Vivo en la incertidumbre de mi camino.
Esta vida en la que existo siempre estuvo el antítesis de ni hoy ni mañana.
Me quedé atrapada en el tiempo sin saber qué hacer ni adonde ir.
Siento que mi prosa se detiene y se repite continuamente,
siento que ya no sirvo para nada y me hundo en mi miseria.
Siempre estuve atada con nudos indestructibles en las muñecas y en los pies,
sin poder salir de este triste hoyo que yo misma cavé y posiblemente muera enterrada.
Trato de que los elementos de la tierra me disuelvan pero es un caso perdido.
Yo soy un caso perdido.
¿Por qué a mí?
Esa pregunta me lo hago cada mañana, cada tarde, cada noche cuando me vuelvo a dormir y ese día que se repite continuamente ya me da hasta repugnancia, no quiero seguir viviendo atada a la sociedad,
ni a mi determinismo.
Ya no sé si seguir creyendo en mí misma, ya no sé si seguir soñando,
ya no sé si esto merece la pena.