Capítulo 10
Lexie
"A veces nos preocupamos tanto por el futuro que olvidamos por completo disfrutar el presente." Siempre había escuchado esa frase, la entendía solo que no me identificaba con ella. No hasta ahora.
Veo las olas del mar pasar sintiendo la humedad en de mis pies a cada paso que daba. estaba disfrutando el momento.
Mis manos estaban entrelazadas junto a las de Chase que tenía un semblante serio. Hace un rato estábamos hablando plácidamente en una de las carpas, pero le llego un mensaje y su risa se desvaneció dejándome con curiosidad. Su teléfono volvió a vibrar, Chase lo tomo mirándolo por unos instantes en los que su mandíbula se tensó, disimuladamente logre ver de quien se trataba antes de que lo volviera apagar.
Llamada entrante: Victtoria...
—No vas a contestar — cuestiono intentando ocultar mi disgusto.
—No — su voz salió irritada.
—Puede ser importante.
El sonido del teléfono vuelve hacerse presente.
Chase no hace nada por unos segundos, no hasta que decide volverlo a sacar descolgarlo y llevarlo a su oído antes de empezar hablar.
No quería escuchar la conversación ya que parecía algo privada, así que solté su mano siguiendo el camino, cuando estaba lo suficientemente lejos me quede en la orilla del mar con la mirada perdida. El y Vittoria tienen algo, sin embargo soy yo la que está aquí, que tan mal esta eso.
Me quedo así durante varios minutos antes de sentir la presencia de alguien a mi lado, no es Chase, reconocería su aroma en cualquier lado. Volteo la mirada encontrándome con el perfil de un chico con la mirada fija en el mar.
—Owen— el chico se da la vuelta quedando frente a mí. A pesar de la oscuridad puedo detallarlo bien gracias a luz de luna , tiene el pelo largo un poco más abajo del cuello, pelo que hace un buen contraste con sus ojos negros y su piel bronceada. Bajo la mirada un segundo encontrándome con su torso descubierto, no es muy marcado, pero se nota lo trabajado que está.
—Lexie — extiendo mi mano correspondiéndolo una vez termino de detallarlo.
—Mucho gusto Lexie—me dedica una pequeña sonrisa — ¿estas aquí sola?
—No de hecho ...— llevo la vista hasta tras intentando ver a Chase, algo que no lo logro gracias a la oscuridad —no, no estoy sola — termino por decir.
—Si quieres puedes venir conmigo yo y unos amigos tenemos una pequeña fogata— señala algo detrás de mi espalda, volteo y a lo lejos logró ver un pequeño grupo de personas al rededor de una gran fogata.
Volteo nuevamente a verlo con los ojos entrecerrados.
—Quizás para la próxima — rechazo la oferta.
Su rostro muestro algo de decepción, pero la quita de inmediato.
—Bien — asiente despacio — si cambias de opinión eres bienvenida — es lo último que dice antes de cruzarme por el lado.
Lo veo desaparecer lentamente en la oscuridad. Mi vista vuelve al mismo lugar de antes.
Me pregunto que hubiese pasado si no hubiesen descubierto ese tumor... si continuará siendo una chica cursando su último año de la secundaria, tal vez no estuviera en Canadá, no hubiese conocido a Chase, no tuviera la preocupación de que podría morir en cualquier momento, estuviera con mi familia mis amigos, disfrutando esos pequeños detalles de la vida de los que ahora que me doy cuenta me hacían realmente feliz, la vida es así de inestable supongo , un día estás tomando el café con tus mejores amigas y al otro tienes miles de drogas corriendo por tu sistema las cuales te obligan a consumir cada día, por eso las dejé, prefiero vivir en una horrible realidad que en una falsa fantasía.
Imaginar un mundo perfecto es fácil, lo difícil es abrir los ojos y darte cuenta de la verdadera realidad en la que te encuentras.
—Hablaremos de esto más tarde — Chase se posa a mí lado, aún habla por teléfono — bien, si adiós — cuelga.
—¿Problemas amorosos?— cuestiono sin despegar la vista del mar.
—Es complicado — suspira.
—No debería estar aquí —sopeso — tienes a Vittoria y yo solo...
—Vittoria no significa nada — me corta.
—Pero están juntos — aclaro.
—No por mucho — su declaración me deja sin palabras.
Levantó la mirada encontrarme con su perfil mirando las olas del mar, el viento hace que su desordenado cabello rubio se deslice por su frente ocultando parte de su rostro. Sus hombros están tensos y su respiración era pesada. Algo esta mal.
—¿Estás bien?— solté, pero no quito la vista del mismo punto.
—Lo estoy — sus labios decían algo, pero su mirada perdida y triste decían lo contrario.
Eso era justo lo que hacía cuando me preguntaban cómo estaba. Decía que estaba bien, que no me pasaba nada, pero la verdad era que no, no lo estaba, no lo estoy, ocultaba mi dolor detrás de bromas, risas y conversaciones vacías, era la única manera en la que podía sacarle pequeñas sonrisas a las personas. Por alguna razón no quería que Chase lo hiciera, quería ver quien era enrialidad, quería saber que le afligía y sobre todo quería que cuando estuviera conmigo realmente estuviera bien.
Que ambos lo tuviéramos.
—Chase — mi voz fue casi un susurro — mírame — él lo dudo un segundo, pero cuando lo hizo pude ver que tenía los ojos rojos.
Sin decir nada me puse de puntillas envolviéndolo en un abrazo, unos segundos después él lo correspondió envolviendo sus manos tras mi cintura.
—No lo hagas — murmuro apoyando su cabeza delicadamente sobre la mía — no te alejes de mí—pude sentir la vulnerabilidad a través de sus palabras.
No pude decir nada, fue como sentir una pequeña daga enterándose tras mi espalda.
No sabes cuánto me gustaría decir eso—dije para mi—no pude hacerlo. Estaría engañándolo a él, y a mi misma si digo esas palabras.
Estuvimos así por unos instantes en los que ninguno pronunció una palabra, era suficiente con tenernos el uno al otro.
Decidí ir junto Chase a la fogata de la que Owen me había hablado, varias personas lo reconocieron y no ocultaron su emoción al no sólo pedirle fotos si no invadir su espacio personal, en un momento me sentí algo incómoda, pero después me dio algo de gracia ver la cara de Chase cada vez que una de ellas se le insinuaba.
Así pasamos la noche, charlando, hablando y tomando una que otra cerveza que claramente no podía tomar por mi tratamiento, pero que en ese momento no me importaba, estaba cómoda al hablar y reír con esos chicos sentirme como una más de ellos, Chase se había sentado a mi lado en un pequeño tronco que había, me dijo algo al oído y no pude ocultar la risa y nerviosismo en mi cara.
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—Buenas noches, Chase — murmuré a su lado, aunque estuviera durmiendo.
Me acomode en la almohada, y cuando estaba casi dormida escuché su voz ronca.
—Buenas noches Lex.
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Antes de que te vayas
Teen FictionCuando a Lexie Armstrong le diagnostican cáncer terminal en el cerebro se ve obligada a viajar a la otra parte del mundo. Ella estaba consciente de que pronto moriría. Pero lo que no sabía era que poco antes conocería a su gran amor. Ese amor salvaj...