| CATORCE |

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Las cenas con los socios de Levi se basaban en charlas sobre finanzas, política, negocios y todas esas cosas aburridas de gente con dinero. No había ese tipo de charla interesante dónde empezabas hablando de lo que comiste ayer y terminas hablando sobre duendes o extraterrestres.

Al menos eso se hablaba con nuestros amigos, puras pendejadas que no aportan nada bueno a la vida o a tu conocimiento, pero son divertidas. Lo peor es, que soy la única mujer sentada en la mesa rodeada de hombres con dinero que no traen a sus esposas por dejarlas en casa, para ellos poder ligarse a mujeres más jóvenes.

Cabrones.

Levi es la excepción. Si me pudiese llevar al baño, me llevaría al baño. Siempre me lleva a sus reuniones -donde deberían de estar las esposas de los demás también- y yo acepto para no dejarlo solo... Y porque no quiero que ninguna otra se lo coma con la mirada.

Los hombres de la mesa no se ponen contentos cuando me ven llegar, porque les impido hacer todo lo que quisieran hacer. Cómo lanzar comentarios irrespetuosos a las meseras.

Connor se quedó al cuidado de Kuchel así que no nos preocupa la hora de regreso. Le envío un mensaje a mi suegra para preguntarle cómo está mi hijo y me envía una foto de él, comiendo palomitas de maíz. En el grupo con nuestros amigos todos mandan fotos con cara graciosa, así que disimuladamente me tomo una para enviarla.

En ese instante Eren envía una que me hace reír con disimulo. No quiero reír a carcajadas para que no pensaran que tengo a siete demonios adentro.

—Eren nunca cambia, sigue igual de pendejo que de chiquito. —La voz a mi lado me asusta un poco y miro de quién se trata. Es un acompañante de uno de los socios de Levi, nunca lo había visto así que no me sé su nombre. —Disculpa por ver tus mensajes, pero se me hizo difícil no mirar. —Le da un sorbo a su copa de vino y yo no sé qué decir pues no conozco ni su nombre y al parecer lee mis pensamiento porque se presenta. —Oh, una disculpa... Me llamo Zeke, vengo de invitado y también soy hermano de Eren.

—Oh, soy _____, ¿Tu eres el hermano mayor? —Sabía que Eren tenía un hermano pero nunca lo había conocido, al parecer no crecieron juntos y no comparten a la misma mamá, es lo único que sé.

—Así es. —Me ofrece su mano y poso la mía sobre la de él, la toma delicadamente y la lleva a la altura de sus labios dejando un leve beso sobre mis nudillos. —Un placer conocerte ____. —Su mirada es demasiado potente y me hace poner nerviosa, bajo mi mano rápido y termino el contacto visual.

Levi y los demás siguen inmersos en su plática aburrida, Zeke no opina mucho y supongo que se mantiene callado debido a que no se siente familiarizados con ellos o simplemente no tiene nada que aportar.

—¿Qué hace una mujer tan hermosa como tú con un amargado como Ackerman? —Me mira con una sonrisa y habla como si conociera a Levi desde hace mucho.

—Tenemos mucho tiempo juntos.

—¿Costumbre? —Bebe de su vino nuevamente. Me mira cómo si quisiese revelar mis secretos más íntimos, por lo que me está empezando a poner nerviosa.

—¿Qué? No, yo...

—Nos vamos. —Levi me interrumpe antes de seguir balbuceando como estúpida y se despide de todos en la mesa menos de Zeke, quien se despide con la mano diciéndome adiós.

El camino a casa es silencioso, mas no incómodo. Al llegar me quito los zapatos y subo a la habitación de mi hijo para darle un beso en la frente, con mucho cuidado de no despertarlo. Lo cubro bien con la sabana y me voy a la mía para cambiarme de ropa.

Levi se está duchando y yo estoy tan cansada que no tengo energías para nada más que no sea desmaquillarme, ponerme una pijama y meterme a la cama para dormir, consiguiéndolo al segundo tres de haber cerrado los ojos.

Una vida a tu lado || +18 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora