Capítulo 5.

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Me dirijo a el campo, subo a las gradas y ahí comienzo a devorar mi almuerzo. Termino rápido mi almuerzo y después saco mis audífonos. Pongo música, sacó mi libro de la mochila y lo abro en la página donde me quedé.

Pierdo la noción del tiempo, pronto miro mi celular, falta poco para que termine el receso. Meto mis cosas en mi mochila y me pongo de pie, dispuesto a irme. Pero, algo me golpea en el estómago, un balón.

— ¡Hey, niña! ¡Regresa el balón! — grita un chico de los que estaban jugando fútbol, lo reconozco porque fue uno de los que se burló de mi en la primera clase. Por lo que veo puedo notar que es el líder de algún equipo, supongo que el de fútbol, también puedo suponer que no nos vamos a llevar bien.

Yo trato de respirar bien de nuevo, ya que el golpe del balón me sacó todo el aire del estómago.

Comienzo a bajar por las gradas, dispuesto a irme. No les pasaré el balón, que ellos vengan a buscarlo.

— ¡Hola, huesos! ¡Te hicieron una orden! — exclamó otro gorila.

Ja, que se metan sus órdenes por donde mejor les quepa.

Comencé a correr, alejándome de ahí. Lo que menos quiero justo en este momento son problemas. Basta de ellos, me cansé.

Y fue justo a tiempo por que el timbre sonó, indicando a todos los estudiantes la reanudación de las clases. Saqué el papel donde venía mi horario, buscando la clase que me toca. Cuando tengo definido el salón que me toca, comienzo a correr en busca de este. No quisiera volver a llegar tarde y que el profesor se burle de mi. Pude llegar a tiempo ya que seguí a algunas personas que reconocí de la primera a clase.

Entré a él aula y elegí un asiento. No había mucho estudiante aún, apenas iban llegando. Dejé mi mochila y tomé asiento. Saqué los libros que correspondían a esta clase y los coloqué en la mesita frente a mi. Comencé a buscar en mi mochila mi lapicera y mi lápiz, pero no los encontraba.

Mientras seguía buscando, siento como alguien tira mis libros al suelo. Levanté la vista para ver quién fue, el chico de las gradas, el que me golpeó con el balón, el fue. Se está riendo de mi.

Imbecil.

— Lo siento, huesos — murmuró el chico con tono de burla.

Yo ni siquiera me digno a mirarlo, me agacho para tomar mis libros, bajo la mirada de la mayoría. Todos murmuran, todos se burlan. Y ni siquiera le encuentro lo gracioso a lo que hizo ese idiota.

Por suerte para mí, la clase comenzó. Haciendo que los estudiantes presten toda su atención al profesor, dejándo de burlarse de mi al instante. Pero, la tortura no terminó para mí, el gorila se sentó tras de mi. Estuve siendo molestado por el durante toda la clase. No dejaba de patear mi asiento, golpearme la espalda y la parte de atrás de mi cuello.

Estoy harto de esto.

La siguiente clase se me pasa lenta, al igual que las demás. Cuando dan el timbre que indica la hora de la salida, todos celebran. Todos menos yo. A mi realmente me da igual, ya que no hay nadie esperándome en casa, ni siquiera sé si madre está ahí.

Tomo mis cosas y comienzo a caminar fuera del aula. En el pasillo veo a muchos jóvenes, felices y platicando entre ellos.

Bien por ellos.

Casi en la puerta de salida de la escuela, puedo reconocer a Nakia y su grupo de amigos. Trató de pasar por ahí sin ser visto por ella, algo me dice que sí me ve querrá hablar conmigo. Y no estoy de humor para eso.

— ¡Ashton! — escucho su voz. Maldición.

— Nakia — saludó de vuelta, sin detenerme.

Ella se acerca a mi y me toma del brazo, haciendo que me detenga.
Yo bufo, no estoy de humor.

— ¿Qué tal tu primer día de clases? — cuestiona ella, tratando de hacer conversacion conmigo. Lástima que yo no quiero hablar.

— No es de tu incumbencia — murmuré, evitando mirarla a sus ojos.

—  Pero quiero sa... — no la dejé terminar.

— Nakia, deja de meterte en mi vida — hablé irritado, ahora mirandola a los ojos. Pude ver la tristeza en sus azules ojos, pero realmente no me interesa.

— Kia — el tal Luke intervino, tomándola del brazo —. Ya te dije, deja de esforzarte con este idiota, no merece tu atención — dijo mirándome con desprecio, mirada que le fue correspondida.

— Si 'Kia' — dije su apodo con burla —. Un idiota como yo no merece tu tan preciada atención — dije dando una reverencia.

— Por dios, amigo — habló un chico moreno, de pelo negro y de labios grandes, al que recuerdo que le llamaron Calum —. No tienes porque ser tan grocero, ella solo quiere saber como te fue.

— Primero, no somos amigos — respondí —. Segundo, si yo no quiero hablar sobre mi día estoy en todo mi derecho de no querer hacerlo y menos con unos total desconocidos — el chico me miraba, con su ceño fruncido. Andale, enojate cacheton.

Les dediqué una mirada de desprecio y procedí a retirarme.

— Nos vemos mañana — exclamó Nakia.

Yo la volví a mirar por un segundo.

¿A caso esta chica no tiene ni un poquito de dignidad?

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Gracias por leer — a.

I'm too bad for you «Ashton Irwin» [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora