Capítulo 9

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No hay mejor amor que el propio. Es sincero, y si somos leales a nosotros mismos, dura para siempre.

———

Izuku

En la escuela de artes nunca tuve tiempo de ir a una fiesta.

Me pasaba día y noche dibujando o teniendo batallas con el cincel y la piedra.

Bueno, tampoco era como si tuviera amigos.

Mi único amigo estaba al otro lado del mundo, intentando descubrir qué estudiar en la universidad y conociendo al que ahora es su novio.

Pero para ser la primera fiesta a la que voy, no está tan mal.

Hay luces de colores que iluminan la residencia entra, tanto por fuera como por dentro. Sacaron el sillón y el sofá y lo pusieron fuera. La televisión y el mueble fueron desterrados a la habitación de Hanta y habían sido sustituidos por un gran parlante del cual retumba música a todo volumen.

Está lleno de personas que no conozco y, no miento, me siento cohibido. Y nervioso, porque Kacchan desapareció hace cinco minutos y no sé qué hacer.

¿Bailar?

¿Beber?

¿Poner la pose de chico malo que tienen unos de por aquí, recostados en la pared con sus chaquetas de cuero y sus lentes de sol aunque es de noche?

¿Desaparecer?

Probablemente esa sea la opción idónea.

Miro mi vaso. El líquido transparente, también llamado agua me deja claro que para Kacchan, darme alcohol sería un sacrilegio.

No he tomado alcohol en mi vida.

¿Significa que sí soy un nerd?

—¡Eh, Izu!

Giro mi cabeza, buscando con la mirada entre la multitud al dueño de esa voz. Me encuentro con Denki y una chica de cabello rosa que se acercan a mi.

—Heeey —saluda el rubio, colgándose de mis hombros y riendo. Tiene las mejillas sonrosadas y parece que se va a caer en cualquier momento—. Izu, te presento a Mina. La única mujer que no cae en los encantos de Hanta Sero y la mejor pintora de la falcutad de arte.

—¡Hola! —saluda ella y toma mi mano, ladeando la cabeza—. Soy Mina. ¿Eres el Izuku del que Denki me habló?

—¿Hola? —saludo, inseguro.

Las chicas no son mi fuerte. Son demasiado para mí. ¡Apenas puedo hablar con mi madre y ella es, vamos, mi madre!

—¡Que lindo! ¡Denki, no me dijiste que es tan adorable!

—¡Chú, chú! —chilla él, alejándome de ella—. ¡Ya te informé que es gay y lo otro, tonta!

—¡Dije que es tierno, no que me lo quiero comer, idiota!

Pronto se embarcan en una discusión que no entiendo, más que nada porque, ¿qué es «lo otro»?

Oh, tal vez sea lo del engaño. Bueno, no creí que fuera tan importante presentarme y admitir que me fueron infiel con una chica mucho más preciosa y seguro con mejor personalidad y capacidad para amar que la mía.

Cuando pasas por un momento difícil, hay varias etapas.

Estoy en ira.

Enojado por las mentiras y la falta de honestidad que tuvo conmigo.

Más que nada porque si me hubiera respetado lo suficiente, o al menos respetar la amistad y el vínculo que teníamos antes de ser novios, me hubiera informado que ya no sentía nada por mi y podríamos haber terminado en buena forma.

Rain (Katsudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora