Todo se vuelve a confundir.
Esa desconfianza perdida en alguna vela solitaria otra vez le han prendido fuego.
Ese fuego que en vez de crear calor solo me provoca aún más frío.
¿Por qué todo se vuelve negro?
No.
Mi piel se pinta de gris.Ese gris aburrido y monótono que a nadie le agrada.
Intento olvidarme del mundo, pero es imposible. Solo tengo ganas de dormir, pero cuando cierro los ojos..., una flecha surge como un rayo y atraviesa mi piel grisácea.
¡Ah! Maldita mi ignorancia. En mi interior si existían colores vivos.
La sangre espesa salía de ese agujero negro a borbotones.
Desperté de ese mal sueño, uno más y otro menos que queda por aguantar.
Una mariposa multicolorida se posó en mis pestañas, alcé con lentitud mi mano para rozar con las yemas de mis dedos el borde de sus alas. En un cerrar y abrir de ojos, esa preciosa mariposa echó a volar.
Cubrió mi visión con sus matices coloridos: azul, naranja, amarillo, verde, rojo...Esos colores me creaban una imágen de completa belleza inimaginable.
Era como un campo recubierto de flores de esos colores y yo me encontraba en el centro. El viento acarició sus pétalos y millones de mariposas surgieron.
Menudo espectáculo, pensé.
¿Y por qué no sería así yo en el fondo?
Yo solo soy un gris apagado insignificante.