Silencio.
Un silencio inquietante y perturbador.
Abro mis ojos, todo está completamente oscuro a mí alrededor.
Un escalofrío recorre mi médula espinal.
¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?
- ¡Michelle! - una voz desconocida me susurra.
Me giro pero no se ve nada.
- Michelle - se escucha de nuevo, no reconozco la voz sin embargo trato de localizar de dónde proviene.
Corro desesperada sumergida en mi miedo hasta que me golpeo con una pared quedando inconsciente. No sé cuánto tiempo estuve así pero me levanto con un fuerte dolor de cabeza.
Abro mis ojos nuevamente, un líquido brota de mi frente y se desliza hasta mis labios, ese sabor metálico ¡Es sangre!
El golpe me aturdió y me zumban los oídos sin embargo siento agudizados mis sentidos.
Un perfume se escurre por mi nariz, un dulce aroma que ya reconozco vagamente.
- Atchuuu - estornudo por la coriza que causa en mí el fuerte olor.
- Michelle - se escucha, esta vez mezclado con un pitido como el que hacen los aparatos en una sala de hospital.
-¡Michelle! - vuelve a gritar.
- ¿Quién eres? - me atrevo a preguntar.
- Michelle - fue lo único supo pronunciar.
Asustada recorro con mis manos el lugar, cegada por la incesante oscuridad.
- ¡Michelle! - exclama esta vez más cerca, acompañado de risas.
Dos empujones recibo en cada hombro, caigo al suelo sobre mis rodillas pero me levanto tratando de escapar de esta pesadilla.
Con mis manos busco en lo que tacto son paredes, no hay ningún interruptor.
Camino en línea recta sin sentido, hasta que me topo con algo desconocido, un cordón que cuelga del tejado. Agradezco haberlo encontrado.
Tiro de él y se hizo la luz.
Una luz amarilla parpadeante. La bombilla estaba fundida.- Michelle, salúdame - suplica distante la anónima voz.
La luz está encendida. Sobresaltada busco de nuevo con mi mirada, lo puedo ver con claridad, es él, a lo lejos está.
-¡Dylan!- quiero gritar pero mi voz se comienza a cortar, un nudo en mi garganta no me deja hablar.
¿Qué está pasando? - me pregunto llevando las manos a mi pescuezo.
Todo esto es muy extraño, nada tiene sentido, mi sangre no se coagulaba, tengo terror a desangrarme.
Toda mi ropa está manchada...
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El Cuaderno de Dylan [Escritos #1] ©
Misterio / SuspensoMichelle regresó hace dos meses a su ciudad y cada tarde tiene como pasatiempo favorito ver ¿el atardecer? Un reencuentro inesperado le cambiará la vida. Los chicos guapos traen problemas y los cuadernos ocultos no deben abrirse, esconden secretos...