CAPITULO 17

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Capítulo 17

Chase

Malditos recuerdos.

Malditos sentimientos.

Maldito el día en el que pise por Canadá y encontré a esa tonta distraída de ojos hipnotizantes voz extremadamente dulce y terca chica que no puedo sacar de mi cabeza por más que lo intente.

En qué momento mi vida se volvió tan aburrida, tan miserable y monótona, en qué momento dejo de llenarme el dinero y la fama. En el momento en el que solo su sonrisa podía permitirme sentir algo más allá que lo superficial, en el momento en el que mis verdaderas risas las provocaba ella ...

Me sirvo otro vaso de whisky y dirijo mi vista hasta la chica detrás de Andrew que no ha dejado de dedicarme pequeñas sonrisas desde que entre al bar con el idiota frente a mí.

Andrew había estado conmigo desde que me echaron de casa a los catorce cuando le dije a mis padres que quería dejar la escuela para dedicarme completamente a la música. Andrew dejo que me quedara en su sótano durante meses sin que sus padres se enteraran, es lo más cercano a un hermano que tengo justo ahora.

Quito la vista de mi trago cuando me lo termino por completo y vuelvo a prestarle atención. Andrew es un chico considerablemente atractivo tiene el pelo negro azabache siempre hacia atrás y perfectamente ordenado, pómulos marcados y ojos azules con una pequeña y apenas perceptible heterocrómica del lado izquierdo.

—Pensé que volverías a Canadá — dice tomando de su jugo, a diferencia de mi Andrew no toma ningún tipo de alcohol.

—No tengo nada que hacer en Canadá — le hago una señal al camarero para que me traiga otra ronda de whisky.

—Y esta chica de la que me habías hablado — piensa un segundo — ¿Lexie? —Pronuncia su nombre e inmediatamente mi mandíbula se tensa.

—No se de que hablas— aparto la mirada.

—Por favor, Chase, solo hice mencionar su nombre para que todo tu cuerpo se tensara, si tanto te afecta ve y llámala.

—Qué crees que he hecho toda la maldita semana — bramo tenso — los primeros tres días solo colgaba después de eso solo me envía al buzón — descanso mis manos en la barra de atención — me canse, que siga con su vida, no estaré con una persona que le crea a cualquier persona menos a mí.

Andrew me mira con sorpresa.

—Chase Harper herido por una chica — habla divertido — eso sí que me sorprende—bufa.

—Cállate Andrés — odia que lo llame Andrés.

—Creo que esa chica te hechizo amigo — dice dándome pequeños golpes en la espalda.

—Pues busca como deshacerlo en vez de estar de chismoso — me levanté sacando unos billetes de mi bolsillo y dejarlos debajo del vaso vacío.

—La única manera de curar un corazón roto es...— hace una pausa — no lo se hermanó nunca he pasado por algo así — se encoge de hombros.

—Gracias por nada — me despido caminando hasta la salida, abro la puerta del bar con la vista un poco borrosa y busco mi auto a lo lejos. Siento unos dedos rozar mi antebrazo justo cuando encuentro mi auto y volteo a ver de quien se trata. Cuando lo hago encuentro la misma chica del bar con una gran sonrisa en el rostro, es una morena con una gran cabellera negra suelta a los dos lados de su rostro delicado, sus ojos son de un morrón claro que hace un lindo contraste con sus labios rojos y pestañas largas.

—¿Ya te vas? —Pregunta en un tono coqueto a la vez que juega con su cabello.

—Ya es tarde no crees — me gustaría decir que no correspondí su tono coqueto, pero no fue así.

—Si quieres podemos seguir en tu casa — propone mordiéndose el labio superior — o en la mía ...

Mi vista va de su cara a la minifalda que cubre menos de la mitad de sus muslos.

++++

—Aquí estoy de acuerdo — le dije a Lexie luego de ver su estado.

Unos segundos después quita sus manos de su rostro dejándome ver el rojo de ojos a los cuales aún no le encontraron el color exacto.

—Lo sé —levanta la mirada encontrándose con la mía, Lexie tenía su vestimenta usual un suéter negro grande junto a sus jeans holgados que sorprendentemente la hacían lucir sencillamente bien—pareces un chico malo—confiesa divertida.

—Tal vez lo soy—contesto quitándome los lentes.

—¿Eres de esos rompe corazones, con motocicletas, líder del equipo de fútbol, ​​con traumas acumulados? —Cuestiona divertida.

—Bueno, era el líder del equipo de fútbol en la secundaria, no me diría exactamente un rompecorazones—hago una pausa reviviendo viejos recuerdos— pero sí, si tenía una moto—confieso con seriedad.

—Eras el fuckboy de la secundaria—entre cierra los ojos—me convertí en lo que juré destruir, la chica que cambia al chico malo por amor, bueno, solo que tú ya no eres un chico malo y tampoco estás enamorado, estamos rompiendo un poco las reglas del juego no crees—su última oración me deja pensando.

—¿Estás segura de todo lo que dijiste? —Cuestiono quitándome el gorro.

—Pues sí ...— duda.

—Yo no estaría tan seguro de lo último—declaro levantándome de la roca.

+++

Dejo esos recuerdos a un lado volviendo a la chica que está frente a mí.

—No — la rechazo presionando un botón que hace que mi auto de abra.

—Oye espera — me sigue hasta volver a quedar frente a mí — te veías interesado—dice apagada.

—Lo estaba — confieso — pero no puedo quitarme la imagen de una perfecta chica de la cabeza de la que creo estoy enamorado como un jodido idiota — levanto la mirada — y sé que si subes a ese auto contigo no tendré más que remordimiento conmigo mismo, lo cual no debo sentir, ya que ella se alejó sin darme la mínima oportunidad de dar una explicación, sin embargo, aquí me tiene jodido y pensando en que no debo hacer nada malo.

Cuando termine la chica tenía la boca entreabierta por la sorpresa.

—Ella no se enterará— su respuesta me hace fruncir el ceño.

—Buenas noches — es lo último que le digo antes de entrar a mi auto cerrando la puerta rápidamente.

—¡Maldición! —Bramo golpeando el volante.

Qué clase de embrujo me hizo Lexie Armstrong que no puedo sacarla de mi cabeza.

Antes de que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora