Capítulo 8
Lexie
—Buenos días—saludo a Begonia y a Kira que se encuentran desayunando.
—Buenos días—contesta Begonia sirviendo el ultimo plato—¿Cómo dormiste? Kira me dijo que te sentías mal y no quise molestarte.
—Hmm...si la verdad estaba muy mal—miento descaradamente—mis últimas pastillas han sido muy fuertes, pero ya me acostumbrare—le quito importancia sentándome al lado de Kira que me fulmina con la mirada.
—Bueno—me sonríe—termina tu plato, junto a tus vegetales y nos iremos al hospital lo más pronto posible.
—Seguimos con los vegetales...—murmuro.
—Será mejor que te acostumbres—responde Kira tomando un espárrago de mala gana.
—Jamás—me rehusó.
Cuando terminamos el desayuno me visto con un suéter y unos pantalones holgados cómodos, todas nos encaminamos al hospital algo incomodas por los comentarios que Begonia se dedica hacer tanto de nuestra forma de vestir hasta nuestra forma tan descuidada de comer, cuando llegamos al hospital hacemos todos los papeleos necesarios y una hora después me vienen a buscar indicándome a cual sala debo entrar.
—Tú debes ser Lexie—entra un doctor a la sala sin quitar la vista de lo que debe ser mi expediente.
—Así es—afirmo.
—Según esto tienes un glioblastoma multiforme en el cerebro—expone sentándose en la silla detrás del escritorio—¿tienes síntomas?
—Si, empezaron hace dos meses—contesto.
—¿Y cómo los llevas?
—Pues las pastillas ayudan mucho—me limito a contestar.
—Bien—me mira—estás consciente de lo que implica someterse a esto. Estos tipos de procedimientos son muy violentos, en muchos casos traumáticos...
—Lo estoy—aseguro—quiero hacer esto.
—Bien, entonces iniciemos.
El hombre que debe estar por los 50 empieza hacerme los exámenes a los que estoy acostumbrada, pruebas cardiacas, resonancias, tomografías y sin fines de pruebas de sangre.
—Todo listo—avisa una vez terminamos—algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia pueden afectar considerablemente las actividades cotidianas, por lo que es probable que desees ocuparte de algunos asuntos antes de comenzar el tratamiento.
—No—refuto.
—¿Estás segura de que quieres iniciar esto sola? —vuelve a preguntar, sabe que tiene la aprobación de mis padres, pero aun así se aseguran de no ser demandados por no dar las informaciones suficientes.
suspiró cansada.
—Si.
—Excelente, ven conmigo.
Me levanto de la máquina de tomografía y ambos nos dirigimos al sexto piso. Una vez ahí me encuentro con distintas personas, algunas dormidas y otras viendo revistas mientras le suministran la quimio. Me siento tomando una respiración profunda, seguido de eso una enfermera me inyecta la jeringa con el suero.
—Si necesitas algo solo llámame—informa el doctor amablemente.
—Puede darme una revista antes de irse—pido levantando la mirada.
—Una enfermera te traerá una en unos minutos.
Sin más se da la vuelta dejándome junto a los demás pacientes.
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Antes de que te vayas
Teen FictionCuando a Lexie Armstrong le diagnostican cáncer terminal en el cerebro se ve obligada a viajar a la otra parte del mundo. Ella estaba consciente de que pronto moriría. Pero lo que no sabía era que poco antes conocería a su gran amor. Ese amor salvaj...