❄️ Día 6 ❄️

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Tengo su nota en mis manos, la he leído y releído desde anoche. No es que diga gran cosa, pero me sorprende que la haya enviado.

Me quedo unos largos minutos observando su número de teléfono escrito ahí, tan sencillo. Solo tengo que tomar mi teléfono y enviar un mensaje haciéndole saber que me encantaron las galletas.

¿Es sencillo, no? ¡Pues venga! Tomo mi teléfono  y empiezo a anotar el número. Lo agendo con su nombre y al lado un corazoncito.

Envío un "hola". Es un comienzo, ¿no?

─¡Doggie! ─Escucho que me llama antes de que la puerta de mi habitación se abra de golpe. Marcus entra haciendo un estúpido baile y detrás de él entra Sammy riendo.

─¿Qué hay, Douglas?

Le sonrío mirando su cabello. ─¿Azul?

Ella se encoge de hombros. ─Con este terminaré el año.

Sammy cambia de color de cabello al menos cinco veces al año, la última vez que la vi, hace apenas una semana, lo llevaba púrpura. La he visto con blanco, negro, rojo, rosa, y todos los colores de tinte que puedas imaginarte. Aún así tiene un cabello hermoso, es una clase de loca con el cuidado de él.

─Vinimos a buscarte ─dice Marcus mientras juega con uno de los autos de juguete que tengo en mi escritorio─, vamos a tomar algo y Sam insistió en que te llevemos.

─¡Hace días que no hacemos nada juntos!

Miro mi teléfono, no he recibido ninguna respuesta. Acepto la invitación y bajamos de mi habitación.

─¿Saldrás sin abrigo? ─Sammy enarca una ceja cuando abro la puerta.

─¿¡Por qué siempre lo olvido!? ─exclamo en voz baja mientras lo tomo y me lo pongo.

***

─Amigo, ¿qué tanto miras el teléfono? ─me reclama Marcus─, estoy hablando contigo.

─Grace me dio su número ─suelto.

─Oh, Marcus me habló sobre eso. Cuéntame los avances.

Articulo un "chismoso" hacia Marcus y él solo sonríe de lado y se encoge de hombros.

─Supongo, creo que vamos bien ─empiezo─. Anoche me envió galletas de jengibre y una nota en donde ponía su número de teléfono.

─¿Ella te envió galletas de jengibre? ¿No se supone que quien está tratando de conquistarla eres tú?

─Es que... ─les explico lo ocurrido esa noche y Marcus se ríe.

─No te burles ─le reclama Sammy, pero está aguantando su propia risa.

─Ya, lo siento ─Deja de reír y me mira─. A ver, utilizando un poco de la inteligencia que me otorgaron, si ella te dio su número es porque quiere que le escribas, y si no te ha respondido seguro que ni lo ha visto.

─Estoy de acuerdo con Marcus, Douglas. No te desesperes, ella te va a responder tarde o temprano, solo relájate ─añade Sammy, a lo que respondo encogiendo los hombros.

De vuelta a casa, justo cuando voy a entrar, escucho a alguien llamándome. Me giro encontrándome con el azul de sus ojos y su sonrisa.

─Hola, Douglas.

Ella se acerca a mí. Carraspeo. ─Hola, Grace.

─¿Recibiste las galletas? No estabas cuando las traje, seguro tu papá te las entregó ─añade, sonriendo un poco─, las horneé yo misma para ti, uhm, para ustedes.

Iba a preguntarle si no recibió mi mensaje, pero alguien abre la puerta canturreando mi nombre. Llega corriendo hasta mí y me pide que la cargue.

─Hola, Gras ─la saluda con una sonrisa.

─Hola, hermosa Dana ─le devuelve el saludo, carraspea─. Bueno, yo ya me voy, nos vemos luego, Douglas.

Ella se gira y me apresuro a llamarla.

» ¿Sí?

─Estaban deliciosas, me gustaron, las galletas ─Sonríe antes de seguir su camino.

Entro a mi casa con Dana colgada del cuello, cuando voy a dejarla en el piso se aferra aún más.

─Te amo, Dou.

─Yo también te amo, Dana ─le sigo el juego, sé que quiere algo.

Ella deja un baboso beso en mi mejilla. ─¿Me llevas a ver a Santa? Papá dijo lo vio en el centro comercial.

Río y beso su frente. ─Eres una pequeña manipuladora.

─Por favor ─Hace un puchero y parpadea continuamente. Río nuevamente.

─Está bien, te llevaré. Pero no hoy, ya es tarde.

Dana aplaude y vuelve a besar mi mejilla. Me pide que la baje y sale corriendo a la cocina.

Camino hasta mi habitación y me siento en mi escritorio, abro mi libreta y marco en ella el día seis con un pequeño corazón sin colorear. Escribo alguna que otra notita y vuelvo a dejarlo en su lugar.

Respiro hondo y me acuesto boca arriba en la cama. Mi teléfono suena indicando un nuevo mensaje. Lo saco de mi bolsillo.

Es Grace. Me respondió.

"Buenas noches (emoticón de
media luna)"

Sonrío mirando el mensaje. Me levanto y camino hasta la ventana, abro solo un poco las cortinas y mis ojos viajan a su habitación; ella está sentada en su escritorio con solo la luz del teléfono alumbrando su rostro.

"noches, Grace (emoticón de
corazón)"

Presiono 'enviar'  y levanto la vista para observarla. Sonrió. ¡Sonríe! Sí, pero no me contesta. Apaga su teléfono y la oscuridad no me permite ver más, por lo que vuelvo a mi cama y me acuesto.

Pongo el teléfono en mi mesita antes de acomodarme contra las almohadas y suspirar.

Creo que esto está saliendo bien. Muy bien.

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