Capítulo 7

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Los pesares del corazón son buenos para el arte.

———

Izuku conversa con Denki, que no deja de incordiarlo con sus preguntas estupidas y su idiotez innata.

Después de comer mi curry y, para mi sorpresa, descubrir que realmente soporta mucho picante, se había sentado en el sillón junto con el cara de imbécil y ahí se quedó.

—Katsubro —habla Eijiro a mi lado. Desvío mi mirada rápidamente al libro, porque se supone que estoy estudiando y no mirando al chico adorable—. Eh, ya sé que lo mirabas, a mi no me engañas.

—¿A quién miraba? —replico a la defensiva, haciéndome el idiota—. Estoy leyendo esto.

Suelta una risa y se sienta, recostando su cabeza en la mesa.

—Izuku dijo que vino Shoto.

—¿El ex imbécil? Pues sí.

—También me dijo que fuiste muy amable con él dejándolo quedarse aquí el tiempo que necesitara.

—A veces me da por ser buena persona.

—Bueno, gracias —dice. Lo miro alzando una ceja—. Por ti él no está hundiéndose a sí mismo en tantos pensamientos. Muchas gracias, amigo.

—No es por mí —niego, cerrando el libro. Vuelvo mi mirada a Izuku, que se ríe por alguna cosa que dice Denki—. Es fuerte. Apenas lo conozco y de verdad pienso que es fuerte. Cuesta mucho sonreír a pesar de que te hacen daño, ¿sabes? Aún con mil cosas en su corazón, le dijo a ese bastardo que no importaba, que estaba bien, que no se preocupara por él. Tiene una maldita fortaleza que no entiende, y que sin embargo, no duda en dejar a salir. Míralo, está roto, y ríe como si nada. ¿Qué me puedes decir de eso? Es fuerte. Un imbécil como ese no lo va a destruir. No. No una persona pasajera que no vale ni el amor que siente Izuku.

No noté que Eijiro se mantuvo en silencio hasta que lo miré de vuelta y lo encontré sonriendo de forma inexplicable.

—¿Qué? —digo, sintiéndome extrañamente avergonzado.

—Oh, nada, nada. Solo te miraba, ignorame. —Ríe—. Por cierto, si quieres, puedo sacar uno de los colchones que están debajo de mi cama, para que Izu pueda dormir ahí. Sé que no te gusta que alguien más esté en tu habitación, y seguro lo de hoy fue amabilidad que no volverá a manifestarse, así que lo voy a...

—No —niego. ¿Izuku durmiendo en se colchón que apenas sirve? Ridículo, claro que no—. Que duerma en mi cama. Yo dormiré en el suelo. Mierda, eres idiota por pensar que él podría dormir ahí.

—Um... Va, si tú dices... —se levanta de la silla a mi lado y grita—: ¡Amor, ven, vamos a dormir! Mañana hay clases y no vas a querer llegar tarde.

—¡Diablos! Es cierto. Buenas noches, Izu, que duermas bien. ¡Mañana me sigues contando sobre Estados Unidos! ¡Vamos, Eiji! —Denki pasa por mi lado y me hace una seña que no entiendo, y prefiero no entender—. A ti no te digo nada porque eres antipático.

—¡¿Hah?!

Eijiro ríe y se lleva a su novio ridículo, y pronto desaparecen.

Escucho una risita y miro directamente a Izuku, que se cubre la boca al verse descubierto.

—Maldito, te has reído de mi dos veces, en cualquier momento estarás muerto.

—Lo siento, lo siento —se disculpa, pero el desgraciado se sigue riendo.

—Cállate —farfullo, levantándome y tomando mi libro—. Ve a dormir —murmuro, llegando a su lado. Dejo el libro en sus manos.

—¿Y tú?

Rain (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora