❄️Día 16❄️

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Me gusta Grace, y creo que ella debería saberlo.

He pensado en lo que mi madre me dijo ayer y tiene razón. Reconozco que soy un tímido, pero está vez tomaré el riesgo.

Grace se encuentra hablando y dándome unas tontas explicaciones mientras estamos sentados en el porche de mi casa, gracias a Dios mi familia ha salido de compras.

Tomo una bocanada de aire.

—Grace —la interrumpo haciendo que se calle.

—¿Sí?

Vamos, no seas un cobarde ahora. Solo son tres palabras.

Trago y carraspeo. Mi corazón está latiendo tan fuerte que lo escucho claramente en mis oídos.

—Me gustas —digo, demasiado bajito, pero continúo—. Me encantas, Grace. Hace mucho, tú... eres increíble. Y he estado compartiendo más tiempo contigo y tú... De verdad me gustas.

Lo dije. ¡Lo dije! Pero tengo la cabeza agachada, me da miedo mirarla justo ahora. Si va a rechazarme al menos que no sea mirándome a la cara, eso de alguna manera lo haría menos...incómodo.

Ella no dice nada, nadita. ¡Nada! Ni siquiera algún ruido con la boca o sus manos, ¡o algo! Arrugo las cejas y decido levantar la cabeza para verificar que no me he quedado solo como un tonto en mi porche.

Ella está mirando a su casa, donde su está su padre, en el patio.

—Yo... Tengo que irme —susurra, hay algo extraño en su voz que no logro descifrar. Y no me detengo a analizarlo porque justo ahora mi vista está perdida mientras percibe que la chica se aleja.

No puedo describir como me siento justo ahora. Acabo de decirle a Grace lo mucho que me gusta y ella solo... Se fue.

Que tome riesgos me dijeron... Vaya mierda.

¿Habré arruinado todo nuestro avance?

Suspiro y no sé por cuánto tiempo me quedo ahí sentado, solo sé que cuando me levanté tenía varias partes del cuerpo dormidas.

Me adentro a mi solitario —por un rato— hogar. Subo directo a mi habitación luego de tomar un vaso de jugo en la cocina, cierro las cortinas, que ciertamente no recuerdo cuando abrí. Me arrojó en mi cama con poca gracia abrazando mi almohada, y ahí, solo, me quedo dormido.

❄️❄️❄️

En medio de mi sueño escucho que tocan la puerta, creo que balbuceo algo y la puerta se abre, segundos después siento la cama hundirse en una esquina.

—Douglas, la cena está la lista. Tu madre pidió que te avisara —Blake me empuja suavemente el brazo. Me quejo y me pongo la almohada encima—. Vamos, o subirá ella a buscarte.

Muy a mi pesar minutos después Blake logra pararme de la cama y me lleva a rastras al comedor. Debo decir que hoy se lucieron, cocinaron pavo al horno, puré de papas, ensalada, la mesa estaba puesta y decorada con un lindo florero de rosas y algunos velones y también hay algunos de los postres que mamá y yo hicimos ayer.

—Oh, cariño, es raro que duermas por la tarde, ¿Te sientes bien? ¿Estás enfermo? —pregunta mi mamá cuando me senté en la mesa.

—No, mamá, solo estaba un poco cansado —contesto.

Gracias a Dios no hace ninguna otra pregunta al respecto y gracias al cielo no me pregunta nada sobre Grace como se les ha vuelto costumbre.

La cena transcurre tranquila, conversamos un poco. Mi mamá hace saber que sus padres, mis abuelos, llegarán el veinticinco y de quedarán con nosotros hasta año nuevo, por el contrario mis otros abuelos pasarán Navidad y año nuevo con mi tío fuera del país, el año pasado lo pasaron con nosotros.

Una vez terminada la cena subo nuevamente a mi habitación y luego de un rápido baño de agua caliente me meto en mi pijama y vuelvo a mi cama. Me mantengo acostado mirando el techo y con los brazos cruzados en el pecho, hasta que impulsivamente me levanto y voy directo a mi escritorio, busco mi libreta y empiezo a arrancar cada página en donde tenía anotado mi famoso plan. Hago una bola con las hojas y las arrojo al zafacón.

Respiro hondo y me quedo observando la pared un rato antes de volver a la cama.

Estoy quedándome dormido cuando un familiar sonido se expande por la habitación. Saco mi teléfono debajo de la almohada y contesto. Antes de hablar lo alejo un poco para ver el identificador arrugo mis cejas leyendo el nombre: Grace.

—¿Sí?

Por un momento hay silencio en la otra línea.

Douglas... Lo siento... Por irme así, yo

—Tranquila, estoy bien —No, lo estoy.

La escucho respirar hondo. —Bien... ¿Seguirás conmigo, cierto?

Por un momento me quedo en silencio procesando sus palabras. ¿Va en serio? Quiero reír y al mismo tiempo gritar, no puedo creerlo.

—Sí, Grace, no te preocupes, seguiré siendo tu falso novio —respondo y admito que mi voz sonó algo áspera y seca.

—Bien... Gracias, Douglas —responde en voz baja—. Buenas noches.

—Igualmente, Grace.

Termino la llamada y me quedo observando el teléfono mientras lo giro en mis manos. Lo pongo en la mesita de noche y vuelvo a acomodarme en la cama.

No tardo mucho en conciliar el sueño.

Hoy no fue un buen día para mí, para nada.

Desafío Navidad ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora