Un incendio en el mar (Zuko; Avatar TLA)

Libro I - Extra

Cuando Kai despertó de su siesta, con más hambre que nunca, se sintió abrumada al caer en cuenta de que estaba en el medio del océano, sin provisiones, con dos maestros fuego que habían vivido rodeados de servidumbre toda su vida.

Incluso en el exilio, Zuko no había experimentado la sensación de no tener nada para comer, estaba frustrado e impaciente y avanzaban sin rumbo. Kai se sentó y enseguida el anciano acudió a ella.

- Kai ¿Puedes pescar algo desde aquí?

- Claro, veré qué puedo encontrar.

La chica comenzó por revisar el agua bajo las tablas... Nada.

Sin avisar, Kai se lanzó al océano, el hambre era una buena motivación para cazar, se sentía en su elemento ¿Cuánto necesitaría pescar? Ella y Zuko llevaban más de un día sin comer.

Mientras nadaba, encontró una forma útil de pescar sin ensuciarse las manos, aunque quizá tendría pesadillas más tarde; congelaba la cabeza de los peces por dentro y la cortaba con una navaja, también de hielo. Era una muerte rápida, cada vez que atrapaba uno subía a la superficie para ver si el bote se había alejado.

- ¿Necesitas ayuda? - Zuko la vio asomarse y estaba dispuesto a bajar.

Kai nadó hacia él y le dio la red para que la subiera. Dieciséis pescados sin cabeza, los contó y de inmediato comenzó a pensar en prenderles fuego. Iroh se acercó y descartó cinco de ellos, los separó del resto y esperó a que su sobrino ayudara a Kai a subir para lanzarlos otra vez al mar.

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntó ella.

- Esa especie es venenosa, podríamos morir si los consumimos - explicó el anciano. Kai agradeció la enseñanza, pero tenía prisa y sed.

- Sé que ustedes tienen su rango y todo eso, pero necesito que alguno de los dos cocine eso y que el otro me ayude a procesar y reunir agua para beber - Zuko quiso discutir, pero no vio un motivo real, ella tenía razón.

- Yo lo prepararé, vayan a reunir agua, tienen experiencia en eso - sugirió Iroh.

Luego, mientras comían, notaron que el viento y la marea los acercaron a una pequeña isla. Zuko miró a su tío y se puso de pie para manipular las velas, pero entendió con un gesto que lo dejara así. Ninguno de los tres sabía dónde estaban, lo primero era comenzar a navegar hacia su destino.

Desembarcaron, Kai dejó la humilde embarcación encallada y el príncipe Zuko parecía contento de tocar tierra firme.

- No se vayan sin mí, debo ir a atender un asunto impostergable - anunció Iroh, perdiéndose entre la vegetación.

- ¡No es momento de - Zuko se dispuso a seguirlo, pero Kai lo retuvo, agarrándolo por el brazo.

- Déjalo, podemos aprovechar el tiempo - ¿Otra orden? La chica había perdido todo sentido de autoridad por él, debía detener eso. Se soltó con violencia del agarre de Kai.

- Que estemos perdidos en el océano no significa que tú mandas - declaró enojado, siguiendo el camino que había tomado su tío.

En calma, Kai comenzó a reunir hojas, lo peor del intento de barco en el que viajaban era que el sol no les daba tregua.

- Me siento afortunada de que el espíritu de la Luna haya sobrevivido a ese loco - reflexionó en voz alta, mientras se enfocaba en su labor y sentía al sol descender.

Al oír pasos tras ella, Kai imaginó a Zuko, acercándose solo. Sintió el impulso de preguntar.

- ¿Qué le pasó a Zhao? ¿Lo seguiste?