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       Loon tomó su muñeca y la llevó hacia el patio, alejándose unos metros de la casa, exasperando a Suzuka, quien no podía quitarse ese sentimiento de que todo estaba a punto de desmoronarse del pecho.

       Finalmente, la mujer la soltó, deteniéndose en medio del patio, la miró con lo que pareció pena.

       — ¿Qué está pasando? ¿Qué tiene Moa?

       Loon aguantó unas lágrimas.

       — Suzuka... ¿Por que crees que Moa se hace estudios del cerebro?

       La pelinegra no sabía que responder, comenzó a negar, con miedo de que la idea que tenía en mente fuera real.

       Recordó cuando había acompañado a Moa a todos esos estudios, a todas esas radiografías y análisis. Recordó que había tenido miedo por ella, comprendió que le habían mentido al decirle que los estudios del cerebro no eran graves, y que no debía preocuparse.

       — Dicen que muchos problemas de ansiedad, de tristeza... Tantas cosas malas psicológicas o emocionales terminan afectando al cuerpo de manera biológica. —Habló la mujer.— De pequeña, a Moa le detectaron un tumor en el cerebro. —Su voz sonaba endurecida.

       Suzuka sintió sus piernas débiles.

       — Ella... Me lo hubiera dicho. —Quiso negarlo.

       — Creo que conoces a Moa lo suficiente para saber que ella no habla de sus problemas... Te mentirá si es necesario. —Habló la mujer, Suzuka no tuvo con que discutirle.— La cosa aquí es... Que siempre estuvo bastante controlado, por muchos años, recibió tratamiento cuando era niña, y creían que lo habían de alguna manera... "Dormido", habían logrado reducirlo, pero siempre nos dijeron de la posibilidad de que regresara, de que volviera a crecer... Acaban de llamar del estudio de sangre y tiene una gran cantidad de glóbulos blancos, o sea, su tumor las está afectando, su cuerpo intenta defenderse.

      — Sus dolores de cabeza...

      — Son el tumor. —Loon asintió.— Son muy normales en cosas así, al igual que la fiebre.

      Suzuka temblaba completamente, de repente se sentía debilitada.

       — ¿Va a morir?

       Loon se quedó un momento en silencio, lo suficiente para que Suzuka llorara más fuerte.

       — No lo sé. — dijo.— N-No es tan grave, no llega a ser cáncer aún, creo que... Una operación es posible, o algo así, yo... No lo sé... El tumor no era maligno, pero... —Suspiró, rendida, sólo está diciendo todo eso en un intento de calmar a Suzuka, ella no tenía idea de qué pasaba.— Lo sabremos con los estudios.

       Loon miró a Suzuka con pena, las lágrimas se acumularon en sus ojos.

       — Yo te lo hubiera dicho antes, Suzuka, pero- —Su voz se cortó, comenzó a negar.— Moa no quería que los supieras, y a sus padres no les gusta hablar de eso... No creían que podría tener problemas de nuevo, habían pasado años sin que pasara nada... Lo siento.

       Suzuka no tenía nada para decir, así que se volteó para volver a casa.



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