Cap.8

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Nos bajamos del auto en completo silencio, pero a pesar de ninguno decir una sola palabra era sumamente cómodo estar con Thomas.

—Gracias— le sonreí desde el marco de la puerta y levanté el rostro para que me viera.

—Siempre cumplo mis promesas nena— sonrió de esa forma tan sencilla y hermosa.

—Me hago una idea— confesé algo divertida.

—Madd ¿Por qué siempre esa luz esta encendida? — observe a donde iba dirigido su dedo y entendí que hablaba sobre la lámpara de la sala, la que estaba al lado del sillón de papá.

—Es por mi padre— dije en un susurro, cuando eliminó los pasos que nos distanciaban y me acogió en un abrazo, sentía que viajaba en nubes de algodón de azúcar cuando me sostenía, su manera tan delicada y tranquila de darme un poco de luz en la oscuridad, recordé por un momento las palabras de Gio y volví a sentir el miedo de aquella noche, me separé de él con la mejor sonrisa que pude brindarle en el momento, alejando esos pensamientos y solo pensar en la linda noche que me había brindado.

—Nos vemos luego entonces—nos observamos unos minutos, nos sonreímos mutuamente, besó mi frente y luego se fue.

Me quede parada en medio de la sala, realmente había accedido a salir con él, después de tanto, había accedido a salir con alguien. Quizás no sea tan malo después de todo darle la oportunidad. En cuando subí a mi habitación me lance a la cama, saque la cámara y vi nuestra foto, se le ve feliz, casi no se le notan los ojos porque estaba muerto de risa cuando le hice esa foto, la siguiente foto soy yo con la taza de café en manos mirando al otro lado de la calle, luego solo hay fotos de sombras, los faroles, la pareja de ancianos que estaba al cruzar la calle. Hoy si que fue una buena noche y una muy buena cita, me quede pensando unos momentos, en si sería así todo el tiempo, hasta que me quede dormida.

Desperté por el sonido de mi alarma, me moví algo perezosa de la cama, pero tenía que levantarme, no puedo faltar a clases. Me di una ducha rápida, hoy no tenia muchas ganas de existir y sorprendentemente, no me siento de humor. Me cambie a una camiseta negra, junto a unos jeans y mis botas, agarre mis cosas y salí disparada a la sala.

—Buenos días estrellita—grito euforia el rubio desde la esquina.  —Buen dia Josh— dije sin expresión alguna.

—Alguien no amaneció sonriente hoy — Me limite a ignorar su comentario, tome la taza de cereales que tenía enfrente y empecé a comer, solo podía pensar en las palabras que Gio con tanto empeño me había clavado en mi subconsciente "No mereces que nada bueno te pase", escuché que hablaban y hablaban, pero no me moleste en prestar atención.

—Cierto, ¿Madisson? —Nicolás me observaba esperando una respuesta, junto a Josh y Nina.

—¿Qué? Perdona, ¿Qué dijiste? — estaba desorientada en todo el sentido de la palabra, estaba teniendo un comienzo de mañana horrible.

Nicolás me observaba como si no fuese nada nuevo que no le prestara atención a Nina —Te acabo de preguntar ¿Cómo fue tu cita de anoche? — estaba cortando unas papas y en cuanto dejo de lado el cuchillo, quite mi mirada de ella.

—Bien— no aparte la mirada del plato de cereal que tenía enfrente, porque sabía que me iba a arremeter con preguntas si la miraba a los ojos.

—¿Solo eso? — su tono de voz era tranquilamente FALSO, estaba loca por preguntar que sucedió anoche.

—Si Nina, solo eso— me levante del desayunador, deje el plato sucio junto a los otros y me voltee a ver Josh —¿Te vas solo o vienes conmigo? — la verdad quería estar sola, pero quizás la compañía de Josh me ayudara a distraerme de la voz de Gio que me perseguía dia y noche.

Alguna VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora