Me desperté por el sonido de unos quejidos, que fueron aumentando de tono hasta que se volvieron gritos.Salí corriendo de la habitación, por un momento pensé que habían entrado a robar, pero luego escuché a Madisson gritar, hacerlo tan fuerte que rompía el alma.
Entre a la habitación y la encontré envuelta en las sabanas, sudada, gritando, llorando y lanzando golpes al aire como si quisiera tomar algo.
—Madd— La llame y jamaquee, pero no reaccionaba y empecé a asustarme, parecía como si su pesadilla fuese su realidad.
La última vez que la había visto llorar de esa forma, fue el dia que la encontré en el mirador, destrozada y llorando sin consuelo.Golpeaba mis brazos desesperada, gritaba y no se le entendía absolutamente nada de lo que decía, mi pecho se encogió al sentir lo tensa que se ponía mientras pasaban los segundos. Cuando la sostuve, lanzo su mano sobre mi brazo y lo rasguño, pero me importaba poco.
—¡MADISSON! —Grité, con la esperanza de que pudiese despertarla y de milagro fue así, pero seguía llorando, sus ojos recorrieron la habitación, me observaron unos segundos, se veía desorientada, como si no me conociese.
—Nena, soy yo mírame—trate de hablar lo más claro posible, me dolía verla de esa forma, tan perdida.
Cuando se desplomo en llanto nuevamente, pero completamente despierta, temblaba como una hoja de papel, me abrazo tan fuerte, que por segundos creía que se le iban a romper los brazos, mi pitufa.
Me quede con ella en la cama, hasta que se calmó y volvió a respirar.
—No te vayas—susurro en mi pecho entre sollozos.
—No te voy a dejar—me acomode en la cama, trayéndola a ella conmigo, quedándonos abrazados, acaricie su cabello y bese su frente.
Quería a Madisson, no como capricho, no solo como mujer, la quería por lo que es.
Siempre era ella, caminaba con miedo, pero hablaba con furia, aunque lo hiciera poco, dibujaba con el corazón en la mano, reía como si fuese su última risa, cantaba con la emoción de la primera vez en una fiesta cuando estas en el punto justo de la borrachera.
Ella es una noche feliz, una noche llena de estrellas.
Pero me destrozaba saber que ella no quería verse así, estaba acunada en su tristeza, se hizo un lugar cómodo en donde se culpa constantemente de algo, que ella no tiene la culpa.
Quiero que observe lo que yo vi en ella desde el primer dia, pero primero debía de salir de su boca eso que la atormentaba.
Observe la belleza de pelo rizo que descansaba en mis brazos, llevaba los labios hinchados de tanto llorar, sus pestañas seguían húmedas, pero ella seguía viéndose igual de hermosa.
Jamás dejaría a esta mujer a un lado, no si elle quería que la dejara.
***
Gracias infinitas, a todos los que han leído hasta acá.
Realmente espero que les guste y que sigan comentando y votando, lo mas que puedan y así la historia pueda ser un poco mastconocida.
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Alguna Vez
RomanceSiempre que venía a este lugar no podía evitar recordarlo, en especial días con amaneceres como este, con el cielo en tonos rosas y naranjas, justamente sus favoritos... Su sonrisa, sus ojos, su cabello, simplemente su rostro me acompañaba a cualqui...