Capítulo 34.

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Advertencia: El contenido de este capítulo puede resultar delicado para algunas personas, se recomienda discreción.

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— Es mamá — susurré, lleno de pánico y nervios.

Creo que voy a vomitar.

— ¿Crees que entre a tu habitación? — preguntó temerosa.

— Lo hará.

Nakia rápidamente se puso de pie, buscando su blusa.

— Hay que mantener la calma, cre...

— No — la interrumpí —. Yo, yo, n-no sé lo que pasará p-pero por favor escondete en mi armario.

— ¿En tu armario? — preguntó desconcertada —. ¿Tu mamá no sabía que yo vendría?

Mamá se acercaba a mi habítacion, podía sentirla.

— M-mira, te explicaré todo lo que quieras cuando mamá se vaya — susurré rápido —. Solo te pido que te escondas en el armario y me prometas que no saldrás de ahí hazta que yo te diga.

— Pero...

— No hay mucho tiempo — volví a interrumpir —. Por favor prometeme que por nada del mundo saldrás de ese armario.

— Lo prometo.

Para este punto de la conversación, yo ya están de pie, frente a ella. Rápidamente la guíe a mi armario, que se encontraba frente a mi cama. Con facilidad ella se metió dentro de este, le di un pequeño beso rapido en los labios y cerré la puerta.

El armario tiene pequeñas rendijas.

Se tiene vista desde adentro.

— ¡Ashton! — grita mamá desde a fuera de mi habitación, asustandome todavía más —. ¡Abre la maldita puerta ahora!

Con terror y aun sin camisa, me acerco a la puerta y quito el seguro, abriéndose esta de inmediato. Mamá y su novio están justo fuera de mi habitación, y no se ve que estén en sus cinco sentidos.

—P-perdón, me estaba cambiando.

— No me importa — habló madre, sacó una pastilla de él bolsillo de su pantalón, haciéndome fruncir el ceño, está pastilla se ve diferente —. Tomate esto y no hagas preguntas.

No, no por favor.

— M-mami, h-hoy no por fav...

— Calla tu maldita boca y traga la jodida pastilla ahora mismo si no quieres la paliza de tu vida.

Con la vista borrosa debido a las lágrimas, tomé esa pastilla, tragandola con dificultad. De inmediato todo a mi alrededor se movía y se veía borroso.

¿Sigo en mi habitación?

Unas manos me jalaron sin cuidado alguno y me aventaron a una cama.

Pronto dejé de sentir, supongo que me dormí.

                      N a r r a d o r

Nakia Hemmings había comenzado a temblar desde que escuchó como la madre de su chico lo trataba tan mal.

¿De qué pastilla hablaba?

¿Porqué Ashton parecía tan asustado de su madre?

Esas y más preguntas rondaban por la mente de la rubia.

Sus ojos se empañaron al ver como él cuerpo de su chico caía a la cama, pronto otro cuerpo masculino cayó sobre el, besandolo y tocandolo de una manera que no era correcta, y menos para el novio de la madre de su chico.

Sin poder evitarlo, la chica comenzó a llorar y sollozar en silencio, mordiendo su labio para no hacer ruido.

¿Era por esto que Ashton tenía esas marcas y esos dolores tan grandes?

La chica hacía su mayor esfuerzo por no salir en ese momento, ¿qué haría ella? No tenía la suficiente fuerza.

Ver esto no era para nada agradable, y grabarlo mucho menos, pero tenía que hacerlo, necesitaba llevar evidencias a su padre.

Ella sollozaba mientras sostenía su celular para comenzar a grabar la terrible escena.

Su chico, su Ashton, estaba siendo abusado sexualmente por el novio de su madre frente a sus ojos, y lo peor de todo es que ella no podía intervenir.

                          N a k i a

Cuando ese desagradable ser humano terminó con la atrocidad que estaba cometiendo, yo guarde mi celular. Mi vista estaba tan borrosa y mis mejillas estaban rojas y empapadas debido a mi llanto. Mi labio sangraba por lo mucho que lo mordí para evitar gritar.

El asqueroso sujeto se puso de pie, yo bajé la mirada tratando de tranquilizar mis sollozos, evitando mirarlo. Pronto escuché un portazo, subí la mirada de nuevo, al parecer ya no había nadie en la habitación, salí lentamente de él armario y efectivamente, no había nadie. Rápidamente corrí a la puerta, colocándole el seguro.

Me acerqué a Ashton, las lágrimas volvieron a mi al mirarlo en ese estado. Evité mirarlo por completo ya que se encontraba completamente desnudo, pero había sangre en la sabana. Nuevamente evité sollozar. Tomé una sabana de él armario y lo cubrí, el también tenía las mejillas empapadas por las lágrimas.

Le di un pequeño beso en la mejilla.

— Te sacaré de este infierno en el que vives, mi amor, lo prometo.

Di un último beso en su hermoso rostro y tomé mi mochila para salir corriendo de este asqueroso lugar.

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Últimos capítulos.

I'm too bad for you «Ashton Irwin» [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora