| DIECINUEVE |

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—¿Y tú qué mierdas eres?

—Yo. Levi.

—¿Irás así? Es tu traje de oficina...

—Eren, deja de joder. No andaré ridículo como tú... ¿Tú qué mierdas eres?

—Soy un pájaro.

Bajo las escaleras vistiendo un corsé que me realza los pechos y marca mi cintura, unas medias de red negra y botas que llegan más arriba de la rodilla del mismo color. Mi cabello está rizado y llevo un antifaz que solo cubre mis ojos y mis labios pintados de rojo.

—Tu con un traje aburrido y tu esposa con un traje de prostituta. —Dice el hijo de puta cuando me ve.

—Mira, Eren, chinga a tu madre. —Le digo sacándole el dedo medio.

Levi me toma de la cintura acercándome a él y deja un beso en mi sien, respira el aroma de mi perfume paseando la nariz por mi cuello haciéndome erizar la piel y muerde el lóbulo de mi oreja.

—No andaré concentrado con ese traje que llevas, ven te lo quitaré. —Suelto una risa ante su comentario y giro para rodear su cuello con mis brazos y dejar un beso en sus labios.

—Ven, te maquillaré para que parezcas un empresario zombi.

—No. No saldré de esta casa luciendo así.

—Ya hablé y en esta casa se hace lo que yo digo.

—Sueñas, amor.

Al cabo de uno minutos Levi ya parece un empresario zombi con su traje y su rostro maquillado. Eren se está atorzonando de dulces que son para los niños y Kuchel está dándole zapes en la cabeza para que los suelte. Si no nos vamos es porque Mikasa y Connor continúan arriba alistándose para que podamos salir.

Hay toques en la puerta y voy hacia ella para abrirla y aparece Erwin que va vestido de la misma forma que Levi y no entiendo si se han puesto de acuerdo o si ambos son así de aburridos. Hange va vestida cómo una científica loca y eso que solo se ha colocado una bata blanca encima; mientras que la castaña hija de ambos, va vestida de princesa.

—¡Hola, tía! —me saluda la niña y me pongo de cuclillas para besarle la mejilla regordeta. Es una belleza.

—¿Por qué te disfrazas de prostituta, _____? —Me pregunta Hange y le doy un golpe en el hombro.

—Soy gatubela, tonta.

—¿Qué es una poropipupa, mamá? —Dejo que Hange se encargue de responderle eso a su niña mientras me le uno a Kuchel para sacarle los dulces a Eren de la boca. El hijo de puta se los está acabando.

El tiempo se alarga y no entiendo qué tanto se arreglan esos dos arriba que no bajan. El plan inicial era que Levi y yo acompañáramos a nuestro hijo a pedir dulces, pero sus tíos se unieron al plan y no pudimos negarnos. Además, me encantaba que mi hijo y Marie convivieran con sus tíos siempre que pudiesen.

—Vuelve a decir qué eres ____, estoy seguro que ese traje es de prostituta.

—¡YA DIJE QUE SOY GATUBELA, EREN!

—Pues no pareces. —Dice chupándose los dedos por el chocolate que le ha quedado.

—Pues tu pareces pendejo y mira, nadie te dice nada. —Escucho unos pasos en la escalera y me encuentro con la imagen de mi hijo vestido de Minion, se me hace el corazón chiquito por lo adorable que se mira.

—¡Mira, mamá! ¡Soy un Minion! —Da una vuelta y suelto a reír porque además de adorable, se ve gracioso. Ha tenido una pequeña obsesión con ellos desde hace unas semanas e imploró que le compráramos un traje para este día.

Una vida a tu lado || +18 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora