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       La cama de Moa era amplia, lo suficiente para poder dormir ambas, aún así, preferían dormir una encima de la otra.

       Con Moa abrazándola como koala, Suzuka ya no sentía su brazo por la posición en la que estaba, debajo de la otra, rodeando su cintura.

       Aún así, no se molestó en quitarla, no quería despertar a su novia.

       Era de madrugada, y Suzuka se había despertado, terminando en un momento de insomnio que quería destruir, pero no podía.

       Así que se quedó despierta, mirando a Moa, acariciando sus mejillas, cuello y cabello lentamente, para no despertarla.

       El rato pasó, Suzuka había terminado contando las pequeñas pecas que tenía su novia, ya iba unas cuantas cuando notó las manos de Moa moverse apenas un poco en sueños, sonrió con ternura.

       Al principio, no podía evitar mirar lo adorable que parecía, aunque no supo en que punto, lo que pensó que era un sueño resultó ser una pesadilla.

       Moa frunció el ceño, negando, apretaba sus ojitos, sus labios comenzaron a moverse, y Suzuka escuchó lo que creyó un murmulló provenir de ellos.

       El corazón de Suzuka se aceleró, y recordó que meses atrás, cuando supo que Moa podría hablar inconscientemente, había bloqueado su voz.

       Se acercó un poco más a ella, preocupada.

       — Moa-Chan... —Habló con suavidad, la chica seguía con el ceño fruncido, negando, ahora un poco más fuerte que antes.— Es un sueño, es sólo un sueño, despierta...

       — N-No...

       Suzuka alzó las cejas, su corazón comenzó a latir más fuerte.

       Una dulce palabra, con una voz aún más dulce, aguda, a pesar de que había sonado bastante ronca.

       Suzuka se acercó aún más, abrazando a Moa, acomodando el rostro de la chica a la altura de su cuello, dejando besos en su coronilla, acariciando su cabello.

       — Shhh... Estoy aquí, bebé. —Murmuró.— Todo está bien, despierta... Es sólo un sueño... —Murmuraba.

       — Su... —Escuchó, en una voz más calmada que antes, y sintió su corazón desbocar.

       Sonrió, sus ojos se nublaron un poco.

       — Sí, bebé, soy yo... Estoy a tu lado.

       Moa negó de nuevo, esta vez, más lentamente, despejando su vista.

       Alzó las cejas al ver a Suzuka con lágrimas, alzó su mano para preguntar, pero la pelinegra sólo negó, besó sus labios, con cariño, algo rápido para el gusto de Moa, quien la seguía mirando confundida.

       — Nada, bebé, nada. —dijo Suzuka, aún sin poder borrar su sonrisa.



mute. sumoa ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora