Ese intento de romper las reglas se quedó en una pataleta más que no sirvió de nada.
Siento que mi autoestima ya no puede caer más bajo y la razón ya no cree que tenga motivos por la que seguir luchando, por eso se marchó.
Mi auto sistema cayó en picado, aguantaba a duras penas a mi Yo interior, pero está acorralado y desesperado huyó tirándose por la ventana.¿Qué haría yo?.
Ya no sabía en qué pensar, ya no diferenciaba mis gustos, ya no tenía claro el por qué seguía aquí.
Me estaba volviendo loca,¿volviendo?, ya era más que eso.
Me había convertido en una asesina de la prosa, de mi prosa deprimente.
La tinta emborronaba mis instintos sobre el papel dorado.
Otra vez ese matiz verde me refleja, me envuelve con una telaraña y sentí paz de nuevo.