Capítulo 14
Lexie
Me quedo observando el panorama unos segundos, mi padre toma dos de las maletas, una a cada lado de sus brazos y vuelve a dirigir su vista hasta mí, está igual que la última vez que lo vi hace más de un mes, su pelo negro con pequeñas hebras de canas al inicio de su cabellera que a pasar de eso le dan un aire de alguien con menos edad de la que realmente tiene, una altura impotente y sus ojos completamente negros iguales a los de Emily.
—¿Ah? —Es lo único que me atrevo pronunciar.
—Begonia — Mark voltea dirigiéndose a Begonia que tiene una sonrisa falsa desde que entre — gracias por cuidarla tan bien.
—¿Cómo? —hablo llamando la atención de ambos— ¿nos iremos?—pregunto incrédula.
—Así es — contesta Mark — renté un pequeño lugar para ambos.
Asiento despacio.
Mi padre se encarga de despedirse de Begonia y cuando termina me acerco a ella para también despedirme — fue un placer estar aquí — digo en medio de un abrazo — espero nunca regresar — susurro para que papá no me escuche.
—Espero lo mismo — murmura antes de separarse de mí.
Cuando salgo papá ya tenía las maletas en una camioneta que supongo había rentado en cuando llegó. Durante todo el camino estuvo hablándome de cómo estaba todo en casa y porque mamá no pudo venir con él, Margaret mi madre, tenía demasiadas cosas que atender en la empresa, pero me aseguro de que vendría la próxima semana con Emily.
Cuando llegamos al pequeño lugar del que me había hablado me sorprendí, era un pent-hause en el último piso del hotel, las puertas del ascensor se detuvieron dejándome ver todo alrededor de este, tenía una enorme sala con sofás blancos alrededor de una mesa de cristal, dos lámparas alrededor de la enorme ventana que daban una hermosa vista, eran de diferentes colores lo que le daba un toque distinto a todo lo blanco y negro del lugar. No me sorprende viniendo de mi padre.
Yo de inmediato me acomodé en uno de los muebles estirando mis pies que pasaron más de cuatro horas en una camioneta cuando Mark se me puso al frente con el semblante serio.
—Quiero que me digas por qué estas faltando a tu tratamiento — su voz salió más como un reproche que como una pregunta.
—Yo ...— intenté buscar una excusa sin éxito.
—Ya sabes lo que opino sobre las mentiras Lexie — reprochó mirándome seriamente a los ojos.
—Bien — descanse los hombro resignada era imposible mentirle — conocí a un chico — empiezo — cuando decía que iba a tomar el tratamiento realmente me veía con él porque realmente lo disfruto— su semblante serio cambió por uno de asombro — quieres más información o ...
—Con eso está bien — hizo una seña con las manos.
La razón por la que lo dije es porque sabía que no le tomaría mucha importancia, mi padre siempre me dio todas las libertades que podría imaginar, la que ponía el orden y las reglas era mi madre Margaret, ellos hacían un dúo genial. Pero algo que sabía que si le molestaba era que no tomara mi salud en serio.
—Debes seguir con el tratamiento — dice dándose la vuelta — y hablarle a tu madre sobre ese chico — pasa sus manos por el cuello, debe estar cansado— y no quiero estar hay cuando lo hagas—señala.
—Bien — asiento aunque no pueda verme — no quieres conocerlo o algo así ...
—Y fingir que me desagrada, amenazarlo con que si rompe tu corazón lo lamentará, hacer todas esas cosas de interrogarlo y saber si es un buen partido o no — suspira — pasó, tengo cosas más importantes que hacer, cómo estar seguro de que no te escapes o no faltes a tu tratamiento—vuelve a verme—de ese chico se encargará tu madre, pero sabe que sí te lastima no hace falta amenazarlo para saber que sufrirá ¿cierto?
—Cierto — sonrío levantándome del sofá — te extrañé mucho — confieso una vez estoy frente a él.
—Yo también hija — declara pasándome las manos por el pelo— ve a cambiarte hice una reservación para las 9:00 en un restaurante.
Así fue, fuimos a un restaurante cerca del hotel, nos pusimos al día sobre algunas cosas y regresamos al hotel donde me bañé y me puse pijama volviendo a la cama.
#
Habían pasado tres días de que estaba viviendo con papá, tres días en los que no había visto a Chase ni una vez, él estaba muy ocupado y yo muy cansada gracias al maldito tumor en mi cabeza. Decidimos vernos una última vez antes de que se fuera por dos semanas del país, cuando me lo dijo no le tomé mucha importancia, pero tenerlo a mi lado justo ahora con su media sonrisa, el gris en de ojos, y sus hoyuelos apenas visibles me hacen darme cuenta de que lo extrañaré más de lo que debería.
Son solo dos semanas me repito.
Tomo otra roca de mi lado y la lanzo al lago que tenemos al frente, no sé cómo Chase encontró este lugar, pero es hermoso, tiene una pequeña montaña al fondo la cual produce una cascada que produce el agua del lago que da ilusión de ser verde gracias al bosque que nos rodea.
—Quizás puedas hacer amigos mientras no esté — dijo en un intento de consolarme sin quitar su vista del lago — creo que no te he dado mucho espacio en estas últimas semanas para que conozcas a más personas— suelta una risa triste.
No quiero conocer a más personas, quiero que te quedes.
—No lo creo — lanzó otra roca sin ser capaz de decirle eso.
—¿Ah no? —Chase tomo mi mano suavemente cuando vio que iba a lanzar otra roca al lago. Me negaba a mirarlo y él lo notaba ya que intentaba hacer contacto visual. No quería encariñarme más con su tonto y hermoso rostro, aunque creo que ya es muy tarde para hacer eso.
—Solía ser buena socializando — siento su mirada pesada sobre mi— digo solía hacerlo todo el tiempo—deje ir una sonrisa triste.
—¿Qué cambió?—pregunto en un tono suave.
—Deje de verle el punto — me encojo de hombros — a veces es más fácil caer en tu propio abismo y olvidar que existe el mundo.
Cuando terminé tenía toda su atención.
—Esto sonará egoísta, pero me encanta que sea especial o algo así.
—No dije que fueras especial ...—volteé a verlo de una vez por todas.
—Lo hiciste cuando le viste el punto de estar aquí conmigo — increpa dejándome sin argumentos válidos — no me importa si no quieres admitirlo Lexie, tú lo eres para mí — se acerca tomando mis mejillas en sus manos suavemente — tú vas me manquer petite filete—susurra cerca de mi rostro.
A pesar de no saber francés pude entender lo que dijo.
—Yo también renacuajo—confieso revolviendo ligeramente su cabellera rubia.
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Antes de que te vayas
Teen FictionCuando a Lexie Armstrong le diagnostican cáncer terminal en el cerebro se ve obligada a viajar a la otra parte del mundo. Ella estaba consciente de que pronto moriría. Pero lo que no sabía era que poco antes conocería a su gran amor. Ese amor salvaj...