejan solo. Toda su vida sufrió por eso. De niño lloraba todas las noches, se hacía creer así mismo que no lo llamaban porque estaban ocupados. Pero ya no era un niño, ahora se da cuenta de las cosas, aprendió a aceptarlo, él sabía que era una carga, eso explicaría muchas cosas.

Sacudió su cabeza y limpió sus lágrimas, no tenía tiempo de llorar, necesitaba empezar a hacer las cosas, por lo que se levantó y se puso algo de ropa.

Fue a la cocina y buscó los ingredientes para empezar a cocinar. La receta se la sabía de memoria, su abuela se la había enseñado cuando tenía unos 13 años, solo la preparaba para ocasiones especiales, y este es uno de ellos.

Varios minutos después, ya había terminado de cocinar, así que puso la comida en el horno y puso una alarma para cuando tenga que sacarla.

Se quedó quieto unos segundos para pensar que es lo siguiente que tenía que hacer.

"Poner la mesa"

Buscó 2 pares de cubiertos, 2 copas, 2 platos, y unas servilletas. Con cuidado los llevó al patio trasero, los apoyó en la mesa y comenzó a acomodar todo.

Volvió a entrar a la casa, miró todo al rededor para ver si había algo fuera de lugar, se había encargado de limpiar ese mismo día, así que se estaba fijando de que no haya pasado nada por alto.

Club de chicas ||KookTae||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora