Capitulo 1.

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Nunca me detuve a pensar en qué tanto alguien podría llegar amar, hasta que por fin lo entendí, me olvide completamente de mi...

Todo el tiempo pensé  que enamorarse a primera vista era un mito, hasta que me encontré de frente con esos ojos llenos de obscuridad que me era imposible encontrar algún tipo de empatía, no pensé que enamorarme de esos ojos llenos de un profundo vacío me arrastrarían a ella misma hasta que un día lo entendí.

Estaba irremediablemente enamorada de su obscuridad...

Todo empezó cuando tuve la noción de entender lo que ocurría a mi alrededor, crecí en una familia pequeña y rota, fui hija única.

Heredé todos los rasgos genéticos de mi madre, ella era una mujer sencilla, amable, dedicada y sobre todo muy hermosa, me gustaba mucho estar con ella, mi madre fue la única Omega de la familia.
A pesar de ello era muy valiente y fuerte, nunca se doblegaba frente a mi.

Por otro lado estaba mi padre, no hay mucho que decir de él, nunca estaba en la casa y siempre que lo estaba llegaba alcoholizado y sin dinero, era un Alfa desempleado con problemas alcohólicos y un vicio enorme por las apuestas.

Mi madre sufría de violencia doméstica, pero nunca dejaba que yo mirara ese lado de ella, mi padre siempre se desaparecía por semanas o incluso hasta meses, mi madre siempre buscaba la forma de darme un plato de comida caliente todos los días e incluso dejaba a aun lado sus gustos para ella y comprarme mis galletas preferidas.

Siempre me regalaba una hermosa y cálida sonrisa todos los días fingiendo que todo estaba bien, pero lo que ella ignoraba completamente era que la mayoría de las noches la escuchaba llorar por la falta de dinero en la casa.

Había veces podía escuchar cuando discutía con mi padre y los golpes que él le proporcionaba en alguna parte de su cuerpo, mientras mi madre pedía con súplicas que se detuviera, yo jamás me interponía por mas que lo deseara, pues al igual cómo mi padre golpeaba a mi madre también lo hacía conmigo si me entrometía.

Yo por otro lado fui una excelente hija, nunca le causaba problemas a mi madre en el colegio ni en nuestro hogar, siempre obtenía excelencia en calificación a pesar de que era tímida, no tenía amigos con quien jugar o dibujar, siempre fui amable con todos y nunca tuve problemas con nadie, yo sabía que mi madre estaba orgullosa de mi, todos los días lograba recibirme con mi comida favorita regalándome esa sonrisa tan linda que solo ella tiene.

Me hacía muy feliz tener a mi madre conmigo, yo quería ser alguien en la vida para darle todo lo que merecía, darle las gracias por todo lo que ha hecho por mi todos estos años, quería darle una hermosa casa con un jardín lleno de sus flores favoritas, rosas rojas, comprarle los zapatos rojos que siempre veía detrás del vidrio de la zapatería que estaba a unas cuadras de mi hogar.

Vivíamos en un departamento, era pequeño pero era feliz con lo poco que tenía, quería que mi madre también lo fuera, ya no quería oír más a mi madre romperse por las noches, quería una vida donde pudiera ser feliz y libre de carencias y maltrato físico...

Mi madre siempre me decía que tenía que llegar muy lejos para que jamás tuviera que doblegarme ni depender de otras personas, que fuera una mujer fuerte sea lo que el destino me tenía preparado, quería ser una ejecutiva para que todos miraran lo lejos que eh llegado y que jamás dependería de nadie.

En esos días todo fue muy bello para mi teniendo a mi madre cerca, hasta que un día todo cambio..

De regreso del colegio decidí cortar camino y pasar por un parque donde había un rosal de rosas rojas, tomé dos de ellas y me dirigí a casa nuevamente, al llegar al edificio mientras subía las escaleras me percaté de que algo no andaba bien, por lo general siempre el olor de su comida llegaba hasta el corredor de las escaleras que subía.

ULTRAVIOLENCE [Akutagawa x Higuchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora