Y tiene el descaro de aparecer enfrente, la muy bastarda. Seguro eso anunciaba la llovizna de la mañana.
———
Su cabello verdoso me hace distinguirlo fácilmente de los demás. Y el hecho de que se vea ridículamente perdido.
Tomo mi celular y marco su número. Lo veo dar un respingo y luego suspirar para terminar sonriendo y contestándome.
—¡Kacchan!
—Nerd —suelto, aún mirándolo. Se balancea de atrás hacia adelante en la punta de sus pies, jugando con la correa de la mochila—. ¿Te perdiste?
Escucho una risita al otro lado de la línea, al mismo tiempo que lo veo rascar su nunca con clara culpabilidad.
—Eh... ¿no...?
Suelto una risa. —Deku, te estoy viendo y ni siquiera sabes dónde estás.
—¡Hey, sí lo sé! Estoy... Um... —Gira sobre sus pies, buscando desesperadamente un indicio para saber dónde está—. Está bien, está bien, no tengo idea de dónde estoy. ¿Dónde estás tú, Kacchan?
—Aparte de tener cero sentido de la orientación, estás ciego. Mira hacia delante y ve al tipo más jodidamente hermoso de todos.
Hace lo que le digo y de inmediato me encuentra, comenzando a caminar hasta aquí. Sonríe feliz.
—¡Kacchan! —dice cuando llega hasta aquí, colgándose de mi cuello. Correspondo su abrazo y descuartizo con la mirada a los que se nos quedan viendo. ¿Qué mierda? ¿Quieren que les lance del segundo piso?
Pronto se separa y sonríe emocionado.
—¡Kacchan, no tienes idea de lo genial que fue! ¡Desde hace mucho tiempo que no convivía con otros artistas! ¡Fue muy, muy, muy emocionante!
—Deku, estás gritando —reprocho, aunque sonriendo ante tanta euforia.
De inmediato el color rojo se apodera de sus mejillas pecosas, al mismo tiempo que vuelve a acercarse un poco, captando las miradas divertidas de los universitarios que pasaron por nuestro lado y escucharon su emoción.
—Vamos —digo, pasando mi brazo por su hombro—. La pandilla de idiotas nos espera en la cafetería.
Asiente, aun avergonzado y yo sonrío de lado ante su ternura.
Maldito nerd. Es demasiado tierno para mi alma.
Deku suspira que la vez que avanzamos.
—Fue una clase magnifica —dice, viendome con esos ojitos brillantes—. Aunque gracias a mi fue un poco más teórico. Tengo mucha suerte de que Mina también esté, ya que hizo mi presentación un poco menos incómoda.
—¿Si? Eso es bueno. La mapache se ganó mi respeto.
Ríe y vuelvo a pensar que su risa es de los sonidos más celestiales. Y yo lo hago reír. ¿Puede ser algo mejor?
—Kacchan, ¿cómo estuvo tu clase?
—Normal —respondo, encogiendome de hombros—. Tengo que hacer unos cuantos análisis y textos de nuevos libros. Luego me acompañas a buscarlos a la biblioteca.
—¡Claro, Kacchan!
Sonrió ante su positiva.
Finalmente llegamos a la cafetería. Busco con la mmirada a mi grupo de idiotas. Los encuentro en nuestra mesa de siempre. Eijiro y Denki andan de melosos, pues el último está sentado en su regazo y besa el rostro del primero con mimo. Hanta le coquetea en vano a Mina y ella lo ignora categóricamente.
—Ahí están. —Señalo el lugar. Deku mira hacia allá—. Ve, yo pido la comida.
—¿Estás seguro? Puedo quedarme y ayudarte, no tengo problema...
Quito mi brazo de sus hombros y le doy un empujoncito, asintiendo.
—Ya vete, nerd.
—¡Vale!
Se va, aún un poco inseguro, pero probablemente sabiendo que yo mismo lo sentaré allá si no me hace caso. Doy media vuelta, agradeciendo al cielo porque haya una fila pequeña para pedir. Hay veces que es jodidamente larga y pierdo rápido la paciencia.
Pido la comida, tanto para mi como para Deku. Hago que las pongan en la misma bandeja. ¿Para qué una separada? Ni que Deku tome lugar lejos de mi. Va a estar al lado. Fin.
Comienzo a caminar hacia la mesa, donde está la pandilla de idiotas de siempre. Deku ya está sentado a un lado de Mina, mientras tienen un cuaderno de dibujo y ambos dibujan algo. Me siento a su lado, de inmediato llamando su atención.
—Aquí está —murmuro.
—Gracias, Kacchan.
—Katsuki es todo un romántico, ¿verdad? —dice con burla la desgraciada esa, y unas ganas tremendas que tengo de quitarle esa sonrisita de la cara.
Oh, no se si lo había mencionado, pero Mina es la hija de puta más intuitiva. Seguro sabe que por culpa de ese Deku, mi estómago siente las malditas mariposas —o dragones, causan más desastre—, y me insta demasiado interés.
Esa perra ya lo sabe. No falta mucho para que Eijiro se de cuenta y con él, su novio idiota. Para terminar, Hanta, quien no sabe guardar secretos.
Termino gruñendo en dirección a la teñida, que ríe en respuesta.
—¡Oh, Mina! ¿Puedo sentarme aquí con ustedes?
Levanto la mirada hacia la desconocida. Aunque, valga redundancia, me parece conocida. Cabello negro y en una cola alta. Vi ese mismo peinado en algún lugar, ¿pero donde?
Siento la mano de Deku apretar la mía. Me giro de inmediato para verlo, y tiene su mirada baja, incómodo.
—¿Deku? —susurro, preocupado.
—Dibujo —responde en el mismo susurro, mientras la tipa se sienta entre Hanta y Denki—. La dibujé. Con Shoto.
Y la recuerdo al instante.
Si no me equivoco, ella es con quien el bastardo engañó a Deku.
Perra, hoy la mato.
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Rain (Katsudeku)
FanfictionLa primera vez que lo vi, llovía. Y de sus ojos esmeralda caían lágrimas que acompañaban a esa lluvia. - Universo alternativo. No quirk. Mención Tododeku, Todomomo; Kirikami, Seromina.