Saint es un hermoso y delicado chico con piel de porcelana, el cual creció junto a sus dos hermanos mayores, muy distintos a él.
Su padre, un alfa ex militar y dueño de una academia de defensa y entrenamiento personal, decidió que en cuando estos ll...
Mientras, al otro lado de la ciudad, Mew llegó a su casa agotado física y emocionalmente, entonces subió a su habitación para acostarse, aunque sabía que le sería imposible dormirse pues no podía dejar de pensar en todos sus problemas económicos y emocionales.
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El alfa estaba muy enfadado consigo mismo y no sabía como iba a hacer para sacarse a los acreedores de encima pues estaban muy insistentes con la recuperación de su dinero.
-Tengo que conseguirlo pero ¿cómo?, ¿cómo?, no puedo pedírselo a mi padre y que sepa lo patético que es su hijo...no quiero que se muera sabiendo eso pero tampoco puedo esperar a cobrar mi parte de la herencia para pagar la deuda.
De repente recordó al lindo y extraño omega del bar, al cual no había vuelto a ver.
-Maldición, ¿Por qué tuvo que cruzarse en mi camino?, joder ya tenía suficiente con mi vida y ese omega -gruñó furioso-... oh joder, mierda, ¿A quién quiero engañar?, soy un fracasado y Gulf no tiene la culpa de eso.
Recordar la noche en que había conocido al moreno era como si miles de cuchillos lo atravesaran, ya que cada beso, cada caricia y cada estocada que le había propinado, le hacían volverse loco de deseo por volver a tenerlo.
Luego de eso, este prácticamente había recorrido la ciudad buscándolo y cada noche había vuelto al local donde lo había conocido para verle pero no había tenido suerte.
Era como si todo hubiese sido un sueño pues extrañamente nadie sabía nada de él, ni tampoco su dirección y ni siquiera en ninguna de las agencias de modelos de la cuidad en las que había preguntado, lo conocían.
Realmente eso le parecía cuanto menos extraño pues un omega tan hermoso y peculiar como era Gulf, era imposible que pudiera pasar tan desapercibido.
Sus miradas se habían cruzaron y Mew había sentido vibrar su alma, además de que su celo se había despertado con este y aunque no había llegado a marcarle, había sentido una fuerte y furiosa conexión.
Finalmente, este entró en el baño para lavarse los dientes pero entonces le pareció escuchar un pequeño golpe en el piso de abajo, así que decidió bajar, pensando que quizás de nuevo alguno de los odiosos gatos de su vecino se habría colado.
Rápidamente encendió la luz y tras comprobar que todo estaba en orden, volvió a apagarla, sin embargo, este notó algo extraño en el ambiente pues olió un débil aroma distinto, aunque no hizo caso y volvió a subir.
De regreso a su habitación, el alfa quiso encender la luz, la cual había dejado encendida pero esta no funcionó por más que daba al interruptor.
-Que raro, ¿Y ahora qué le pasa a esto?
Molesto, dio unos pasos pero entonces de repente notó algo a su espalda.
-No te des la vuelta, solo camina hasta esa silla y siéntate-escuchó una ronca voz tras de sí -... no intentes nada, te estoy apuntando con un arma.
