Casiopea, una intrépida soñadora, tan sólo tenía diecinueve años cuando el Cataclismo se produjo. El año anterior se había graduado en el instituto y, pese a la insistencia de sus padres por estudiar una carrera, la joven había decidido tomarse un año sabático para explorar sus opciones... Aunque en realidad aprovechó para unirse a una ONG al norte del país, en Escocia.
Desde la adolescencia había formado parte de asociaciones animalistas. Muchas especies habían acabado por extinguirse como el lince ibérico, el oso polar o incluso los elefantes y eso le generaba una gran frustración. ¿Por qué el ser humano se cree el dueño del planeta? Es una pregunta que se hacía constantemente. Así que, cuando se le presentó la oportunidad de entrar en acción, decidió aprovecharla.
Por desgracia para Casiopea, sus padres murieron en un trágico accidente el día que ambos mundos colisionaron, quedando al cargo de su abuela Makena. Las semanas siguientes fueron duras, pero ambas consiguieron sobrevivir y encontraron un nuevo hogar en las ruinas de la antigua ciudad donde habitaba la anciana.
Makena era un mujer alegre, feliz, pero su estado en cierto modo suponía una carga para la joven, quien no dudó por un momento en ocuparse de ella, dedicándole toda su atención.
—Deberías estar explorando el nuevo mundo Casiopea... Siempre has sido una chica muy activa y curiosa —dijo la anciana, que se encontraba sentada en una bañera, desnuda, abrazándose a sus propias piernas.
—¿Y quién cuidaría de ti entonces? —respondió su nieta, frotando delicadamente una esponja sobre los hombros de su abuela.
—Bobadas, sé cuidarme yo sola —dictaminó Makena—. Algún día alguien más importante que yo necesitará tu ayuda y estoy convencida de que lo darás todo, mi pequeña soñadora.
Sin embargo, Casiopea estaba en lo cierto. La anciana era incapaz de valerse por sí misma y menos en ese Último Mundo, cuyos primeros años pusieron a prueba a la raza humana, quien no supo aprender de sus errores...
Su vida se volvió anodina y cotidiana, sin ninguna meta o propósito que le sirviera de aliciente para pensar en un futuro mejor. Así fue durante un tiempo, hasta que la vejez se llevó a lo único que aquella joven tenía, Makena, quedándose sola. Estuvo a su lado hasta el último de sus días, cuidando de ella siempre con una sonrisa.
Indecisa, afrontó esta pérdida con serenidad, viéndolo como una oportunidad para explorar este nuevo mundo que se había formado. No tenía miedo a los Digimon, sino respeto. Para ella aquellas nuevas criaturas sólo representaban una nueva oportunidad de vida. Comenzando su aventura.
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Con lo justo y necesario, Casiopea dejó atrás las ruinas para embarcarse en su travesía, inmersa en descubrir los nuevos ecosistemas creados. No estaba segura de a dónde ir o cómo hacerlo, así que se dejó llevar sin pensar en el mañana.
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The Last Stories (Digimon)
FanfictionTHE LAST STORIES || Basado en el universo "The Last World", narra diversas historias sobre algunos de sus personajes más emblemáticos y queridos, en diferentes líneas temporales, de cualquiera de los proyectos integrados en el canon bajo un formato...