P.O.V. Riva
Miro por última vez a Beleck quien duerme plácidamente abrazando la almohada pensando que soy yo. Luego observó mi mano donde ya hace el collar y vuelvo mi mirada a la cama observando a quien fue, quien es y será siempre mi mejor amigo. Observó el collar y me lo colocó.
-Lo siento, te lo devolveré. Lo prometo.-susurro hacia un dormido Beleck y luego llevo mis manos a mi oreja para ver si el micrófono sigue ahí.
Lo está.
-Llevame a casa Zophie.-pido y la antes nombrada aparece y me toma de la mano. Justo antes de desaparecer lanzó una última mirada a Beleck.
Adiós amigo.
Pienso y luego desaparezco.
(...)
P.O.V. Beleck-¿Qué? ¿Cómo que Michelle Donovan no es quien estuvo aquí anoche?-cuestiono sorprendido por lo que Saith me ha dicho.
-Pues no lo es. Mira.-dice y me da su iPad donde aparece el archivo de la verdadera Michelle Donovan. Me encuentro con una anciana de 70 años y no con la mujer de veinti tantos años con la que tuve sexo.
Mierda.
Tiró el iPad en el escritorio sin ningún tipo de delicadeza.- Así que no tenemos nada.-digo con rabia.
-Si tenemos algo.-expresa Saith así que como si la niña del exorcista tratase lo observó.
-Dime.-exijo.
-Su rastro mágico.-me comunica y sonrió. Saith es un hombre lobo muy especial, con años de entrenamiento. No me es raro que pueda rastrearla.
Vamos por ti ladrona desconocida.
(...)
Horas después de lo ocurrido en mi oficina estamos llegando al final del rastro, este nos trajo a un pueblo llamado Thaily donde todo parece ser muy tranquilo por lo que no estoy seguro pero no dudaré de Saith.
-Es aquí donde el rastro termina.-me comunica Saith apagando el auto logrando que salga de mis pensamientos. Observó por la ventana la casa frente a mí, es de dos pisos con una fachada pintado en amarillo y blanco.
-¡¡Gane perras!!-grita alguien desde el interior de la casa. Están ahí. Salgo del auto y Saith junto a los hombres de las demás camionetas salen, todos mágicos, y nos hacemos camino a la entrada.
Saith y yo somos quiénes lideramos el grupo. Saith con un saco azul marino para guardar apariencias resaltando su cabello bañado en tinte plateado. Él tiene 184 años, soy mayor que él pero es el más responsable de los dos. Es por mucho lo único importante para mí en esta vida.
Al llegar alzando mi puño llamo a la puerta. Después de unos segundos nadie atiende por lo que recurrimos al plan B. Le brindo una seña a Bersh, mi hechicero oficial quien pronuncia un pasaje antiguo que nos lleva al interior de la casa.
-Mierda. Eeeh, chicos creo que el plan B se convierte ahora en v de vaca, osea de valer madres.-dice una chica linda, de unos 17 años que sostiene unas dagas en mano y está plantada frente a la ventana.
-Leya, de qué carajos hablas.-cuestiona un chico alto, de piel algo pálida, cabello negro azabache que al vernos abre los ojos como platos.-Eeeh, ¿qué tal?-nos saluda con una sonrisa nerviosa.
-Pues no muy bien, de hecho muy mal. Al parecer ustedes conocen a una mujer que me robo algo muy preciado para mí. ¿Sabes de qué te hablo niño?-le digo diplomáticamente.
Lo escucho y veo tragar grueso, pero no responde.
-No. Mmmm lástima. Saith.-digo y espero a que avance pero no lo hace así que lo observó por sobre mi hombro. Lo encuentro observando con devoción a la chica de la ventana llamada Leya.
Mierda. Es su mate.
Dejando de un lado mi orden Saith se acerca rápido a ella para reclamarla suya cuando a tres pasos para llegar a ella una neblina negra aparece frente a ella. Cuando está se disipa una chica aparece frente a ella.
Me quedo sin palabras y contengo el aire en mis pulmones.
No puede ser...
-Das un paso más y te romperé el brazo en 5 distintas formas grandulón.-dice Riva con la amenaza grabada en sus ojos.
Saith gruñe por el hecho de prohibirle tocar a su mate y antes de que pueda decir algo para detener la posible pelea él arremete en contra de ella.
(...)
P.O.V. Saith.
Al entrar a la casa un olor a tierra mojada y frambuesas llega a mí.
El olor de mi mate.
Observó toda la sala olfateando en el proceso cuando mis ojos se topan con una chica al lado de la ventana con pose defensiva, lista para atacar con sus dagas en mano. Su rostro se ve delicado, su piel es algo clara sin llegar al punto de pálida. Sus ojos son de un color marrón y su cabello lacio es rubio natural.
Con todo solo puedo pensar una cosa: Es lo más hermoso que mis ojos han visto.
No escucho las palabras de nadie cuando me acerco con el deseo de tocarla y proclamar que es mía. Vuelvo a ser consciente de mi alrededor cuando una chica se planta frente a mí y la reconozco como la chica de anoche pero ahora es quien me amenaza obstruyendo mi pasó.
No razonó, el deseo por acercarme a mi mate me ciega. Por lo que cuando arremeto en contra de la desconocida no mido mis fuerzas. Saco a relucir mis garras y colmillos.
-Eso sí que no pulgoso.-espeta la chica y lo siguiente que se es que estoy recuperando el aire por haber sido lanzado al otro lado de la habitación cayendo sobre el comedor que ahora es solo pedazos de madera en el suelo.
Mis hombres no pierden tiempo y se acercan a ella pero todos empiezan a caer como plumas cuando ella se defiende. Con los atizador es de la chimenea que hay en una esquina da mucha, sin lastimar gravemente a mis hombres, lucha protegiendo a mi mate y a un chico. Se escuchan cosas cayendo y quebrando se por el impacto de cuerpos en ellas. Uno de mis hombres se acerca a mi mate y planeo saltar cuando ella lo deja quejándose en el suelo por la llave que le ha realizado. Una que solo los guerreros reales conocen.
Es entonces cuando lo notó.
Todos en esta casa son mágicos.
-¡¡Basta!!- exige una voz delicada que hace que todos paren.
Observó a la chica al pie de las escaleras.
Su majestad.
La elegida.
Nuestra reina.
-¡¡Basta!!-repite ahora más fuerte.
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Los Alistair || COMPLETA ✔️✔️||
FantasyLos Alistair. Los que defienden. Sinónimo de familia. Y una familia batalla para proteger a los suyos. Sin importar el precio.