Saint es un hermoso y delicado chico con piel de porcelana, el cual creció junto a sus dos hermanos mayores, muy distintos a él.
Su padre, un alfa ex militar y dueño de una academia de defensa y entrenamiento personal, decidió que en cuando estos ll...
Después de haber perdido a su padre de forma tan trágica, les tocó a los hermanos convertirse en una fuerte unión y ayudar a la pobre May, evitando que la tristeza le impidiera seguir adelante.
Era de sobra sabido que muchos omega encontraban la muerte tras perder el lazo con su alfa muerto pues la tristeza y la soledad los acababa por destruir.
Los Suppapong debían impedir que eso ocurriera con su madre, así que de primeras, Mew decidió no volver a vivir en su casa por un tiempo y quedarse con ella en la casa familiar.
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Este tenía por seguro que Gulf no regresaría y además tenía a sus acreedores buscándolo para cobrarse la deuda, por lo que tampoco iría por la empresa, sino que trabajaría telemáticamente.
Entre sus hermanos y él recogieron algunas de sus pertenencias y las llevaron a la casa de su madre, dejando dicho al casero que regresaría en un mes más o menos.
Mean y Plan ya vivían allí, así que ya eran de mucha ayuda, a parte de que su bebé en camino era un gran aliciente para la recuperación de la futura abuela.
Por su parte, Saint le prometió llamarla todos los días y buscar un hueco para visitarla, ya que su trabajo no le permitía dejar mucho tiempo a solas a su protegido.
Eso fue mucho más difícil de cumplir en cuanto el señor Pruk al fin regresó de su viaje, ya que el omega tuvo que tener los ojos muy abiertos e intentar descubrir quién estaba tras los intentos de secuestro.
Sin embargo, con el paso de los días, esto se le fue haciendo más difícil pues su omega interior fue ganándole terreno y haciendo que su concentración se viese afectada.
El guardaespaldas no tenía ni idea de que la medicación que se estaba tomando no era la suya, así que el estar cerca de Zee, le supuso cada vez más esfuerzo.
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Además, este estaba preocupado por Perth, ya que el fotógrafo le había contado lo sucedido en su cafetería, ya que finalmente, el tipo que Kao había mandado, no había dicho ni una sola palabra y tras entrar en el local, había empezado a destruirlo todo.
