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Saint esperó paciente a su protegido, luego de que se hubieran encontrado para conocerse en el día anterior, a pesar de que el joven alfa le había asegurado que no le haría falta su cuidado.

El omega no sabía muy bien que intenciones llevaba este pero a simple vista, ya le había mostrado que no se lo pondría nada fácil.

El castaño hubiera preferido mil veces custodiar al viejo alfa empresario pero sin embargo, por el momento debía cumplir con el cometido de cuidar al hijo del empresario.

Tras hablar con la ama de llaves, el omega se había dirigido al garaje, donde admiraba la increíble colección de coches y motos que allí había.

Luego de dar un par de vueltas al lugar, este miró el reloj, el cual marcaba ya más de las nueve.

...-¿Acaso pretende llegar tarde a su trabajo?, ¿Que clase de alfa irresponsable me ha tocado cuidar?-se preguntó resoplando con molestia.

-Ejem...ejem-escuchó entonces carraspear a su espalda.

Acto seguido Saint se giró, encontrándose con el guapo alfa.

-¿Qué estás murmurando?, ¿Acaso no has ido al baño antes de venir aquí?-habló Zee simulando indiferencia pero sin perder detalle del atractivo y peculiar guardaespaldas.

-¿Qué estás murmurando?, ¿Acaso no has ido al baño antes de venir aquí?-habló Zee simulando indiferencia pero sin perder detalle del atractivo y peculiar guardaespaldas

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-Solo estaba diciendo que llegará tarde a su trabajo, señor...según su ama de llaves, tiene que estar a las nueve y media en la agencia y ya casi son y cuarto.

El joven alfa lo miró con una perversa sonrisa.

-Ese es tu problema, omega...para algo mi padre te contrató ¿no?...hey pero espera un momento— dijo este frunciendo el ceño-...estás loco si crees que voy a ir a contigo vestido así ...Todos mis compañeros se reirían de mí y sabrán quién eres, así que ve y ponte algo con lo que no vayas gritando a los cuatro vientos que eres mi guardián.

El omega resopló nuevamente.

-No hay tiempo, señor, además solo me he traído esta ropa, aguantese.

Tras decir eso, cogió una de las lleves del cajetín de la pared y dio al botón del coche negro del joven alfa.

-¡OMEGA, OBEDECE!-gritó furioso el joven alfa usando su voz-...¡DOBLEGATE, YO SOY TU DUEÑO!.

El castaño omega que caminaba hacía el vehículo se detuvo al instante, luego se giró y miró con una triunfante sonrisa en su protegido.

-Nadie es mi dueño, señor...solo yo lo soy y ahora mueva su culo de engreído niño rico y suba al maldito coche...no quedaré mal con su padre en mi primer día, por lo que deje sus jueguecitos para otro.

Zee lo miró atónito.

-¿Qué clase de omega eres tú?, ¿Por qué mi voz no te hace temblar?.

Saint se encogió de hombros y seguidamente se subió al coche.

—Contéstame, omega, ¿Por qué no te doblegas?—preguntó nuevamente el joven alfa entrando también y sentándose en el asiento del copiloto.

-Son años de práctica y entrenamiento... ahora agarrese, señor, debemos llegar al centro en diez minutos.

Zee tragó duro y luego asintió sin dejar de mirar al omega, el cual encendió el motor, sacando el deportivo coche del garaje mientras hacía chirriar las ruedas.

-Joder... oye ten más cuidado, soy muy joven y guapo para morirme.

Saint chasqueó la lengua con fastidio.

-Si llegamos tarde, entonces será un modelo sin trabajo.

Con una gran destreza al volante, Saint condujo por la cuidad hasta llegar al edificio donde se encontraba la agencia de modelos, entonces entró en el aparcamiento y finalmente detuvo el vehículo.

—Oh joder...oh mierda—susurró el alfa muy agitado.

-¿Está bien, señor?— preguntó el omega mirando a su pálido protegido.

—Ja-Jamás vuelvas a co-conducir así mi coche—balbuceó Zee todavía temblando—…¿A-Acaso pretendes matarme?, ah y deja de decirme señor, me haces sentir viejo.

El guardaespaldas asintió con una mueca.

-Aparezca a tiempo y no tendré que correr después...ande hora apúrese y entre señ...entre ya, joven.

Zee bufó molesto pero obedeció, aunque mientras caminaban se giró nuevamente.

—Cuando estemos con gente deberías tratarme de tú...ah y mantente alejado, no quiero que todos me cosan a peguntas sobre ti, ¿Ok, Omegacop?

Lejos de enfadarse, el castaño sonrió ampliamente ante el apodo.

—Seguro lo haré.

-Hey amigo, ¿no nos vas a presentar a tu acompañante?- echaron preguntar a Sam, uno de los modelos amigos de Zee, el cual se acercó sin quitarle ojo al atractivo guardaespaldas.

-La verdad es que no, él no es nadie-dijo el arrogante alfa mirando de reojo a los demás a su paso, quiénes miraban a Saint como si fuese comestible.

-Hola, yo soy Mild-habló entonces otro de los compañeros y amigos del moreno mientras se acercaba extendiendo su mano- ....soy amigo de este energúmeno, ¿Y tú como te llamas?.

-Yo soy Saint Suppapong, el nuevo guardaespaldas del señor Pruk-dijo este sonriendo.

—Tú...eres...—gruñó Zee muy molesto.

-Wow pues yo también quiero que me protejas, guapísimo- habló con entusiasmado Sam.

-Oh si, y-yo también lo quiero- habló entonces Mild mordiéndose el labio.

El moreno alfa resopló molesto ante la increíble escena que sus amigos estaban haciendo al babear frenéticamente por su guardaespaldas.

-¡Ya está bien!-les gritó-...¡dejarlo ya, gatas en celo!...¡Dejar de perder el culo por el omega y comencemos con el trabajo!.

Los jóvenes alfas soltaron entonces un molesto gruñido.

-Aguafiestas.

-Si, eres peor que el jefe.

Saint sonrió de nuevo, mientras recibía otra molesta mirada de su protegido.

-Espera aquí fuera, no puedes entrar en el vestuario, ¿De acuerdo?

—Como ordene, señ...como ordenes—respondió este haciendo una burlona reverencia.

—Eres odioso, omega.

Con una mueca de fastidio, Zee se alejó siguiendo a los demás, mientras que el guardaespaldas caminó de nuevo hasta la salida del edificio pues debía tener controlado el perímetro para la mayor seguridad de su obstinado protegido.

......

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6. Yo soy Tu Dueño -Zaintsee, Mewgulf, Meanplan Omegaverse  TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora