58

2K 245 13
                                    

Y es así como tuvimos una tarde larga y llena de risas mediante los chistes por medio del tío de Jungkook. Soobin parece muy un chico muy inteligente a pesar de ese aspecto demandante, callando a Jungkook cuando intenta darse la de muy culto.

Sanha por otro lado tiene un aura muy alegre, todo lo contrario a Jungkook podría decir que Sanha veía todo un mundo lleno de risas. Me agrada este chiquillo de 1.85, con mirada dulce y hábil en el aegyo.

— ¿Vas a venir otro día a visitarnos?

Posiblemente si contaba con las posibilidades iría a visitar a la familia de Jungkook, creo que mi mudanza sería mucho más largo el camino. Incluso para llegar a mi hogar me tomaría un trayecto de dos horas.

— Claro — miro a Jungkook quién estaba hablando con su tío —, si Jungkook lo quiere así, vendré a veros.

— Jungkook nunca te pedirá que vengas — hace un pequeño puchero —, puedes llegar aquí cuando quieras, no importa si Jungkook deja de hablarnos.

Sanha parecía estar hablando enserio y me alegra haberme ganado tanto cariño por parte de este niño.

— No pediría algo así porque Taehyung tendrá que hacer espacio, no podría soportar a esta familia sin él.

— Te lo regalamos — dijo el tío de Jungkook quién llevaba una bolsa oscura cual suponía que era la basura —, Sanha te toca.

— Jungkook va de camino, mándalo a él — se quejó con un puchero caminando hasta mi espalda y trata de cubrirse conmigo siendo casi imposible debido a su altura, rio por el tierno acto.

— Se lo regalé a Taehyung, no puedo pedir que me lo devuelva.

— ¿Taehyung puedes devolverle a mi tío su regalo?

Jungkook bufó y tomó mi mano queriendo escapar de este momento.

— Puedo — digo viendo como el peli negro me mira con un leve puchero que me causa carcajadas. Veo a Soobin quitarle la bolsa a su padre y mirarme con aparente diversión —, claro que puedo.

— Dejen de romper las bolas a Taehyung.

— Lenguaje — advirtió el mayor viendo a su hijo abrir la puerta.

— Papá no puedes pedirme que cuide mi "lenguaje" cuando tú paras todo el día practicando lucha libre con Jungkook y dices — hizo una cara muy divertida achicando sus ojos con la boca entre abierta —, ¡Santa puta mierda mi dedo!

— Yo no digo eso — refuta.

— Si lo haces.

Jungkook niega con la cabeza tomando mi mano con delicadeza jalando de mi cuerpo y apartando a Soobin quién no nos permitía irnos sin antes despedirse de mi.

— Dejaros de pelear y... tú — soltó mi mano para poner ambas manos debajo de sus axilas —, deja de provocarme o voy a dejarte calvo.

— Jodida mierda, ¿De dónde coño sacas tanta fuerza?

— Podeis ser más altos, pero el luchador soy yo — lo deja en el otro extremo dejando nuestro pase libre y a un adolescente con una mueca —, cuida ese genio y vas a ver a Taehyung todos los días.

— Bien — espeta viendo como Soobin me mira sobre los hombros del peli negro y cambi esa cara larga por una sonrisa —, ¡Cuidate, guapo!

— ¡Joder! ya no puede decir uno lo que se le venga en gana — Sanha aprieta el hombro de Taehyung riendo —, cuida a este grandulón, y no dejes que se vuelva ir.

— No te preocupes.

El menor sonríe jalando de Jungkook para tirarnos por la puerta —, cuídense.

— ¡Con cuidado! — grita el tío de Jungkook desde el otro lado —, ¡Y Jungkook! — deja ver la puerta la mitad de su cabeza —, déjame el coche. Mañana debo ir a Jeju.

— Lo puedo traer mañana — toma mi mano —, no soporta mi motocicleta y es un largo camino.

— Creí que les encantaba esa moto, vaya monada que es Taehyung.

— ¿Es un si?

— Claro — sonríe despidiéndose. Taehyung se siente protegido y cuidado por Jungkook, agradecía que el mayor haya aceptado porque no iba a soportar todo el recorrido en esa maquina de muerte —, cuidado.

Jungkook asiente. Ambos salimos del lugar y vimos el aparcamiento lleno, enseguida el pei negro busca las llaves y enciende la alarma.

— Debería comprar un coche — me abre la puerta y me siento como si fuese sacado de una película romántica y cliché de disney channel —, me gusta este color, pero lo prefiero rojo.

— ¿No es el coche de tu tío?

— Pensaba en comprárselo, parece que te gusta mucho este — veo como enciende del auto y de pone en marcha listo para un recorrido —, ¿Qué color te gusta?

Estoy me recuerda a nosotros del pasado, pero en disntas posiciones. Esta vez tomándome por muy sorpresa, pero sin pensanrlo tanto digo; — El morado.

— No creo encontrar un coche de ese color, bonito.

Bonito.

— Eres Jungkook, claro que puedes — miro por la ventana teniendo que evitar los ojos de contrario que me iban invadiendo cada que puede —, ¿Es necesario?

— Si — siento su mirada encima y despego mi vista de la venta en cuanto siento que el carro se detiene debido al cambio de luz en el semáforo —, no podría pasear a mi chico si no lo tengo.

— ¿Qué chico?

— Pues tú.

Se sentía genial escuchar a Jungkook reclamarme como suyo, pero en este caso es diferente. Me gustaría poder contar a alguien lo bonito que podría ser mi relación, incluso si involucra a Jungkook no habría manera de empezar mi historia. Me imagino si me llegan a preguntar ello y yo solo respondo un simple; "Vino de busan y lo dió por hecho"

Tampoco sabría interpretar su posición conmigo, no mencionaba nada sobre una relación y tampoco siento que este sea momento. Pronto me iría a vivir por mi cuenta y hasta ahora no habría pensar en como hablar sobre ello con Jungkook.

— ¿Pasa algo?

Al parecer para Jungkook podría ser fácil venir con una actitud nueva, pero sigue siendo difícil para él leer a las personas.

— ¿Desde cuando soy tu chico, Jungkook?

Vi como sus ojos se dirigían hacia mi, pero esta vez con recelo. Al parecer Jungkook tampoco lo habría pensando de esta forma.

— Bueno, creí que todo iba bien entre nosotros — veo sus manos traer un color rosa debido a la presión en el volante y como sus hombros empienzan a tensarse —, ¿No lo va?

— Llegaste, entraste a mi casa y dormimos. ¿Recuerdas esto?

Jungkook detuvo el auto en un lugar desconocido y puso la frente sobre el volante respirando con pesadez.

— No logro entenderte, Tae — posa una mano en mi mejilla y gira mi rostro —, creí que todo estaba bien.

— Yo también creí eso, pero todo esto. Este cambio me es agradable, pero aún sigues sin decirme nada.

— ¿Nada? Lo estoy haciendo.

— Jungkook — llame con mucho desespero —, no me dices nada y en verdad quiero creer que es porque no logras entender todo esto. Eres nuevo en cosas del amor y todo, pero no quiero tener que andar explicándote todo.

— No entiendo.

Desabrocho el cinturón sin querer continuar, tenía que preparar unas maletas y pasar de esto antes de molestarla todo.

— Hablemos cuando entiendas esto, Jungkook.

No me hace falta ponerle una etiqueta, pero tampoco puedo acceder a algo que ni siquiera Jungkook piensa ponerle nombre. Entiendo que las etiquetas sean lo de menos, pero por lo menos esperaba una declaración. Algo que corresponda como se debe, una pista una señal.

Una confesión directa.

Menudo crío que puedo llegar a ser, ¿No?

Black Swan [kooktae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora