❄️ Día 1❄️

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Estoy un poco asustado acerca de como voy a hace esto, pero estoy decidido, lo haré. Llevo enamorado de esta chica hace tiempo y nunca me he atrevido a decírselo, a pesar de que nos vemos y hablamos todos los días, puesto a que vive justo al lado de mi casa, y fuimos a la misma escuela.

Es muy hermosa, me encanta cuando se viste de azul, sus ojos se intensifican, su cabello rubio cae haciendo un contraste excepcional...es la vista más hermosa que una persona pueda tener jamás. Ella luce genial con cualquier color, pero cuando se viste de azul, es como si un verdadero ángel hubiese bajado del cielo.

Ahora ella está vestida de azul, lleva un lindo sweater azul con unos jeans negros y el cabello recogido en una coleta alta.

─Uhm...¿Douglas? ¿Quieres entrar?

Su voz es tan increíblemente melodiosa...que me provoca piloerección. No puedo separar mis labios, creo que no ha sido buena idea salir de casa sin un abrigo cubriendo mi cuerpo, siento que me va a dar hipotermia.

─¿Douglas?

Ella vuelve a llamarme trayéndome a la realidad.

Carraspeo. ─Hola, Grace.

Ella sonríe. Me encanta esa sonrisa.

─Oh, hablaste. Pensé que te habían comido la lengua.

Asiento con la cabeza, no sé porqué hice eso. Ella me mira divertida, me remuevo sobre mis pies.

Sin saber que más decir, saco las manos de detrás de mi espalda y las extiendo hacia ella.

─Te traje esto ─Creo que mi voz tiembla. No sé si por el frío, que ya no siento, o por el simple hecho de estar hablándole─. Mi madre las horneó, pero las decoré yo.

Ella toma la bolsa con las galletas de mis manos, sin borrar su sonrisa.

─Gracias, Douglas.

Salgo prácticamente corriendo directo a mi casa. Me refugio unos segundos detrás de la puerta antes de correr a mi cuarto.

─¿Qué hacías tú afuera sin abrigo, señorito? ─me reprocha mi mamá, cuando me la encuentro subiendo las escaleras─. Sabes bien que puedes pescar un resfriado, está helando afuera, Douglas.

─Lo sé, mamá, estoy bien ─aseguro antes de cerrar la puerta de mi habitación.

La escucho gritar algo que no logro entender. Me acerco a mi ventana, me apoyo en el marco y observo hacia la ventana vecina; las cortinas están abiertas y ella se ha sentado en su escritorio, está comiendo las galletas que les llevé. Ladeo la cabeza sonriendo un poco.

En un momento ella frunce los labios y gira la cabeza. Cierro tan rápido como puedo las cortinas y me lanzo a la cama.

─Esto no será sencillo ─digo a la almohada.

Desafío Navidad ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora