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Después de dos largas horas en mi clase de filosofía. Había estado planeando el nuevo proyecto sobre la pintura abstracta y los nuevos modelos que podíamos crear. Jimin y yo nos encontrabamos muy emocionados con las ideas que tuvimos y de hecho esperabamos una nota aprobatoria para este proyecto. El tema de Jungkook había sido mencionado a pesar de mis intentos por librarme, pero Jimin es como una bolita pegajosa e insistente cual me amenazo en castrarme si no habría la boca.

Al terminar de contarle sin duda no podía creerme. No lo culpo. ¿Cómo habíamos pasado de peleas e insultos a besos y abrazos?

Jungkook y yo nos odiabamos, no podría decir que algo cambio, pero este Jungkook que apareció por la madrugada es diferente. Se siente irreal, distinto y tierno.

Al tanto del desagrado de Jimin por Jungkook, él no me recriminó ni nada. Me dio un par de advertencias y un "ten cuidado con ese tipo", logró encender mis defensas. No niego que estoy jugándomela por alguien que no podría verse algun reparo, ni con manuales y señales. No lograba verlo de otra manera.

— Aquí estás.

Es esa voz de Jungkook la cual iba conociendo al tono habitual despota y gélido, cuando hacía estos cambios su tono se volvía dulce. De alguna manera provocaba que cierta atracción aumente. Debo parece un loco buscando el acercamiendo e inhalando su aroma. Veo sus ojos brillar al chocar con los míos, su iris se transformar en dos estrellas. Retengo el aire y no puedo creer que este sea el Jungkook que conocí aquella noche de fiesta.

— ¿Llevas mucho tiempo?

Jungkook tuerce los labios, pero niega con la cabeza —, pase por mi coche y recién acabo de llegar.

Sin darme cuenta de los pequeños detalles, le sonrío. Algo inconsistente, formado por solo verlo.

— Genial — no sé qué decir y no puedo dejar de girar los ojos cuando siento ser otra vez el centro de atención —, ¿Dónde quieres ir?

— Estaba pensando en ir por un helado.

Jungkook sigue utilizando ese tono descarado y juguetón, pero parece no estar jugando. No distingo ningún tono sarcástico así que puedo suponer que esta hablando enserio. Él enserio quiere ir por un helado, y es algo que sonaría muy cliché, pero de alguna manera siento que ni Jungkook y yo sabemos que es ir por un helado. Algo que haría una pareja en una cita, solo los dos.

Quiero reírme de mi mismo en estos momentos por creer que esto suelen hacer las personas que quedan para una cita. Y es gracioso porque conozco a Jungkook y sé que el jamás tiene de esas. Hasta podría bromear con aquello y me imagino la gran carcajada llena de burla por parte de Jungkook y mi muy inexpera forma de ver la vida.

— Eso suena bien.

Quisiera ir a ver una película o ir al Starbucks, creo que sería menos íntimo que ir por un helado. Y no relaciono el helado con parejas, pero una heladería ambos, sería como todas esas películas románticas que veo. Pláticas irrelevantes, risas entre miradas coquetas, cubrirnos con helado y el beso después de las miradas.

Jungkook me gusta, pero no para compartir momentos que solo se pueden hacer con una persona especial. Y por mucho que quisiera que fuera Jungkook, sé que él no lo quiere de esa forma.

Estabamos yendo por el trayecto largo y esta vez es Jungkook quien coloca la música. Al parecer nuestros gustos no son tan diferentes, la canción de Lauv es relajante y suave. Siento la felicidad al comenzar a tararear la canción y cuando escucho a Jungkook empezar a cantar no dudo en seguirlo. Él me mira de reojo y siento su sonrisa crecer con el paso de los segundos.

Black Swan [kooktae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora