𝙄

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Un joven alto, de piel canela y cabello castaño con rulos, se encontraba sentado en la orilla del mar de Portorosso, aquel pueblo en el que se había quedado a vivir luego de todo lo que había pasado en aquel verano de hace 3 años, aquel verano en el que su vida cambió para siempre, y para mejor.

Este vestia una camisa color vino que se encontraba abierta, adentro tenía su polo color hueso, sin mangas, utilizando también su short marrón; tenía un arete dorado en la oreja izquierda, en forma de aro, y una cicatriz en su brazo izquierdo, producto de su trabajo como salvavidas y pescador. Estaba apoyándose sobre su mano izquierda mirando el atardecer, mientras que con su mano derecha sujetaba un mondadientes en su boca. Había crecido bastante luego de estos tres años, bien le decía su papá (Massimo Marcovaldo) que en la adolescencia pegabas un fuerte cambio ¡Ahora hasta tenía un poco de músculos y unos leves pelos en la barbilla!

Se sentía emocionado y nervioso, ya que el verano ya había iniciado ¿Saben lo que eso significaba? ¡Luca iba a volver! No podía estar más feliz por eso

— ¡Alberto, ya está la cena, hice tu favorito!

El nombrado al girar vio a su padre llamándolo desde la orilla. Se levantó de inmediato y fue trotando hasta donde estaba, guardando el mondadientes en el bolsillo de sus shorts.

- Uy, será Spaghetti entonces ¿Verdad? -Preguntó rodeando un brazo en los hombros del mayor, dándole una sonrisa y empezando a caminar juntos hasta casa-

- No, es pescado frito -Dijo en un tono serio pero obviamente sarcástico-

- Jaja, qué gracioso -Dijo igual de sarcástico Alberto, sacándole una risa a su papá-

Ambos llegaron a casa y comieron juntos, preguntando sobre el día del otro y cómo la pasaron

- Mañana llegan Giulia y Luca ¿Estás emocionado? -Preguntó el señor mientras se servía más agua a su vaso-

- ¡Claro que lo estoy! No puedo esperar a ver a Luca, cada vez que viene tenemos un año entero de cosas que contarnos, ya no puedo esperar más -Dijo emocionado Alberto con los ojos brillosos y sosteniendo su tenedor en la mano izquierda- Oh, si, también me emociona que venga Giulia

- ¿No se enviaban cartas siempre?

- Sí, pero igual las cosas es mil veces mejor contarlas en persona

( . . .)

Ya había llegado la mañana y Alberto se levantó de un salto de la cama. Su pijama era un polo sin mangas color negro con un pez dibujado en el centro, y un pantalón color café.

- ¡Por fin, hoy llega Luca! -Gritó emocionado mientras salía de su habitación, yendo directo a la cocina para poder desayunar-

Ya ahí se encontraba su padre, quién hacia el desayuno. Al escucharlo bajar y sentarse se giró hacia él.

- Buongiorno figliolo  (Buenos días, hijo) -Le saludó mientras le servía dos huevos fritos, los puso frente a él en la mesa, junto con un vaso de jugo de naranja-

- Buenos días, pa -Le devolvió el saludo sonriéndole mientras que el mayor se sentaba frente a él con su plato con dos huevos y una jarra donde había jugo, poniéndolo al centro de la mesa, donde ya se encontraba el pan en una cesta-

Ambos comieron su desayuno, Alberto más rápido debido a la emoción.

- ¡Acabé! ¿Ya podemos ir a buscar a Luca y Giulia a la estación? -Preguntó levantándose de su lugar, emocionado-

- Sé paciente, recién son las 10:30 a.m y su tren llega a las 11:25 -habló el señor mientras tomaba el último sorbo de su jugo-

- ¡Es que ya no puedo esperar más! Con un año es suficiente, y lo cambiaría por menos incluso -Reprochó llevando su plato y vaso para lavarlos-

𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙘𝙚𝙨 [ 𝘼𝙡𝙗𝙚𝙧𝙩𝙤 × 𝙇𝙪𝙘𝙖 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora