❄ Día 8 ❄

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Ayer fue raro; Grace me llama por teléfono, luego me escribe que fue por accidente y después viene a mi casa y me dice que iba a decirme algo estúpido. No entiendo. ¿Será que ha sospechado? Seguro que lo sabe, ¡Dios! Soy muy obvio, pero aún no entiendo su actitud de ayer. ¿Quiere jugar conmigo? No, no creo eso de Grace. Creo que estoy exagerando.

Termino por marcar con un pequeño corazón amarillo la fecha de ayer y hacer una pequeña notita.

Salgo de mi habitación con rumbo a la cocina.

─Buenos días ─saludo a todos. Ellos me responden al unísono.

Me siento junto a mi hermanita, quien aún come en su silla para bebés, le gusta estar ahí.

Me gusta el menú de hoy; hotcakes, pan tostado, waffles, pancakes, fruta y jugo. Todos mis favoritos. Saboreo el trozo de hotcake que pongo en mi boca.

─Mmm, esto está delicioso.

─Cariño, Dana quiere que la lleves a ver a Santa. Tú papá le dijo que lo vió en el centro comercial ─me dice mamá.

Termino de tragar antes de responder. ─Sí, yo también lo vi, bueno, vi los niños haciendo fila y alguien me dijo que Santa estaba.

─¿Me llevarás a ver a Santa, Dou? Por favor ─Dana pone sus manitas en frente y repite muchas veces 'por favor'. Ruedo los ojos, sonriendo.

─Está bien, de acuerdo. Igual recuerdo haberte dicho que te llevaría.

Ella celebra aplaudiendo.

─Douglas, bebé, ¿te llevas a Blake? Quiere conocer la ciudad ─pide Marie.

─Claro, no hay problema.

***

Bien hubiera rechazado traerlo conmigo. Blake es prácticamente un niño en el cuerpo de un adulto. ¡Vaya que las apariencias engañan! En casa parecía un tipo normal, pero ahora va saltando de la mano con Dana mientras ven juguetes.

Llegamos temprano, así que Santa aún no está, entonces decidimos pasearnos por la juguetería un rato.

─¡Dou! ─canturrean los dos locos con los ando.

Giro los ojos. ─¿Qué?

No me da tiempo de analizar cuando Blake suelta a Dana y corre hacia mí. ─¡Tú las traes!

Intento preguntar, pero ellos salen corriendo en direcciones diferentes y que mi hermanita corra sola por los grandes pasillos me preocupa, por lo que terminó corriendo en la dirección que ella corrió.

─¡Dana, detente! ─grito, cuando la veo antes de doblar por otro pasillo.

No sé cuántos minutos llevo persiguiéndola cuando logro ver que alguien la lleva de mano. Inmediatamente mis alarmas se activan y corro lo más rápido que puedo hasta ellos.

─¡Dou! ─Ella me ve y hace que el muchacho que la lleva se detenga.

Me apoyo en mis rodillas recuperado la respiración.

─¿Es tuya?

Asiento hacia él y la suelta. ─Gracias.

─No hay por qué. No deberías dejar que corra sola por los pasillos, hay mucha gente en estos días y ya sabes, uno nunca sabe las intenciones que pueda tener alguno ─me dice amablemente.

─Sí, lo sé, gracias.

Cuando el chico se aleja, regaño a Dana por haber corrido sola y me dispongo a buscar al infantil novio de mi tía. ¡Dios! Estoy rodeado de locos.

Conseguí encontrar a Blake, Dana vio a Santa e hice las compras que a última hora mi mamá dijo que hiciera. Hubiese sido un día normal de centro comercial si no hubiese tenido que perseguir a un hombre de treinta y tantos años por los pasillos de una juguetería. Blake está loco, pero es un buen tipo.

De vuelta a casa, Blake estaciona el auto que rentó mi tía. Ayudo a Dana a bajar para después ayudar a Blake con las compras.

Por un momento mi vista queda en el patio de los Williams, o más bien en Grace, quien está sentada en una de las sillas junto a una de sus amigas, Lily; la conozco porque iba a la escuela conmigo el último año.

Un llamado con mi nombre hace que retire mi vista del lugar y la centre en quién me llama.

─¿Es ella? ─me pregunta Blake, señalando disimuladamente a Grace con su cabeza.

─Sí ─contesto distraído.

─Ella es bonita, no tanto como Marie, pero sí que es linda.

Lo pienso durante unos segundos antes de decidir hacer la pregunta. ─¿Cómo hiciste para lograr que la tía Marie se fijara en ti?

Él suelta una carcajada y niega con la cabeza. ─Eso no fue sencillo, chico, créeme. Así como la ves Marie es una mujer difícil. Al principio no me soportaba y ni siquiera sabía la razón, incluso me insultaba ─empieza a contarme mientras dejamos las bolsas en el porche─. Me gustaba molestarla y hacerla enfadar, y sin darme cuenta terminé enamorándome perdidamente de la bella Marie.

>>No fue fácil acercarme, ella rechazaba cualquier gesto cariñoso que intentaba, pero fui insistente. Cada día llevaba diferentes caramelos para ella y aunque los tomaba con desagrado al final del día se los terminaba comiendo con una gran sonrisa. Supe que estaba logrando algo.

>>Si me permites darte un consejo ─asiento para que continúe, sonríe de lado─. Si sientes en tu corazón que esa es tu chica, pelea por ella, sé perseverante y conquístala. Ahora ¿Quieres que te diga un secreto?

Se acerca a mi oído para susurrar. ─Ella te ha estado mirando justo ahora.

Instintivamente volteo, encontrándome con los ojos azules de Grace plantados en mí. Ella parpadea un par de veces antes de sonreír y saludarme con la mano, Lily se gira y hace lo mismo; aunque realmente ella y yo nunca hemos hablado. Les devuelvo el saludo antes de girarme de nuevo hacia Blake, quien me guiña un ojo.

Nos acercamos a la puerta y cuando estamos dentro él ríe bajito antes de decirme:

─No creo que estés solo en esto, chico.

Sin decir más se dirige a la cocina cargando las bolsas.

Arrugo los labios sin entender sus palabras.

Termino por encogerme de hombros y seguirle el paso para dejar el resto de las bolsas.

Desafío Navidad ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora