Había comenzado a trabajar en la escuela más cercana de casa, dejando a Marínela como la niñera de los niños y lógicamente pagándole por ello, todo iba marchando con una relativa tranquilidad, el sentimiento de soledad nuevamente se volvió mi fiel compañera y las noches un ligar lleno de pesadillas y dolor.
Aunque 6 meses suenen poco la vida se me estaba volviendo una eternidad, el agotamiento era notorio y las miradas que me juzgaban eran cada vez más, todos trataban de convencerme de que debía encontrar a alguien y no trabajar, el "eres joven y hermosa" comenzaba a sonar más a insulto que alago porque los "pero" eran muy comunes en la frase.
Los hombres eran otra de las tantas cosas que me daban dolor de cabeza, tenían el don de sacaban a relucir mis peores palabras no aptas para damas, de alguna manera con Thomas me liberaba de ello, pero ahora todo parecía más pesado.
Últimamente sentía que alguien me perseguía, pero de una manera muy loca me sentía protegida, estaba perdiendo la cabeza, era como si velaran por mi seguridad, esto lo comprobé una noche al bajar a tomar un vaso de agua que por poco termina en un infarto, ya que al voltearme esta Thomas parado allí.
-creo que me vuelto loca por fin. - digo mientras me apoyo en el mesón y comienzo a tomarme mi vaso de agua o lo que mi alucinación de ojos dorados se ríe. - sip, debo escribirle a mi madre y después al manicomio. - lo cual causa una carcajada más profunda de mi alucinación. - para ajustar se burla de mí. – suspiro con fastidio.
- no estás loca Lizzy. - dice acercándose a mí y acariciando mis hombros.
- Dios sí que he perdido la cabeza. - y de nuevo la risa a carcajadas.
- de verdad estoy aquí pequeña Lizzy. - cuando poso mi mano en su hombro mi siguiente acción es comenzar a golpearlo mientras lloro a mares, los golpes me dolían más a mí esto estaba claro. - te lastimas hermosa. - dice abrazándome a su frio cuerpo.
-qué demonios Thomas. - digo más que confundida y furiosa.
- han pasado tantas cosas. - dice guiándome a la sala y allí se encuentra aquella extraña enfermera.
- tú me mentiste. - digo con clara ofensa y rabia que explota al separarme con furia de Thomas, de nuevo sentía que estaba débil y mareada, pero la furia era más.
- ella no te mintió Ángel. - dice este acercándose a la mujer y tomándole la mano. - si morí. - estaba tan confundida y mareada que me senté de golpe- crees en lo sobre natural Agatha. - dice este frente a mí.
- no entiendo de qué demonios hablas Thomas. - digo mirando su rostro.
- los vampiros Agatha. - y mi sorpresa es mayor cuando a una velocidad impresionante está inclinado ante mí. - porque es real Lizzy. - no sé qué decir en ese momento, era simplemente alucinante, después de pararme y murmurar como loca mientras caminaba por la sala pare frente a la pareja.
- porque demonios me dices esto. - digo completamente agitada y confundida.
- los vampiros tienen dones Agatha y ella. - dice señalando a la morena de ojos dorados. - ella tiene uno impresionante. – dice mirándola con adoración
- y eso en que me afecta. - digo frunciendo el ceño y cansada de tanta charla.
- es mejor que te sientes. –dice la chica tomando mis manos y arrastrándome al sofá, luego toma asiento a mi lado. - mi nombre es Anne Blake y mi don me ayuda a saber el estado físico de las personas. - la miro aún más confundida. - eso es importante porque sé que estas muriendo. - dice con una mirada de comprensión.
- porque debería creerte, ustedes me están enloqueciendo. - decía mientras me alejaba de ellos. - si te querías ir no tenías que fingir morir, y luego venir a decirme todo esto, estás loco. - digo mirando a Thomas mientras lloro. - te hubieras ido y ya, no hubieras vuelvo a enloquecerme. - digo mientras me deslizo por la pared y tomo mi cabeza entre mis manos, comenzaba a dolor muchísimo de nuevo.
- sabes que es verdad. - dice la chica, que ahora se llama Anne, mientras se acerca. - los mareos, dolores de cabeza, el cansancio, el sangrado de la nariz. - dice numerando lo que he sentido desde que Jasper desapareció y que había guardado solo para mí.
- NO!! - grito de repente. - es estrés, solo estrés. - digo mientras niego con la cabeza mientras me balanceo en la punta de mis pies y abrazo mis rodillas contra mi pecho. - es estrés. - susurro, de repente los niños lloran, pero cuando voy a correr por las escaleras me mareo y si no fuera por Thomas, definitivamente rodaba por las escaleras.
- yo voy. - dice Thomas mientras sube como un rayo por las escaleras, yo solo suspiro mientras lloro en silencio viendo la pared.
- que me sucede. - digo apenas en un susurro lleno de resignación y miedo.
- tienes una masa en tu cerebro, producto de algún golpe posiblemente. - dice poniendo su gélida mano en mi hombro. Y a mi mente vino aquel día en la librería cuando Jasper y Michael se pelearon y más odie al bastarde de Michael.
- cuanto me queda. - digo mirándola a los ojos.
- un par de semanas cuando mucho. - y mis lágrimas aumenta.
- que voy a hacer. - digo sollozando. - mis hijos. - digo mirando las escaleras. - no puedo dejarlos. - no quería dejarlos.
- yo puedo ayudarte. - dice tomando mis manos y llamando mi atención. - pero no es fácil. – hace una mueca algo extraña.
- como. - digo con desesperación.
-volviéndote una de nosotros. - dice mirándome a los ojos. Y entonces lo entendí, no tenía más opciones, si no lo hacía mis hijos morirían, serian huérfanos, no los vería crecer, no los escucharía hablar, aunque me tentaba entregarme a la muerte para reunirme con mi amado esposo mi amor y deber como madre eran mayores, y una parte de mí, muy pequeña, quería seguir viviendo.
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corregido.
más cerca de la trasformación.
gracias pro todo su apoyo, sus estrellitas me animan un montón.
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mi destino eres tu -jasper whitlock
Ma cà rồngen pocas ocasiones los astros se alinean y son pocas las almas Gemelas que se conocen en mortalidad, ese caso era el de Agatha Elisabeth Twiggs y jasper whitlock, un amor joven en medio de una guerra confederada. - te amare hasta el final de mi ex...