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       Por la tarde, luego de una larga charla donde Suzuka no prestó atención (seguía molesta por arruinar su momento con Moa) hicieron el juego de buscar la bandera

       La pelinegra tenía que esforzarse en contener la risa cuando Kano comenzó a quejarse de como podrían poner un juego así, y que todo era una toma de pelo.

       Todas las quejar las recibió Momoko, quien también reía, alegando que el trabajo en equipo debía funcionar perfectamente para que ella también pudiera participar en ese juego.

       Digamos que Suzuka no se esforzó en buscarlo, aunque fue Kento quien encontró la bandera, a ella le daba lo mismo ganar o no.

       No entendía la emoción del castaño cuando fue corriendo hacia el punto de encuentro, agitando la brillante tela sobre su cabeza con alegría.

       Pronto, el resto comenzó a llegar, al escuchar los gritos del chico, y Himeka fue la primera en felicitarlo.

       Suzuka no pudo evitar alzar una ceja al ver a su hermana abrazando a un chico.

       En cuanto vió a Moa, se acercó a ella, Riho la siguió, ya que a su lado estaba Yui.

       — ¿Cómo estás? —Preguntó la pelinegra, fue a colocar una mano sobre su frente, para ver la temperatura, pero Moa se apartó de su tacto.— Ey, está bien. —Habló con tranquilidad, algo confundida por ese gesto.

       Moa resopló, luego asintió, afirmando que estaba bien.

       El juego se había extendido de más, así que ya casi anochecía, los organizadores decidieron no hacer más juegos, ya que no querían dejarlos ir por allí si llegaba la noche, así que les dieron tiempo para que descansen hasta que la comida estuviera lista.

       El grupo de amigas notó a Moa malhumorada durante todo el rato, no la molestaron mucho, incluso Suzuka se contuvo en sus mimos, ya que también habían hartado a la chica muda.

       Incluso cuando fueron a dormir, Moa seguía irritable, y Suzuka no podía evitar preocuparse por ella.

       Sabía que no era nada más que aquel dolor de cabeza que la chica quería negar, pero no quería que se pusiera así.

       Así que, en la noche cuando apenas había podido concebir el sueño y fue despertada por el zarandeo de un cuerpo, no se enojó cuando descubrió que era Moa, casi le agradeció.

       Su novia se frotaba sus ojitos, limpiando lágrimas.

       — ¿Moa-Chan?

       La chica señaló a su cabeza.

       Suzuka se apresuró a bajar de un salto de la litera, abrió sus brazos y la otra recibió el abrazo con gusto, la pelinegra besó su frente, con cariño rodeando sus hombros, comenzó a caminar hacia afuera.

       — Iremos a la enfermería. — dijo.— La próxima vez avísame antes de que te duela tanto, ¿Sí? —Habló con suavidad, la chica asintió.

       Al llegar a la puerta, ambas escucharon los llantos desde afuera, y entraron con confusión, parecían no ser las únicas en la sala a esas horas.

       Suzuka tardó un poco en creer sus ojos.

       Himeka no era de llorar.

       Le dijo a Moa que se quedara sentada un momento mientras iba a hablar con su hermana, se arrodilló frente a ella, colocando una mano en su hombro.

       La chica se sorprendió un poco con el tacto, y al ver que era su hermana se apresuró a borrar las lágrimas, intentando controlar los sollozos.

       — ¿Qué pasa? —Preguntó la pelinegra, sintiéndose mal por su hermana, aunque ella se mordió el labio, sin querer decir nada.— Dime. Himeka.

       La chica la miró un momento.

       — Kento tuvo una convulsión. —Habló con voz ronca.

       Suzuka asintió.

       — ¿Por qué estás mal? Digo... Dijiste que ya lo conocías y sé que debiste haber visto una de esas antes, ¿Pasó algo malo?

       Un sollozo la hizo temblar.

       — No pude sostenerlo. —Murmuró.

       — ¿Qué? —Suzuka no sabía a qué se refería.

       — C-Cuando tiene convulsiones, debo sostener su cabeza hasta que pase, para que no se golpee contra el suelo... Y... No llegué, fue muy repentino, luego no pude moverlo, era muy fuerte... —Más lágrimas caían, la chica las limpiaba sola, apartando la mano de Suzuka cuando quiso hacerlo ella.— Convulsionó por casi dos minutos golpeándose en la cabeza... Y sólo pude mirara, soy un inútil. —La chica estalló de nuevo en llanto.

       Suzuka simplemente no sabía cómo reaccionar, tardó unos segundos en abrazar lentamente a su hermana, quien no la apartó.



mute. sumoa ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora