𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙘𝙚𝙨 [ 𝘼𝙡𝙗𝙚𝙧𝙩𝙤 × 𝙇𝙪𝙘𝙖 ]

𝙄𝙑

La mañana había llegado. Debido al verano, era un día iluminado y con el cielo despejado, los rayos del sol chocaban contra el agua y sin duda no podía ser más hermoso combinado con el ambiente de Portorosso.

Alberto se encontraba en su trabajo como salvavidas, aunque más bien era un servicio que hacía y la alcaldesa del pueblo le daba una propina por ello. Se divertía bastante ahí

— ¡Hey! —Alberto giró y vió a Guido acercándose a él saludándolo con la mano— ¿Cómo estás? —Se saludaron con un choque de manos—

— Bien, hoy es un día tranquilo, los niños decidieron darle un mínimo valor a su vida y se mantienen cerca de la orilla —Bromeó señalando a los pequeños que se encontraban jugando a lanzarse agua entre ellos—

—El mayor soltó una risita por su comentario— Ajá, hoy está bastante tranquilo —Miró ahora al océano que no tenía ni una sola ola, teniendo varios botes de pesca por los alrededores—

— Ah, por cierto —Ambos se miraron, Alberto viéndolo con una sonrisa— Luca llegó hace dos días

— Oh, que bueno, se extrañaba tenerlo por aquí —Le sonrió— Pero, ¿No deberías estar con él? Siempre pasan juntos todos los veranos, prácticamente no se separan

— Lo que pasa es que este es mi primer verano como salvavidas, los demás me la pasaba durmiendo hasta tarde con Luca —Puso ambas manos dentro de sus shorts— Y bueno, son las 9:43 a.m —Dijo mirando por un momento el reloj que había en una esquina del pueblo— Luca suele despertarse a las 11:00 o por ahí

— Oh, está bien —Le sonrió dulcemente— ¿Quieres ir por un helado? Iba a ir con Ciccho pero está ocupado

— Claro, me encantaría un helado en este momento

Ambos se fueron en dirección a la heladería del pueblo mientras hablaban sobre sus cosas, ambos se habían hecho muy cercanos luego de lo de la carrera.

— Giulia —Llamó tallandose uno de los ojos marrones mientras bajaba las escaleras—

— Sì, bella addormentata? —Se burló mientras dejaba una cubeta llena de peces en el suelo, seguida de su padre que llevaba cuatro—

— ¿Dónde está Alberto? —Preguntó curioso mientras se servía un vaso café que había en la mesa de la cocina y se lo tomaba—

— Mmh, creo que lo vi paseando con Guido por el pueblo, no estoy segura —La pelirroja se encontraba acomodando correctamente las cubetas de manera que no estorben el paso. Su papá se había ido a traer más—

— Oh, gracias Giulia —Le agradeció llevando su taza para lavarla— Lo iré a buscar cuando coma algo —Terminó de lavar su taza y empezó a hacerse un pan con mermelada y mantequilla—

— Seh, los veo luego —Le sonrió mientras se iba nuevamente a ayudar a su papá en el trabajo, dejando a Luca solo en la cocina—

Luca hizo desaparecer su sonrisa cuando Giulia se fue. Le hacía sentir mal que cuando despertase, Alberto no estuviera, siempre habían despertado juntos y cuando no era así, él siempre lo esperaba; no quería pensar que ya no lo quería, era una idea estúpida considerando todo lo que ha hecho para que sea feliz, o sea ¡Vendió su Vespa para que él pueda estudiar e incluso pagaba parte de su educación! Pensar que no lo quería era ridículo.