Capítulo 16.

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Es raro que alguien tenga el deseo de verme, se siente extraño.

— Que coincidencia, yo también quería verte.

Nakia me miró y soltó una sonrisa. No dijimos anda más, solo mirábamos al orizonte. Mirábamos a los niños jugar, el atardecer, de todo.

— En esta banca fue el segundo lugar en el que te vi — murmuró Nakia de repente.

Dios, cuando me vio llorando, que vergüenza.

— Sobre eso, quiero pedirte disculpas, fui muy grocero — murmuré avergonzado.

— No estoy molesta, no sé por lo que estabas pasando solo quería ayudarte.

— Lo siento...

— Tranquilo — me tranquilizó ella —. Ese día que te vi, tuve un sentimiento que solo había sentido contigo — habló ella sin mirarme —. Tuve el sentimiento de querer protegerte, es raro pero pasó.

Es raro porque yo me siento protegido con ella, jaja que lindo todo.

— Otra casualidad, contigo me siento protegido.

Ambos reímos.

Después de eso, tuvimos una conversación muy extensa, nada fuera de lo común, sólo éramos nosotros hablando sobre nosotros. Pude conocer un poco más de ella, está tarde. Sus gustos, su disgustos, sus miedos, sus sueños. Ella hablaba mucho, y no me molestaba, ya que me encantaba escucharla hablar tan apasionada.

Nuestra conversación se vio afectada por el sonido de su celular, tenía una llamada entrante.

— Es mamá Liz — murmuró en mi dirección antes de contestar —. ¿Hola?... Estoy aquí en el parque... Tranquila, ya voy para allá... Ok, yo también — ella colgó el teléfono y me miró apenada.

— ¿Entonces te vas? — pregunté, evitando hacer una mueca, no quiero regresar a casa.

— Tengo que irme, mamá Liz me necesita — habló mirándome.

— Está bien.

— Pero nos vemos mañana, ¿si?

— Claro.

Nakia y yo nos pusimos de pie, ella se acercó a mí, poniéndome nervioso al instante, y rodio mi cuello con sus delgados brazos.

— Gracias por venir — murmuró ella contra mi cuello, haciéndome estremecer.

Tardé en reaccionar pero al fin moví mis torpes manos y las coloqué al rededor de su cintura, complementando el abrazo. Luego de unos segundos nos separamos, ella se acercó rápidamente a mi rostro y me dio un beso muy cerca de mis labios. Luego, se fue corriendo.

Maldita loca.

Al instante que estoy solo me doy cuenta de lo sonrojado que me encuentro al sentir mis mejillas arder.

Lo que provocas en mi, Nakia Hemmings.

(...)

Llego a él departamento, no me atrevo a tocar así que simplemente abro la puerta esperando a que no tenga seguro, por suerte para mi, puedo entrar sin problemas. No hay nadie en la cocina y están las luces apagadas. Ni siquiera sé que hora es, seguro que madre ya está dormida.

Me meto a mi habitación, guardo mis libros que están sobre mi cama. Me coloco mi pijama y me dejó caer sobre mi cama listo para dormir.

(...)

Otro día en el que no despierto desconcertado, me estoy acostumbrado y no sé qué tan bueno sea eso.

Me levanto de la cama y procedo a tomar lo necesario para ducharme. Luego de unos minutos salgo del baño listo para vestirme.

Cuando ya estoy listo, me coloco mis gafas, tomo mi mochila y salgo de la habitación. Me fijo si mamá dejó dinero para mi hoy, vaya, no es mucho pero no puedo quejarme.

Tengo que apresurarme si no quiero llegar tarde.

Minutos después ya estoy llegando a la escuela después de trotar todo el trayecto. Entro mientras trato de tranquilizar mi respiración, wow, necesito ejercitarme más seguido. Me dirijo a mi casillero y tomo todo lo necesario para comenzar con mis clases. Pronto siento como alguien cubre mis ojos con la palma de sus manos. De inmediato sé quien es, debido a su fragancia.

— Buen día, Nakia — murmuró mientras espero a que retire sus manos de mi rostro.

Puedo escuchar como ella gruñe, yo suelto una risita, es muy tierna.

Oh, Ashton, ¿qué sucede contigo?

I'm too bad for you «Ashton Irwin» [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora