Ya habían pasado 6 meses desde que Jasper se unió al ejército y como lo había prometido recibía varias cartas los fines de semana, había ocasiones donde tardaban más pero era entendible, estábamos en una guerra. Las cosas cada vez se complicaban más, en los periódicos se hablaban de las bajas y de las múltiples evacuaciones y cada vez llegaban más personas a Houston.
Como en casa sobraban 4 habitaciones Margaret, su esposo y sus dos hijos se mudaron ya que el secuestro y asesinato de hombres y mujeres negros estaba aumentando. Con los problemas económicos que afectaban la librería de papá, mamá era la que aportaba mayor cantidad de dinero y eso lo molestaba un poco, así que decidió tomar un puesto en la escuela y yo me dedique a trabajar en la librería junto a lucia la hija menor de Maggie con la que solía pasar mucho tiempo de pequeña ya que esta solo me llevaba dos años, definitivamente gracias a ella la ausencia y el sentimiento de soledad que había dejado Jasper se sentía un poco menos, por lo menos los días ya no eran de desolación como lo fue en un principio.
Los días siguieron pasando rápidamente y con esto se esfumaba poco a poco la tranquilidad, a pesar de no estar en los lugares más afectados se comenzaba a notar la pobreza y el aumento de soldado confederados en la zona, no cerrábamos la biblioteca completamente ya que la papelería aportaba un poco de dinero. Con Sebastián el esposo de Maggie y su hijo Bassh pusimos una huerta en casa que nos daba una pequeña parte de los alimentos y mis padres comenzaron a ahorrar más y más dinero, aunque la posibilidad de irnos a Nueva York a casa de los difuntos padres de mi madre era cada vez más posible, aunque yo me negaba rotundamente.
Al llegar las fiestas navideñas parecía todo en calma y con ellas llego Jasper, no cabía de la emoción al ver a mi sexy soldado entrando por la puerta de la librería de papá, esta demás decir que grite de emoción como una chiquilla de 4 años. No dude un segundo al lanzarme sobre él y llenar de besos el rostro, se veía mucho más mayor, sus rulos color oro estaban más largos y los tonos mostaza y azul del uniforme confederado le sentaban de una manera increíble.
Aquella noche dormimos juntos después de adorarnos de tantas formas humanamente posibles y durante toda la noche, caímos dormidos profundamente el uno al lado del otro, sin dar de abrazarnos ni por un segundo. Al despertar el día siguiente por un momento creí que todo había sido un sueño, pero al ser consiente de mi desnudes y la pequeña nota fui la mujer más feliz.
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La cena previa a navidad nos juntamos todos y cenamos, el ambiente era tan tranquilo como antes de la guerra, por unas horas olvidamos la guerra y la vida parecía más sencilla nuevamente. Al estar Jasper aquí la tranquilidad de mi cuerpo y alma era mayor, después de una larga cena y una increíble charla decidimos salir al patio y sentarnos debajo del árbol a contemplar el cielo estrellado.
-te e extrañado, tanto que no quiero que te vuelvas a ir. - dije mirando hacia arriba ya que estaba sentada entre sus piernas y con mi cuerpo recargado en su pecho. - pero sé que el deber es más grande que el placer y el deseo. - dije mirando a la nada. - a veces desearía ser más egoísta y no dejarte ir lejos de mí. - dije suspirando.
-entiendo cómo te sientes, también te e extrañado demasiado, hay tantos lugares hermosos que he visto a pesar de la situación. – suspira abrazándome con más fuerza. - te prometo que al terminar esta guerra los visitaremos todos. - dijo comiéndome de lado en sus piernas para mirarnos a los ojos. - tendremos una familia y una linda casa donde tú quieras. - dijo mientras acercábamos un poco más nuestros rostros. - pero para eso debes ser más que mi novia. - se metió la mano al bolsillo y saco una pequeña cajita. - debes ser mi esposa, la mujer de mi vida, mi todo. - se incorporó para poner una rodilla abriendo la pequeña caja y mis emociones corrían rápido, mi respiración se cortó y mis lágrimas corrían por mi cara, me había convertido en una llorona en el último año.
- sé que somos jóvenes, pero hay algo que tengo muy claro desde que te vi corriendo de mi aquella vez que nos dijimos lo que sentíamos – suspira y continúa hablando. - y eso es que quiero y necesito que tu sean mi esposa, la madre de mis hijos, mi mundo entero, te amo Agatha Elisabeth Twiggs Nox, te amo, ¿me harías el increíble honor de ser tu esposo? - mi corazón latía fuertemente, no podía hablar, mis mejillas estaban bañadas en lágrimas y tenía una sonrisa gigante en mi rostro mientras asentía de manera continua y reía levemente.
- por supuesto. – dije aun riendo. - quiero que seas mi esposo. - me lance a sus labios y nuestras sonrisas eran enormes, el anillo era de oro, con pequeños diamantes en forma de hojas y una pequeña esmeralda en el centro. - es hermoso Jasper. - dije mientras el deslizaba el anillo en mi anular izquierdo.
-es de mi madre y antes de ello de mi abuela, dicen que da buena suerte. - dijo mientras apretaba mi mano y me besaba de nuevo. - te amo Lizzy y quiero pasar el resto de mi vida contigo. -
- también quiero pasar toda mi vida a tu lado y aun así no sería suficiente. - me reí mientras miraba mi mano y posteriormente lanzarme a él.
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Corregido.
aunque este un poco aburrida, aquí les traigo otro capitulo, no se si después de la conversión de Jasper o de nuestra protagonista hacer un salgo en el tiempo o seguir con la historia de ella con pequeños saltos atemporales ... que me dicen ?'
el anillo
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mi destino eres tu -jasper whitlock
Vampireen pocas ocasiones los astros se alinean y son pocas las almas Gemelas que se conocen en mortalidad, ese caso era el de Agatha Elisabeth Twiggs y jasper whitlock, un amor joven en medio de una guerra confederada. - te amare hasta el final de mi ex...