CAPITULO 24

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Capítulo 24

Lexie

Observo las nubes tras la ventana del avión y solo puedo pensar en Chase.

Han pasado 2 días desde la última vez que nos vimos. Me acostumbré tanto a su presencia, su aroma, su sonrisa, que se me ha hecho una eternidad no tenerlo cerca. Me pregunto si realmente fue la mejor decisión irme, pero ¿Para que quedarme? lo único que lograría sería causarle más problemas. Suficiente le di con engañarlo todo este tiempo. Es mejor así, él seguirá su rumbo y yo el mío. Al final cada uno tomará su propio camino por separado.

***

—¿A qué te dedicas Lexie?—su pregunta me tomo con la guardia baja —digo tú sabes todo—hace una pausa —bueno casi sabes todo de mí, es mi turno de conocerte.

Miro el plato antes de contestar, se ve delicioso.

—Respirar — me encojo de hombros dirigiéndole la mirada.

—¿Respirar? —Repite mirándome de reojo.

—Básicamente respirar, no gano mucho, pero me ayuda a vivir —increpó.

—Ganas mucho viviendo—me mira.

—¿A si? —Enarcó una ceja — ¿cómo qué?

—Como a alguien que está frente a ti para empezar.

...

—¿Mal de amores? —volteo el rostro hasta la mujer mayor que está a mi lado.

—Tanto se nota—quito la lágrima que se empezó a deslizar por mi mejilla.

—Tus ojos expresan tristeza... Se ve que eres joven, no tendrías por qué estar sufriendo por eso tan pronto.

Sí que debería.

—Es complicado...—me limito a contestar.

—¿Eras feliz?

—¿Disculpe? —enarco las cejas.

—¿Él? ¿Te hacía feliz?

Asiento.

—Todo el tiempo.

—Y porque no luchas en vez de huir.

—No estoy huyendo, y ya no hay nada por lo cual luchar, él mismo dijo que yo no era la persona de la cual se enamoró.

—Cuando las personas están heridas dicen las cosas que quieren sentir, pero no siempre es cierto.

—Lo lastimé...—murmuro.

—A veces el amor significa dolor, hazme caso.

—No debería ser así—digo—no deberíamos enamorarnos con la certeza de que sufriremos, el amor no debería doler.

Vuelvo a poner mi vista en la ventana.

Cuando bajo del avión me encargo de llamar a mis padres diciéndoles que volví a Canadá para continuar con el estudio, cuando preguntaron el porqué me desvíe del tema.

Llamo a Sofía cuando llego a la salida y cuando contesta llevo el teléfono a mis oídos.

—¿Ya estás aquí? —inquiere de inmediato.

—Si, ¿dónde estás?—digo detrás de la línea.

—A tu izquierda—dice he inmediatamente volteo la cara encontrándome con la melena rubia de Sofía. Estaba luciendo un vestido floreado que le hacían lucir su asombrosa silueta.

Antes de que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora