Capítulo 10

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P.O.V. Lilura

Por un momento me dejó llevar pero reaccionó de repente empujándolo y sin dejarlo hablar lo abofeteó.

-¡¡En tu vida vuelvas a besarme!! ¡¡No seré otra de tus zorras!!-espeto con furia. Una cosa es que me derrita por él y otra que me deje tratar como muñeca de trapo.

Sahiro me observa con una mano en su mejilla que se encuentra roja por el impacto. Mi mano arde pero no siento dolor por qué lo he ocultado con mis poderes.

Por los próximos dos minutos ninguno de los dos dice algo, solo nos vemos desafiantes.

-No eres como las demás Lilura, no eres una zorra. Así que jamás vuelvas a pensar que lo eres, jamás.-aclara interrumpiendo el silencio que antes se había formado.

Ante sus palabras solo resurge la cólera que se había calmado un poco.

-Imbecil, gilipollas...-digo insultos a su persona con cada paso que doy hasta que llegó a él y le doy golpes al pecho uno tras otro.-¡¡No puedes venir y decirme eso!!¡¡No puedes besarme sin saber nada de lo que sucede!!-grito.

Toma las muñecas de mis brazos evitando que siga golpeándolo.-¡¿Sin saber qué sucede?! ¡¿Qué se supone que debo saber?!-pregunta con el mismo tono que he usado antes.

-¡¡Saber que me vuelves loca y que- el nudo en mi garganta me evitar el hablar. Inhaló profundo para poder continuar.-Y que un beso altera los sentimientos que hasta ahora he mantenido a raya. Eso es lo que no debias saber pero que ha sido inevitable seguir callando.-me separó de un tirón encerrándome en el baño de la habitación.

Mierda, está noche no podría haber ido peor.

(...)

P.O.V. Sahiro.

Ver a Lilura tan afectada por un beso me hizo darme cuenta de que verla sufrir jamás será una opción para mí.

Desde que empecé a subir esas escaleras siguiéndola tal perro faldero supe lo que quería pero ahora no estoy tan seguro. Se ha encerrado en el baño y yo me he quedado como idiota frente a la puerta sin saber que hacer, debatiendo si tocar o salir de la habitación y emborracharme hasta perder la conciencia.

Ella no es como las otras, solo que este todo este tiempo he estado engañando me. Por Lilura siento más que atracción sexual pero tengo miedo a joder las cosas, a que si lo intento la termine lástimando por ser un imbecil innato.

No puedo hacerle eso, ya tiene demasiado con el hecho de que su cabeza tiene un precio por ser la elegida y el haberse enterado de que tiene familia.

Tengo que controlarme con ella pero antes de dejar de un lado lo que siento por ella tengo que hablar con ella y mentirle, decirle que no siento nada por ella más que un amor de amigos.

Le dolerá lo sé, pero prefiero que sufra ahora a más adelante por mí siendo un imbecil.

Elevó mi puño listo para llamar a la puerta y acabar con todo cuando esta es abierta y una Lilura con los ojos algo hinchados aparece ante mí.

-¿Qué qui-la interrumpo su pregunta abrazándola.

Observó la pared del baño mientras presionó a Lilura en mi pecho.

-No llores. No por mí, ni por nadie. Vales mucho Lilura Alistair para que llores por un gilipollas como yo.-la aparto y acunó su rostro en mis manos. Detalló cada una de sus facciones y ella es simplemente... hermosa.- No soy bueno para ti y siento haberte puesto en esta posición. Yo solo...-me quedó sin palabras al ver sus ojos que me detallan al igual que yo lo hice con ella solo que los de ella evitan derramar lágrimas.

Estoy sin palabras y es momento de elegir que es lo que haré.

-A la mierda.-espeto y se que lo próximo que haré no me dejara dar una vuelta atrás.

La besó y lo hago con delicadeza, con miedo a que se rompa pero ella es fuerte solo que lo olvida a veces.

Ella me sigue el beso, al principio vacila un poco pero al final cede. Todo se vuelve intenso respecto al besó. Hago que sus piernas se errollen en mi cintura causando que sus manos empiecen a tirar con mi cabello y nos encamino a la cama sin dejar de besarnos.

Me siento con ella a horcajadas sobre mí. Con sus besos me basta, me es suficiente sentir toda esta avalancha de emociones, sentimientos que sus besos causan y transmiten.

La falta de oxígeno se hace presente por lo que separó nuestros labios y paso mis manos por su cintura.

Abro los ojos que mantuve cerrados mientras disfrutaba el momento. Me encuentro con sus ojos verdosos que muestran confusión.

-No haremos nada que no quieras, con besos bastan.-aclaro y por poco digo "tus besos".

Se que es virgen. Jamás la he visto con chicos que no seamos Lance y yo, sinceramente si la hubiera visto con otro la cosa se hubiera puesto fea.

-Yo quiero algo más que besos Sahiro.-confirma con seguridad y me besa con deseo. Un deseo que comparto con ella.

Me pongo de pie con ella y luego la dejo caer sobre la cama. Parado frente a Lilura, apoyado sobre el colchón, observándola con la respiración de ambos acelerada, estoy seguro que estas son las vistas más hermosas que la vida me ha dado.

Coloco mis manos en sus pantorrillas y las voy subiendo lentamente hasta llegar a él comienzo de su falda. Mis ojos se encuentran con los de ella y decido preguntar.-¿Segura?-

-Segura.-afirma y es ahí cuando bajó su falda dejándola en bragas y top, ambas del mismo color. Me pongo sobre ella y la besó, mientras siento las manos de Lilura en el cierre de mi pantalón.

Lo siguiente que se es que mis pantalones y boxer están en el suelo junto a la falda de Lilura.

Una de mis manos se queda al lado de la cabeza de Lilura mientras la otra baja sus bragas. Tomo mi miembro y lo guío a la entrada de Lilura.

Me acerco a su oreja y empiezo a hablarle en susurros.-Eres hermosa Lilura. Eres fuerte y valiente.-y empiezo a penetrarla.

Observó su cuerpo contraerse en una mueca de dolor así que doy suaves besos en todo su rostro hasta llegar a sus labios.

Es así como nos volvemos uno solo, aunque sea solo está noche.

Los Alistair || COMPLETA ✔️✔️||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora